Campaña de las Islas Marshall

La Micronesia fue durante la Segunda Guerra Mundial un dominio colonial de Japón que a causa de su posición geográfica comprendió uno de los objetivos más estratégicos del conflicto debido a que el archipiélago era el de mayor tamaño y extensión en toda Oceanía. Ante la ventaja que suponía su eventual posesión o neutralización por interponerse a medio camino entre América y Asia, las fuerzas de Estados Unidos optaron por llevar a cabo una serie de desembarcos sobre dicho conglomerado de formaciones coralinas en mitad del Océano Pacífico a través de la conquista de los Atolones de Kwajalein, Eniwetok y Majuro, los tres en las Islas Marshall.

«Operación Flintlock»

La estrategia adoptada por Estados Unidos de cara a la Segunda Guerra Mundial en Oceanía se había basado en los denominados «saltos de rana» consistentes en invadir una serie de archipiélagos sobre el Pacífico Central hasta completar la vasta cadena hacia el propio Japón. Lamentablemente la primera experiencia no había sido muy positiva porque durante la campaña de las Islas Gilbert los norteamericanos sufrieron infinidad de bajas en la sangrienta Batalla de Tarawa, algo que muchos temieron se repetiría en el siguiente objetivo situado a 600 millas náuticas de distancia, concretamente las Islas Marshall cuando desde el Estado Mayor de Washington aprobó sus conquista a inicios de 1944.

Las Islas Marshall eran un conjunto de archipiélagos sobre el Océano Pacífico ubicados en el extremo más oriental de la Micronesia justo por encima de las Islas Kiribati. Conformado por un conjunto de veinte atolones e islotes menores, la mayoría de coral y unos pocos de origen volcánico, sus límites se extendían hasta el Atolón de Maloeap el este, el Atolón de Utae al oeste, el Atolón de Ebon al sur y el Atolón de Eniwetok al norte, siendo su posición un privilegio porque la ruta marítima conectaba el Pacífico Central con el Pacífico Sudoccidental y por tanto el eje que comunicaba Estados Unidos con Australia y los dominios del Imperio Japonés.

Bajo el nombre de «Operación Flintlock», el 1 de Enero de 1944 se autorizó el plan para invadir las Islas Marshall, aunque durante los días próximos se retrasaría por discrepancias entre los propios mandos de la Flota Estadounidenses (US Navy). Según el vicealmirante Raymond Spruance se debía ocupar la mayor parte del archipiélago desembarcando al Cuerpo de Marines en los Atolones de Kwajalein, Maloeap y Jaluit; mientras que el almirante Chester Nimitz que era el responsable del Pacífico Central opinaba que solamente iba a ser necesario necesario tomar el Atolón de Kwajalein por su ubicación céntrica y porque poseía un aeródromo, evitándose de ese modo tener repetir una sangrienta experiencia como la vivida en la Batalla de Tarawa. Finalmente y tras mucho debatir se llegó a un término medio porque la 51ª Fuerza Operativa del almirante Holland Smith y la 52ª Fuerza Operativa del almirante Richmond Turner desembarcarían a la 7ª División de Infantería del general Charles Corlett en el Atolón de Kwajalein y al 106º Regimiento de Infantería en el Atolón de Majuro, mientras que 53ª Fuerza Operativa del almirante Richard Connolly haría lo propio con la 4ª División de Marines del general Harry Schmidt en la Isla de Roi-Namur, antes de que una vez completado el trabajo todas estas unidades fuesen desviadas hacia el norte para apoderarse del Atolón de Eniwetok.

Aproximadamente los Estados Unidos reunieron a 42.000 soldados o marines, 133 aviones y 104 navíos distribuidos en 9 portaaviones, 7 acorazados, 8 cruceros, 42 destructores, 11 dragaminas, 5 cazasubmarinos y 22 transportes.

