La campaña de bombardeos llevada a cabo por la VIII Fuerza Aérea Estadounidense sobre las ciudades del Tercer Reich tuvo su episodio más virulento cuando sus cuatrimotores bombardearon las fábricas de cojinetes y aviones de caza en Schweinfurt y Ratisbona. El resultado de este encuentro fue una de las mayores batallas libradas sobre los cielos de Europa, en donde los bombarderos norteamericanos y los cazas interceptores germanos se enzarzaron en un sangriento combate que terminó en un completo desastre para la aviación de Estados Unidos.
Planificación
El método acerca de cómo hundir la economía de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, no fue una tarea sencilla de averiguar ni de consensuar para los Aliados, ya que la Fuerza Aérea Estadounidense (United States Air Force o USAF) entendía mucho de cuestiones bélicas, pero no tanto de infraestructuras civiles ni de su impacto en el día a día del funcionamiento de un país. A raíz de tal desconocimiento el general Henry Arnold que era el encargado de dirigir a los bombarderos sobre Europa reunió en Washington a un equipo civil que se articuló en el Comité de Analistas de Operaciones (Committe of Operations Analyst) formado por dos financieros de Wall Street llamados Thomas Lamont y Elihu Root Jr., el jurista George Ball, el juez John Marshall Harlan, el historiador militar Edward Mead Earle y el abogado Guido Perera. Este consejo consultivo estudió con profundidad el caso y llegó a la conclusión de que para dislocar el tejido productivo alemán iba a ser necesario destruir las instalaciones de petróleo, los complejos de rodamientos de bolas y las fábricas aeronáuticas, tres objetivos que los analistas redujeron respetivamente en Ploiesti, Ratisbona y Schweinfurt.
Los campos petrolíferos de Ploiesti en Rumanía fueron el primer objetivo de los Estados Unidos durante la “Operación Maremoto” el 1 de Agosto de 1943, pero con un resultado nefasto porque apenas causaron daños a las instalaciones de crudo y encima se perdieron 53 bombarderos B-24 Liberator, la mayoría a manos de la Fuerza Aérea Rumana. A pesar de este colosal fracaso la misión sobre Alemania siguió adelante e incluso se fijó para ese mes bajo el nombre de Directiva Point Blank o Directiva Quemarropa, designándose como objetivo Ratisbona por albergar el 30% de las plantas de ensamblaje de los cazas Messerschmitt Bf 109, así como Schweinfurt por producir el 57% de los rodamientos de bolas y cojinetes del Tercer Reich.
El contingente de la VIII Fuerza Aérea Estadounidense estaría formado por un total de 835 aviones entre los que había 376 bombarderos B-17 Flying Fortress o “Fortalezas Volantes”, así como una escolta de 459 cazas entre 268 P-47 Thunderbolt y 191 Spitfires. Esta agrupación quedó divida en la 1ª Ala del general Robert Williams que con 230 bombarderos golpearía Schweinfurt para inmediatamente regresar a Inglaterra y en la 4ª Ala del coronel Curtis Le May que con otros 146 machacaría Ratisbona para a continuación atravesar los Alpes y poner rumbo a África. La Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe) por el contrario poseía a unos 400 cazas de los modelos Focke Wulf Fw 190 y Messerschmitt Bf 109 y Bf 110, los cuales estaban bajo el mando del general Adolf Galland.
Bombardeo de Schweinfurt-Ratisbona
A las 1:30 horas de la madrugada del 17 de Agosto de 1943 se despertó bruscamente a los aviadores de la VIII Fuerza Aérea Estadounidense que descansaban en los diferentes aeródromos de Anglia Oriental, a los que ordenaron llenar sus cantimploras y recoger sus mantas, antes de enviarles a consumir un desayuno especial consistente en una ración extra de beicon y huevos frescos. Acto seguido acudieron a la sala de operaciones, en donde se les detalló el plan sobre la operación en Baviera, para acto seguido poner a punto sus aviones, cargarlos de bombas y despegar con grandes formaciones de cuatrimotores que a las 5.30 horas del amanecer abandonaron los Aeródromos de Bassingbourn, Ridgewell, Polebrook, Grafton Underwood, Thurleigh, Chevelston, Alconbury, Kimbolton, Molesworth, Snetterton Health, Knettishall, Framlingham, Bury Saint Edmunds, Great Ashfield, Hortham y Thorpe Abbotts.
