Las campaña de las Islas Svalbarg fue el enfrentamiento terrestre, aéreo y naval más cercano al Polo Norte que mantuvieron Alemania y los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial. La lucha por este archipiélago propiedad a Noruega, comenzó con la invasión germana de 1941, continuó con un desembarco anglo-noruego en 1942 y concluyó con el ataque alemán protagonizado por los acorazados Tirpitz y Scharnohorst durante la «Operación Zitronella» de 1943.
Ocupación de las Islas Svalbarg
Las Islas Savlbarg eran un archipiélago del Círculo Polar Ártico situadas a 800 kilómetros al norte de la costa septentrional de Noruega, las cuales abarcaban 62.000 kilómetros cuadrados que se extendían sobre tres grandes espacios, concretamente la Isla de Spitsbergen al oeste, la Isla de Nordaustlandet al noreste y la Isla de Edgeoya al sureste, seguidas por otras más pequeñas como las Islas de Barentsoya, Lagoya, Hopen, Danskoya, Kvitoya, Wilhelmoya, etcétera. La geografía de estos enclaves insulares se caracterizaba por un terreno totalmente cubierto de hielo que se extendía a lo largo y ancho de una compleja red de montañas, precipicios y fiordos sometidos a temperaturas glaciares, donde existían una abundante fauna de focas, morsas, osos polares, renos y zorros polares.
El archipiélago de las Islas Svalbard fue descubierto por el explorador holandés Willem Barents en 1596, aunque ningún país se interesó por el enclave hasta el siglo XIX cuando fueron descubiertos ricos yacimientos de carbón. A partir de entonces entraron en litigio varias naciones por apropiarse del lugar como por ejemplo Dinamarca, Holanda, Gran Bretaña, Suecia o Rusia, siendo finalmente Noruega la que se apropió del territorio con la firma del Tratado de Svalbard en 1920, cuyo documento entró en vigor en 1925 al poco de registrarse 2.227 habitantes entre noruegos, islandeses, suecos, daneses y rusos.
Noruega explotó fundamentalmente los yacimientos carboníferos de las Islas Svalbard a través de la Compañía Norske Kullkompanie con sede en la Isla de Spitsbergen, aunque concedió un derecho de extracción a la Unión Soviética sobre las minas de Barentsburg y Grumant, en donde se establecieron 1.987 mineros rusos de la Compañía Estatal Artik Ugol. De hecho al estallar la Segunda Guerra Mundial en 1939, tanto los empleados noruegos como soviéticos habían extraído más de 7 millones de toneladas de carbón de las Islas Svalbard.
La ocupación de Alemania a Noruega en 1940, convirtió a las Islas Svalbard en el único territorio libre del gobierno en el exilio que se asentó en Inglaterra al frente del Rey Haakon VII. Al año siguiente, en 1941, con la invasión del Tercer Reich a la Unión Soviética, el Ministro de Asuntos Exteriores Vyacheslav Molotv solicitó al embajador británico Sir Stafford Cripps que se procediese a la evacuación del archipiélago por miedo a una agresión alemana que concluyera en el apresamiento de sus trabajadores. Así fue como se puso en marcha la «Operación Gaunlet» en la que nueve barcos de la Marina Real Británica (Royal Navy) al mando del contraalmirante Philip Vian, entre estos el carguero SS Empress of Canadá, los dos cruceros HMS Nigeria y HMS Aurora, los tres destructores HMS Icarus, HMS Antelope y HMS Antonhy, y los tres barcos de carga de mineral noruegos Munin, Nandi e Ingerto, sacaron el 25 de Agosto a los 2.000 mineros soviéticos que llevaron al puerto ruso de Múrmansk, a los 900 noruegos que condujeron a Escocia y a un cargamento de 8.900 toneladas de carbón que trasladaron a Islandia, antes de dinamitar el carbón restante e incendiar los depósitos de petróleo, una tarea de la que se encargó el Cuerpo Real de Ingenieros del Canadá.
Al mes de producirse la evacuación de las Islas Savalbard, el 25 de Septiembre de 1941, un avión de la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe) aterrizó en la Isla de Spitsbergen sobre la pista abandonada del Aeródromo de Banso. Precisamente la misión fue bautizada como «Operación Banso», pues en seguida tomaron tierra un personal de diez alemanes al mando del doctor Erich Ettiene, quienes establecieron una base a 4 kilómetros de Longyearbyen con equipos de radio y comunicaciones. De hecho al cabo de tres semanas, el 15 de Octubre, los transportes germanos Homan y Sachsen desembarcaron en el Fiordo de Lilliehöök a un segundo equipo al frente del contraalmirante Fritz Konrad que en esta ocasión instalaron una estación climatológica dependiente del Servicio Meteorológico Naval (Marinewetterdientes). Una vez se hubo completado la ocupación del archipiélago, las Islas Svalbard se convirtieron en el territorio más al norte de la Tierra invadido por Alemania en la Segunda Guerra Mundial.