Fuerzas Estadounidenses:
Ejército Estadounidense y Cuerpo de Marines
-4ª División de Marines
-7ª División de Infantería
-106º Regimiento de Infantería
Flota Estadounidense
-9 Portaaviones: USS Manila Bay, USS Sangamon, USS Suwannee, USS Chenango, USS Intrepid, USS Essex, USS Cabot, USS Cowpens y USS Monterey
-7 Acorazados: USS Pennsylvania, USS Tennessee, USS Colorado, USS Maryland, USS Idaho, USS New Mexico, USS Missisippi
-8 Cruceros: USS Louisville, USS Portland, USS Indianapolis, USS Minneapolis, USS New Orleans, USS San Francisco, USS Santa Fe y USS Mobile
-42 Destructores: USS Morris, USS Phelps, USS Hall, USS Hoel, USS Trathen, USS Hailey, USS John Rodgers, USS Hazelwood, USS Haggard, USS Franks, USS Schroeder, USS Hailey, USS McKee, USS Stevens, USS Bailey, USS Fraizer, USS Hall, USS Meade, USS Colahan, USS Murray, USS Harrison, USS Ringgold, USS Sigsbee, USS Bancroft, USS Coghlan, USS Caldwell, USS Halligan, USS Hull, USS MacDonought, USS Hughes, USS Kidd, USS Hopewell, USS Portefield, USS Remey, USS Haraden, USS Anderson, USS Russell, USS Mustin, USS Farragut, USS Monaghan, USS Dale y USS Whitman
-11 Dragaminas: USS Palmer, USS Stansbury, USS Zane, USS Perry, USS Revenger, USS Pursuit, USS Requisite, USS YMS 90, USS YMS 91, USS YMS 383 y USS YMS 388
-5 Cazasubmarinos: USS SC-1066, USS SC-539, USS SC-999, USS SC-1068 y USS SC-1033.
-22 Transportes: USS Rocky, USS Mount, USS Cambria, USS Leonard Wood, USS Overton, USS Manley, USS Zeilin, USS Ormsby, USS Windsor, USS President Folk, USS Virgo, USS Ashland, USS Harris, USS Harry Lee, USS Fayette, USS Leedstown, USS Centaurus, USS Lindenwald y USS Belle Grove, USS Epping Forest, USS Gunston Hall y USS Cap Buchanan.

Plan de Japón

Japón era el propietario legítimo de las Islas Marshall después de habérselas arrebatado a Alemania en 1914 durante la Primera Guerra Mundial y posteriormente las hubiera obtenido como recompensa en la firma del Tratado de Versalles en 1919. Desde entonces y sobretodo a partir de la década de 1930, el lugar se convirtió en un punto estratégico clave de la Marina Imperial Japonesa hasta mediados de la Guerra del Pacífico, cuando temiéndose una invasión por parte de Estados Unidos, el Ejército Imperial Japonés desplegó a los siguientes efectivos: 2.741 soldados de los 2º y 104º Batallones de Artillería al mando del general Yoshima Nishida en el Atolón de Eniwetok; 2.000 combatientes entre 600 infantes y 1.400 trabajadores del vicealmirante Michuyuki Yamada en el Atolón de Kwajalein; y los restantes 6.000 hombres distribuidos de manera desigual por los Atolones de Wotjie, Majuro y Ainligapalap.

Aproximadamente Japón reunió a 10.841 soldados, 9 tanques y 10 aviones.

Batalla del Atolón de Kwajalein

Al amanecer del 30 de Enero de 1944, las 51ª y 52ª Fuerzas Operativas entraron en la laguna de coral del Atolón de Kwajalein. Acto seguido, los tres acorzados USS Washington, USS Massachusetts y USS Indiana bombardearon con sus grandes calibres las posiciones del Ejército Japonés, a los que muy pronto se unieron los aviones embarcados de los cinco portaaviones USS Intrepid, USS Essex, USS Cabot, USS Cowpens y USS Monterey, así como bombarderos medios B-25 Mitchell procedentes de las Islas Gilbert que arrasaron la Isla de Roi-Namur.

