El Raid sobre Bari fue uno de los bombarderos más polémicos de la Segunda Guerra Mundial, no por causa del ataque llevado a cabo por aviones de la Fuerza Aérea Alemana sobre dicho puerto al sur de Italia, sino por una serie de negligencias cometidas por el Ejército Estadounidense que dejaron un saldo de 2.000 personas fallecidas y decenas de barcos hundidos. La razón de la tragedia fue la presencia de contenedores de gas mostaza en uno de los cargueros anclados en los muelles que al liberarse en el aire provocó una matanza y dejó con secuelas de salud gravísimas a las víctimas supervivientes hasta nada menos que el año 1983.
Preludio
Bari, una ciudad de 300.000 habitantes junto al Mar Adriático, se había convertido en uno de los principales puertos logísticos al sur de la Península Italiana desde su captura por los Aliados en Septiembre de 1943, ya que en sus muelles eran desembarcadas miles de tropas y descargadas toneladas de víveres y municiones que posteriormente viajaban al frente de operaciones situado en la «Línea Gustav» sobre la Cordillera de los Apeninos. Como rara vez aquella metrópoli costera había sido sobrevolada por los aviones del Eje, a comienzos de Diciembre la Flota Estadounidense (US Navy) cometió la temeridad de anclar en la rada al carguero SS John Harvey, en cuyas bodegas se escondían 100 toneladas de bombas cargadas de gas mostaza que en caso de explosionar podían causar un verdadero drama humano.
La Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe) había desplegado en territorio de la República de Saló a la II Flota Aérea (Luftflotte 2) con la que de vez en cuando acosaba algunos puertos bajo control de los Aliados como por ejemplo Nápoles o Salerno. La mañana del 2 de Diciembre de 1942, el mariscal Wolfrang Von Richthofen que era primero del mítico «Baron Rojo» de la Primera Guerra Mundial, Manfred Freiherr Von Richthofen, ordenó bombardear por primera vez la ciudad de Bari después de que el piloto de reconocimiento Werner Hahn sobrevolara la rada a bordo de su caza bimotor Messerschmitt Me 210, informando de que la defensa antiaérea era prácticamente nula y de que se encontraban fondeadas numerosas embarcaciones de la Flota Aliada.
Raid sobre Bari
La tarde del 2 de Diciembre de 1943, despegaron del centro de Italia y también desde Yugoslavia un total de 105 bombarderos Junkers Ju 88 que se reunieron en el Mar Adriático para volar en paralelo junto a la costa de la Península Italiana. Gracias a que uno de los bimotores se adelantó y lanzó papeles de aluminio sobre los radares enemigos, los Aliados fueron incapaces de detectar la posición real de la formación que de repente apareció sobre Bari a las 19:25 horas, encontrando a los barcos anclados en la rada totalmente desprevenidos, pues únicamente respondió una batería antiaérea que derribó a uno de los Junkers Ju 88.
El ataque al puerto de Bari fue un éxito porque el centenar de bombarderos Junkers Ju 88 arrojaron sus bombas a placer y prácticamente sin ser molestados sobre un objetivo inmóvil y que apenas se defendió. El resultado fue devastador porque un total de 28 navíos resultaron hundidos incluyendo el crucero Barletta, el dragaminas Ardito, los dos patrulleros Porto Pisano y MB-1013, el velero Inaffondabile y los siete mercantes Cassala, Corfú, Frosinone, Goggiam, Genespesca II, Luciano Orlando y Volodda en el caso de la Italia Cobeligerante que combatía del lado de los Aliados; mientras que en el lado occidental sucedió lo mismo con los cinco buques canadienses entre los que estaban el patrullero HMCS Devon Coast y los cuatro cargueros SS Fort Athabasca, SS Fort Lajoire, SS Lars Kruse y SS Testbank, los cinco mercantes estadounidenses SS John Bascom, SS John Harvey, SS John Motley, SS Joseph Wheeler y SS Samuel Tilden, los tres cargueros noruegos SS Bollsta, SS Norlom y SS Lom, los dos mercantes polacos SS Lwów y SS Puck, y el carguero francés libre Aude. De igual forma también fueron deñados de gravedad o dejados fuera de combate otros doce barcos, entre estos el destructor neozelandés HMSNZ Zetland, el patrullero italiano cobeligerante Argo, los cuatro mercantes canadienses SS Bicester, SS Brittany Coast, SS Crista y SS Vienna, los tres cargueros norteamericanos SS Grace Abbott, SS Lyman Abbot y SS John Schofield, el mercante soviético Dagö, el carguero holandés SS Odysseus, y el mecante noruego SS Vest.
La destrucción del puerto de Bari y las bajas infligidas a la Flota Aliada fueron terribles, pero lo peor vino cuando una de las bombas impactó y echó a pique al carguero estadounidense SS John Harvey. Lo que a continuación sucedió fue un verdadero infierno porque el gas mostaza que contenía en su interior se liberó a la atmósfera, matando y asfixiando a los marineros supervivientes y a las tripulaciones de los barcos de alrededor. De hecho en cuestión de minutos la nube tóxica se extendió por toda la rada y al interior de la misma ciudad, acabando con la vida de 700 militares y 1.000 civiles italianos, los cuales fueron víctimas de una muerte terrible con dolorosas corrosiones en la piel, problemas respiratorios al encharcarse los pulmones y convulsiones nerviosas que dejaron infinidad de cadáveres tirados por los calles.
Resultado
La incursión de la Fuerza Aérea Alemana sobre la ciudad de Bari fue uno de los mayores triunfos de la aviación del Eje en el año 1943, no solamente por las bajas humanas y materiales infligidas a sus oponentes que fueron gigantescas, sino porque el puerto dejó de estar operativo durante varias semanas, dificultando las logística y las operaciones bélicas sobre el sector adriático de la «Línea Gustav». Aquel revés que los Aliados jamás imaginaron y que en parte fue responsabilidad de Estados Unidos por estar encargado de la defensa de los muelles, sería bautizado por muchos de los supervivientes de la época como el «Segundo Pearl Harbor.»
Los Aliados sufrieron 2.000 muertos entre 1.000 soldados o marineros y 1.000 civiles italianos; además de ser hundidos 28 de sus navíos entre 1 crucero, 1 dragaminas, 3 patrulleros, 23 cargueros y 1 velero (por nacionalidad 12 italianos cobeligerantes, 5 estadounidenses, 5 canadienses, 3 noruegos, 2 polacos y 1 francés libre), así como resultar dañados 12 buques entre 1 destructor, 1 patrullero y 10 cargueros (por nacionalidad 4 canadienses, 3 estadounidenses, 1 soviético, 1 holandés, 1 noruego y 1 italiano cobeligerante)
Alemania sufrió el derribo de 1 avión Junkers Ju 88.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, los efectos del bombardeo a Bari se notaron en las siguientes generaciones porque el gas mostaza liberado permaneció en algunos rincones de la ciudad durante décadas, enfermando como consecuencia de ello muchas otras personas que con el paso del tiempo irían falleciendo o en todo caso tendrían secuelas de salud muy graves. A pesar de la tragedia, el Gobierno de Washington ocultó su negligencia hasta que la administración del Presidente Lyndon Johnson destapó la terrible verdad en el año 1967, registrándose curiosamente el último caso de enfermedad por la sustancia tóxica en una fecha tan lejana como 1986.
Bibliografía:
-Jesús Hernández, Apocalipsis en Bari, Revista Muy Historia Nº22 (2009), p.53
-http://en.wikipedia.org/wiki/Air_raid_on_Bari