Operación Fritham
Jamás los Aliados sospecharon acerca de que el Tercer Reich acababa de apoderarse de las Islas Svalbard, por lo que ya con la seguridad de que no había trabajadores que pudiesen resultar heridos, el Gobierno de Londres concedió al exiliado Rey Haakon VII su aprobación de militarizar el archipiélago. De este modo en 1942 se emprendió la «Operación Fritham» con la salida desde Escocia de una fuerza invasora compuesta por 83 efectivos, entre estos 80 soldados del Ejército Noruego en el exilio al mando del teniente coronel Einar Sverdrup, así como tres británicos al frente del oficial de enlace Arthur Godfrey, los cuales viajaron a bordo del rompehielos militar noruego Isbjorn y el cazafocas armado Selis.
Mientras el contingente de la «Operación Fritham» hacía escala en Islandia, la guarnición de la Isla de Spitsbergen fue reforzada con ingenieros traídos por un avión Heinkel He 111 que a los mandos del teniente Rudolf Schütze aterrizó en el Aeródromo de Banso. Casualmente a los pocos minutos de tomar tierra, un hidroavión de reconocimiento británico PBY Catalina que sobrevolaba la zona, tuvo la suerte de fijarse en el bombardero germano aparcado sobre la pista de hielo y decidió atacarlo, disparando entonces 1.500 balas contra el objetivo, de las que tan sólo treinta alcanzaron al aparato, pero sin causar ningún daño significativo porque al poco tiempo el Heinkel He 111 despegó para regresar ileso a Noruega. Este suceso tendría unas consecuencias dramáticas para los Aliados, pues los mandos británicos cometieron el gravísimo error de no advertir acerca de la presencia alemana a las fuerzas noruegas que se aproximaban a la isla, mientras que los germanos sí eran conscientes de que iban a ser atacados.
A las 20:00 horas del 13 de Mayo de 1942, el rompehielos noruego Isbjorn y el cazafocas armado Selis accedieron a la Isla de Spitsbergen a través del Fiordo de Is, desembarcando entonces al contingente en el puerto de Green Harbor, debido a que fue imposible aproximarse más hacia el interior debido a la presencia de bancos de hielo. Aquella situación de vulnerabilidad con las tropas descargando el material y los dos barcos inmóviles acabaría fatal en la jornada del 14 de Mayo, pues al atardecer un grupo de cuatro bombarderos pesados Focke Wulf Fw 200 Cóndor aparecieron sobre Green Harbor y soltaron su mortífera carga de bombas sin que los artilleros de los cañones Oerlikon instalados en los navíos les alcanzasen ni una sola vez. La oleada de destrucción dejada por los cuatrimotores fue tremenda porque los artefactos hundieron al instante al rompehielos Isbjorn, luego incendiaron y echaron a pique al cazafocas Selis, a continuación destrozaron casi todas las vituallas desembarcadas y por último causaron al contingente un total de 22 bajas entre 15 muertos y 7 heridos, estando entre los fallecidos los dos mandos de la expedición, tanto el teniente coronel noruego Einar Sverdrup como el oficial británico Arthur Godfrey.
Los 69 supervivientes del raid sobre Green Harbor quedaron bajo el liderazgo del oficial noruego Ove Roll Lund, quién para evitar a la aviación enemiga se internó en las hostiles tierras heladas de Nordensköld, en donde perdería la vida otro soldado al precipitarse por la grieta de un bloque de hielo. Como por suerte encontraron un refugio abandonado del año 1941 con provisiones de harina, carne de cerdo, huevos, champiñones, azúcar, café y té, pudieron reponerse y organizar una expedición ante la sospecha de que los alemanes ocupaban la isla. Así fue como una primera columna de 35 hombres esquivó la ciudad de Barentsburg mediante una caminata sobre esquís de 60 kilómetros hacia Svegruva, mientras otra se dirigía por Kapp Laila y el Valle de Coles. Ambas se encontraron al sureste de Longyearbyen el 17 de Mayo, desde cuyas elevaciones descubrieron el Aeródromo de Banso.
Como atacar el Aeródromo de Banso juzgaron que sería imposible debido a las pésimas condiciones en que se encontraba el contingente del oficial Ove Roll Lund, éste optó por desviarse hacia el sur y levantar un campamento en el discreto Fiordo de Van Mijen. Allí pasarían un mes y medio en el que el 25 de Mayo pudieron sacar a sus heridos más graves a través de un hidroavión PBY Catalina que los condujo a las Islas Shetland, mientras que el 2 de Julio desembarcó como refuerzo un segundo contingente de 85 soldados noruegos traídos por el crucero británico HMS Manchester y el destructor HMS Eclipse. Lo que no sabían aquellas tropas fue que entre el 4 y el 9 de Julio, los germanos al saberse en inferioridad numérica, se decantaron por evacuar vía aérea a todo su personal de las Islas Svalabard que fue puesto a salvo en la seguridad de Noruega, por lo que nuevamente el archipiélago volvió a quedar bajo posesión de los Aliados.