Como fase previa a la invasión sobre el Atolón de Kwajalein, una escuadra de la Flota Estadounidense se dirigió al cercano Atolón de Majuro, donde las barcazas y lanchas del V Cuerpo Anfibio desembarcaron al 135º Regimiento de Infantería. Sorprendentemente y contra todo lo esperado apenas se produjo resistencia, salvo por el fuego aislado de francotiradores nipones que fueron fácilmente eliminados sin sufrir los norteamericanos ni una sóla baja. Gracias a este triunfo inesperado, los estadounidenses se apropiaron del resto de islotes y de un aeródromo con pista que sería esencial para apoyar las operaciones en el Atolón de Kwajalein.

El 31 de Enero de 1944 comenzó el desembarco en el Atolón de Kwajalein mediante la ocupación de cinco pequeñas formaciones de coral en medio del agua que ya costaron las primeras bajas a los norteamericanos que encajaron 66 bajas entre 18 muertos, 40 heridos y 8 desaparecidos tras matar a los escasos japoneses presentes. A pesar de las dificultades, al mediodía los invasores conquistaron la Isla de Ennuebing haciendo 20 prisioneros nipones, cayendo a continuación las Islas de Ennugaret, Mellu y Obella, así como por la tarde las Islas de Ennylabegan, Bigej y Arnold en las que aniquilaron a los 24 defensores japoneses a costa de morir un sólo estadounidense.

En la mañana del 1 de Febrero de 1944 los 5 kilómetros de la Isla de Kwajalein (que era la mayor del Atolón de Kwajalein) fue bombardeada intensamente por los acorazados y cruceros de las 51ª y 52ª Fuerzas Operativas, así como por la aviación embarcada del portaaviones USS Manila Bay y por las piezas de artillería emplazadas en la cercana Isla de Enubuj. La guarnición al mando del almirante Akiyama Monzo apenas supo lo que ocurría, ya no solo porque los proyectiles cortaron los cables e interrumpieron parcialmente las comunicaciones, sino porque fueron incapaces de descifrar los códigos de la Flota Estadounidense debido a que los mensajes los transmitían indios navajos en su propio idioma.

Marines con una ametralladora Browning en la Batalla de Kwajalein.

A las 9:30 horas del 1 de Febrero, las barcazas y carros anfibios LVT que transportaban a la 7ª División de Infantería recibieron los disparos de las baterías de costa del Ejército Japonés a 30 metros de las playas, registrándose algunas bajas, pero logrando la mayor parte de los soldados desembarcar en la Isla de Kwajalein. Una vez en la orilla, las tropas norteamericanas y los tanques anfibios LVT avanzaron entre los palmerales y establecieron dos cabezas de 90 metros denominadas «Playa Rojo 1» y «Playa Rojo 2», venciendo a la mal organizada resistencia japonesa y ocupando casi 1 kilómetro y medio de la isla a la caída de la noche. Hasta entonces los norteamericanos habían obtenido un resultado espectacular porque a costa de únicamente encajar 63 bjas entre 17 muertos y 46 heridos, causaron a los japoneses 500 muertos y capturaron a 11 prisioneros.

Simultáneamente a la Isla de Kwajalin también fue invadida la Isla de Roi-Namur por parte de los 23º y 25º Regimientos de Marines adscritos a la 4ª División de Marines, empleando para la ocasión tanques anfibios LVT que capaces de rodar por el coral batieron a numerosas posiciones enemigas con su cañón de 37 milímetros en la torrera. Lamentablemente en cuanto los soldados norteamericanos alcanzaron las zonas de playa, quedaron inmovilizados en la arena por los peligrosos obuses de 105 milímetros que les causaron algunas pérdidas y también por las ráfagas procedentes de los búnkers ocultos entre los palmerales. Así transcurrió la situación hasta que intervinieron los tres acorazados USS Maryland, USS Colorado y USS Tennesee que lanzaron 6.000 toneladas de proyectiles, cayendo unos pocos por error sobre los propios marines a los que provocaron 20 muertos y 100 heridos en un polémico caso de «fuego amigo», además de destruir a mucho del material desembarcado en un gigantesca explosión que elevó una columna de humo visible a más de 1 kilómetro de altura. De hecho el único avance significativo aquella jornada lo consiguió el 23º Regimiento de Marines a la hora de despejar varios atrincheramientos enemigos con armas cortas y lanzallamas, con cuyos chorros desde la manguera eliminaron a unos cuantos cañones de 75 milímetros.