Operación Zitronella
Durante la segunda mitad de 1942 y la primera mitad de 1943, las Islas Svalbard fueron el único territorio libre del Tercer Reich en Noruega que gestionaban administradores enviados por el Rey Haakon VII. La guarnición de las islas consistía en 152 soldados del Ejército Noruego equipados con dos baterías costeras y dos cañones antiaéreos Bófors de 40 milímetros, estos últimos responsables de haber derribado tres aviones alemanes del modelo Heinkel He 111 que en diversas ocasiones atacaron el Fiordo de Adventdalen, Barentsburg y Hiorthhamn.
El Tercer Reich nunca se olvidó de las Islas Svalbard y por eso en verano de 1943 puso en marcha la «Operación Zitronella» para neutralizar las instalaciones que el Ejército Noruego poseía en la Isla de Spitsbergen. Así fue como la Marina de Guerra Alemana (Kriegsmarine) envió desde Noruega a una escuadra de 11 navíos al mando del vicealmirante Friedrich Hüffmeier y el contraalmirante Hans Karl Meyer que se integraba por los dos acorazados Tirpitz y Scharnhorst, así como los nueve destructores Erich Steinbrick, Karl Glaster, Theodore Riedel, Hans Lody, Z-27, Z-29 y Z-30, además de transportar a 600 soldados adscritos al 349º Regimiento de Granaderos de la 230ª División de Infantería.
A las 3:00 horas de la madrugada del 8 de Septiembre de 1943, la Kriegsmarine alcanzó la costa occidental de la Isla de Spitsbergen y accedió al Fiordo de Is para desembarcar a los 600 granaderos en las inmediaciones de la ciudad de Barentsburg. Simultáneamente la artillería noruega se defendió porque las dos piezas antiaéreas Bófors de 40 milímetros barrieron la cubierta de algunos destructores, aunque estos últimos reaccionaron rociando el litoral con 20 proyectiles que acabaron con ambos cañones y sus dotaciones. Al mismo tiempo, los grandes calibres de los acorazados Tirpitz y el Scharnhorst volaron las dos baterías costeras; mientras las tropas se abrían paso por el lugar y forzaban a los noruegos supervivientes a refugiarse en las profundidades de una mina de carbón.
Los alemanes se hicieron con el control de la situación al poco de lanzar la «Operación Zitronella» debido a que no otorgaron ninguna capacidad de reacción a los defensores noruegos. Gracias a esta superioridad en potencia de fuego, el acorazado Tirpitz bombardeó a placer la costa destruyendo ocho almacenes de municiones, incendiando los depósitos de combustible y neutralizando el yacimiento carbonífero de Heerodden. También los soldados del 349 Regimiento de Granaderos echaron abajo varias instalaciones con sus equipos de demolición, cortaron los cables radiofónicos y prendieron a decenas de cautivos, antes de embarcar esa misma tarde en la flota para regresar victoriosos a Noruega.
El resultado de la «Operación Zintronella» fue un éxito porque no sólo se dejó fuera de combate a las Islas Svalbard, sino que además se provocó a los noruegos un total de 85 bajas entre 11 muertos y 74 prisioneros, entre estos el capitán Morten Bredsdorff que era el asistente personal del Rey Hakoon VII; a cambio de encajar los alemanes 58 bajas entre 9 muertos y 49 heridos. A pesar de esta victoria, tan sólo un mes y medio más tarde, el 19 de Octubre de 1943, desembarcaría en la Isla de Spitbergen y rescataría a los noruegos ocultos en la mina un contingente de tropas norteamericanas procedente del crucero estadounidense USS Tuscaloosa, por lo que las Islas Svalbard volvieron a quedar bajo control de los Aliados.
La campaña de las Islas Svalbard entre 1942 y 1943 costaron a los Aliados un total de 108 bajas entre 27 muertos, 7 heridos y 74 prisioneros, así como el hundimiento de 2 barcos de transporte y la destrucción de 4 piezas de artillería; mientras que al Eje un total de 62 bajas entre 13 muertos y 49 heridos, además del derribo de 3 aviones. Ante estos datos, la lucha llevada a cabo en el archipiélago fue testimonial, pero no por ello feroz, lo que fue un claro ejemplo más del límite de alcance de la Segunda Guerra Mundial a latitudes tan alejadas como el Polo Norte.
Bibliografía:
-Antonio García Palacios, Général Hivern, la Influencia del Clima y los Condicionantes Biogeográficos en la Guerra, «Fritham 1942. Meteorología y Conflicto en las Islas Svalbard», HRM Ediciones (2023), p.332-356
-https://fr.wikipedia.org/wiki/Operation_Zitronella