La noche del 1 al 2 de Febrero, un grupo de 300 soldados japoneses emprendieron una carga «Banzai» contra de la 7ª División de Infantería en la Isla de Kwajalein que causó unas bajas mínimas a los norteamericanos a costa de ser masacrados la mayor parte de los nipones a manos de los tanques Sherman. Nada más amanecer, tuvo lugar otra carga «Banzai» a través de unos campos de maíz que terminó igual de mal que la primera porque los asaltantes fueron dispersados y despedazados por las piezas de la artillería emplazadas en la vecina Isla de Enubuj. Hasta entonces el resultado de las dos cargas «Banzai» había dejado 400 soldados japoneses muertos por tan sólo 262 bajas estadounidenses entre 11 muertos y otros 241 heridos.

Al día siguiente, el 3 de Febrero de 1944, solamente 300 tropas japonesas permanecían con vida en la Isla de Kwajalein. Como estas últimas posiciones todavía eran formidables y los soldados norteamericanos no querían arriesgarse a asaltarlas frontalmente, la aviación embarcada arrojó cientos de bombas que destruyeron algunas de las fortificaciones enemigas, sobretodo aquellas construidas a base troncos o madera entre la vegetación. A raíz de este castigo al que los nipones fueron sometidos desde el aire, las tropas norteamericanas se hicieron con el control de toda la costa y con el pequeño embarcadero abandonado de la Marina Imperial Japonesa.

Explosión por «fuego amigos» sobre el Cuerpo de Marines en la Isla de Roi-Namur.

La aviación embarcada también bombardeó intensamente la Isla de Roi-Namur el 3 de Febrero facilitando a la 4ª División de Marines asegurar toda la laguna de coral y también a los ingenieros navales «seabess» trabajar sin ser molestados para aproximarse a los búnkers enemigos uno a uno y posteriormente volarlos con minas o explosivos enterrados bajo la arena. Gracias a las detonaciones que siguieron a los minados, los últimos defensores japoneses fueron completamente aniquilados, algo que permitió a los marines ocupar el aeródromo y por tanto concluir la conquista de la Isla de Roi-Namur después de haber encajado los norteamericanos 815 bajas entre 313 muertos y 502 heridos.

A las 8:00 horas del 4 de Febrero de 1944, la 7ª División de Infantería desencadenó la ofensiva final contra la Isla de Kwajalein arrollando a los supervivientes nipones y propiciando la rendición de unos pocos soldados coreanos a las 11:00 horas. Respecto a los últimos japoneses, lanzaron una carga «Banzai» para terminar todos siendo masacrados por las tropas estadounidenses en el extremo más meridional de Punta Nero, antes de que los invasores declarasen conquistada la Isla Kwajalein después de haberse registrado 966 bajas entre 173 muertos y 793 heridos, a costa de haber exterminado a toda la guarnición japonesa y haber hecho 128 prisioneros, la mayoría reclutas forzosos procedentes de Corea.

Con la Isla de Kwajalein y la Isla de Roui-Namur en manos de Estados Unidos, el 5 de Febrero de 1944 las 51ª y 52ª Fuerzas Operativas pasaron a invadir los territorios restantes del Atolón de Kwajalein. Se trató de la Isla de Ennugeliggelap y la Isla Gellinam que fueron ocupadas por tropas norteamericanas sin encajar ni una sóla bajas por estar ambas desiertas o con tan pocos nipones que pudieron ser fácilmente eliminados. Una vez cayeron estos dos dominios y por ende todo el Atolón de Kwajalein, la campaña costó a los estadounidenses 505 muertos a cambio de haber muerto 5.000 defensores japoneses.

Batalla del Atolón de Eniwetok

Bajo la denominación de «Operación Cathpole» el 17 de Febrero de 1944 comenzó la campaña por el Atolón de Eniwetok cuando la 53ª Fuerza Operativa se presentó en el lugar transportando a 10.000 efectivos, de los cuales 2.000 pertenecían a la 7ª División de Infantería y al 106º Regimiento de Infantería, así como otros 8.000 al 22º Regimiento de Marines con los 1º y 2º Batallones adscritos a la 4ª División de Marines. Echada el ancla de la escuadra frente al archipiélago, los cruceros USS Mobile y USS Santa Fe bombardearon intensamente con sus cañones las formaciones de coral, exactamente igual que hicieron los aparatos embarcados de los tres portaaviones USS Sangamon, USS Suwannee y USS Chenango arrojando miles de bombas sobre las Islas de Engibi, Eniwetok y Parry.

El 18 de Febrero de 1944 las fuerzas del 22º Regimiento de Marines desembarcaron en la Isla de Engibi bajo el mortífero fuego de los obuses de 105 milímetros emplazados en cavidades dentro de las formaciones de coral que les causaron algunas bajas, lo mismo que los francotiradores ocultos en agujeros debajo de la tierra. Ante estas dificultades, las tropas invasoras no tuvieron más remedio que abrirse paso cavando en el suelo hasta alcanzar los escondites y silenciar a los defensores arrojando granadas o rociándolos con lanzallamas, aunque esta tarea no siempre funcionaba porque muchos pozos se interconectaban mediante túneles subterráneos en donde los nipones se deslizaban de un galería a otra. A pesar de que el trabajo fue largo y costoso para los norteamericanos, requiriéndose de mucha paciencia y del soporte naval de los acorazados USS Pennsylvania, USS Tennessee y USS Colorado, más el crucero USS Louisville y el destructor USS Phelps, los 1.200 soldados japoneses y coreanos fueron exterminados, salvo por la excepción de 19 que se rindieron, antes de que el 19 de Febrero la Isla de Engibi fuese declarada conquistada tras un saldo de 251 bajas entre los marines contando 85 muertos y 166 heridos.

Curiosamente la invasión a la Isla de Eniwetok se modificó sobre la marcha porque debido al azar los norteamericanos encontraron unos documentos en la Isla de Engibi que indicaban la presencia de 800 soldados japoneses más de los previstos, por lo que hubo de efectuarse un bombardeo mucho más largo de los habitual con la aviación embarcada de los portaaviones y un cañoneo más prolongado por parte de los acorazados, cruceros y destructores, además de procederse al desembarco del 106º Regimiento de Infantería con una enorme escolta de barcazas artilladas LVT. Lamentablemente de poco sirvieron las medidas porque entre los días 19 y 20 Febrero, los morteros japoneses mataron a un buen puñado de tropas estadounidenses en la playa y las retuvieron en la orilla, al menos hasta que al atardecer fueron depositados los refuerzos del 22º Regimiento de Marines que con fusiles y lanzallamas despejaron todas las fortificaciones y atrincheramientos del enemigo. Sin embargo a la jornada siguiente, el 21, un grupo de 400 fanáticos nipones lanzaron una carga «Banzai» con la que desbordaron a las unidades de vanguardia del 22º Regimiento de Marines y abrieron una brecha de 270 metros en la línea del frente. Afortunadamente la rápida intervención del 106º Regimiento de Infantería evitó un desastre porque los invasores taponaron el hueco abierto y desde la distancia masacraron a los asaltantes con fuego de fusilería, morteros y ametralladoras, destruyéndoles tres tanques del modelo Ha-Go. Así fue como fracasada aquella arremetida y después de haber muerto 800 nipones y ser hechos prisioneros 23 a costa de 131 bajas norteamericanas entre 37 fallecidos y 94 heridos, al mediodía se anunció la conquista total de la Isla de Eniwetok.

Marines en la Batalla de Eniwetok.

La Isla de Parry constituyó el último objetivo tanto del Atolón de Eniwetok como de las Islas Marshall cuando el 22 de Febrero de 1944 la 53ª Fuerza Operativa arrojó 900 toneladas de explosivos contra el dominio insular mediante un devastador fuego de los dos acorazados USS Pennsylvania y USS Tennessee, los dos cruceros USS Louisville y USS Indianapolis, y el destructor USS Hailey. Acto seguido se produjo el desembarco de los 1º, 2º y 3º Batallones del 22º Regimiento de Marines cubiertos por una cortina de humo de los destructores, así como de las piezas de artillería emplazadas en las Islas de Engibi y Eniwetok. Gracias a esta estratagema el contingente fue depositado en la playa sin contratiempos, incluyendo los tanques Sherman, con los que a continuación avanzaron hacia el interior silenciado a todas las posiciones japoneses hasta ser enteramente aniquilada la guarnición con un millar de tropas muertas, entre estas el general Yoshima Nishida, más 105 prisioneras sumando nipones y coreanos, a costa de perder los estadounidenses a un total de 334 hombres sumando 73 fallecidos y 261 heridos.

Con la caída de la Isla de Parry el 23 de Febrero, todavía quedaron algunas patrullas aisladas en el resto de islotes y formaciones de coral de las Islas Marshall que tuvieron que ser localizadas y eliminadas individualmente, a veces mediante bombardeos de los buques o de la aviación naval, pero también desembarcando a pelotones armados que redujeron a los últimos resistentes nipones. El proceso de limpieza del Atolón de Eniwetok se alargó hasta el 27 de Febrero de 1944 cuando el enclave fue declarado seguro después de un saldo de 3.400 muertos para el Imperio Japonés y 1.214 bajas entre 348 fallecidos y 866 heridos para el Cuerpo de Marines.

Conclusión

La campaña de las Islas Marshall que concluyó a finales de Febrero de 1944 constituyó una de las operaciones anfibias más exitosas llevadas a cabo por Estados Unidos durante la Guerra del Pacífico. Gracias en parte a la triste experiencia adquirida en la sangrienta Batalla de finales de 1943, tanto la Flota Estadounidense como el Cuerpo de Marines pudieron aprender de sus errores y mejorar ciertos aspectos como una mayor neutralización de las defensas enemigas mediante el apoyo aeronaval y el proporcionar escolta a las barcazas de desembarco con tanques anfibios LVT, algo que les permitió culminar en la conquista de los Atolones de Kwajalein y Eniwetok a costa de muy escasas bajas en comparación a las del Imperio Japonés.

Japón sufrió 10.801 bajas entre 10.487 muertos y 314 prisioneros (330 japoneses y 163 coreanos).

Estados Unidos sufrió 3.303 bajas entre 853 muertos, 2.442 heridos y 8 desaparecidos.

La «Operación Flintlock» fue incuestionablemente un triunfo completo de Estados Unidos a diferencia del excesivo coste en vidas experimentado en la Batalla de Tarawa. Con los Atolones de Kwajalein, Eniwetok y Majuro en manos de la Flota Estadounidense, así como con las Islas Gilbert ocupadas anteriormente en 1943, se pudo aislar al resto de las guarniciones del Imperio Japonés en la Micronesia para dar el siguiente «salto de rana» sobre el Pacífico Central hacia las Islas Marianas que serían invadidas a mediados de 1944. Desgraciadamente la facilidad con cayeron las Islas Marshall fueron una excepción en la Segunda Guerra Mundial porque todos los desembarcos posteriores acabarían en una matanza indescriptible de soldados norteamericanos hasta las puertas del mismo Japón.

 

Bibliografía:

-Derrick Wright, Pacific Victory, «The Marshall Islands», Sutton (2005), p.61-77
-Editores de S.A.R.P.E., Crónica Política y Militar de la Segunda Guerra Mundial, «El ataque a las Marshall» , S.A.R.P.E. (1978), p.1.444-1.448
-http://en.wikipedia.org/wiki/Operation_Hailstone