Como la 4ª Ala del coronel Curtis Le May partió de Gran Bretaña con una hora de diferencia respecto a la 1ª Ala del general Robert Williams, se cometió un error garrafal porque como la aviación alemana operaba directamente en las inmediaciones de sus ciudades, tendría tiempo primero de atacar a la fuerza lanzada contra Ratisbona y más tarde contra el grueso que se dirigía a Schweinfurt. El vuelo sobre el Mar del Norte transcurrió sin incidentes hasta que la primera formación alcanzó Eupen sobre Bélgica, en donde tras retirarse la escolta de P-47 Thunderbolt que ya no tenían autonomía suficiente para proseguir con la misión, de repente las “fortalezas volantes” fueron atacas por enjambres de cazas alemanes que en unas pocas pasadas abatieron a 6 bombarderos B-17.
La 4ª Ala dejó atrás Bélgica y se adentró en Alemania formando una hilera de 24 kilómetros de longitud, cuyos B-17 no dejaron de recibir el acoso de los interceptores germanos y de vez en cuando disparos de los cañones antiaéreos Flak emplazados sobre Baviera. Al poco de alcanzar Ratisbona, una ciudad de 80.000 habitantes, el bombardeo fue muy preciso porque las bombas dieron en el objetivo y destruyeron parcialmente las fábricas aeronáuticas, siendo muy pocas las que impactaron en objetivos civiles para tan sólo se registraron un puñado de muertos. Una vez completada la misión a costa de altísimas bajas, los B-17 torcieron hacia el sur y recorrieron 110 hacia los Alpes para luego atravesar el Mar Mediterráneo y aterrizar en los aeródromos desérticos del Norte de África.
A las 14:10 horas de ese 17 de Agosto, la 1ª Ala que llevaba una hora de retraso respecto de la 4ª Ala alcanzó la ciudad belga de Eupen, donde los cazas P-47 Thunderbolt al mando del coronel Hurbert Zemke ofrecieron un excelente servicio a los B-17, ya que antes de marcharse a repostar consiguieron abatir trece cazas germanos a costa de perderse tres propios. Lamentablemente en cuanto los cuatrimotores se quedaron sin escolta experimentaron un auténtico infierno porque oleadas de interceptores se cebaron a ráfagas y cañonazos, derribando nada menos que 36 “fortalezas volantes”.
Los B-17 supervivientes de la 1ª Ala encontraron Schweinfurt, por ese entonces una ciudad de 43.000 habitantes a orillas del Río Meno, cubierta por una serie de torbellinos de humo que habían levantado los generadores artificiales de niebla. Este hecho desorientó a los cuatrimotores porque en muchos casos liberaron sus bombas a ciegas, cayendo casi todos los artefactos de 450 kilogramos de explosivo sobre zonas residenciales en las que sepultaron numerosas viviendas y mataron a 200 civiles. Algunas no obstante detonaron en la fábrica de rodamientos, aunque al derrumbarse el techo la parte superior actuó a modo de escudo sobre las máquinas de bolas, por lo que la producción tan sólo se redujo en un 38%. También una bomba destruyó un taller con piezas de recambio para el caza a reacción Messerschmitt Me 262, lo que provocó retrasos en su desarrollo y por ende en su estreno durante el conflicto.
El resultado de los bombardeos sobre Schweinfurt y Ratisbona fue un absoluto fracaso porque la VIII Fuerza Aérea Estadounidense perdió la elevada cifra de 65 aviones sumando a 60 bombarderos B-17, 3 cazabombarderos P-47 Thunderbolt y 2 cazas británicos Spitfire. A este desastre hubo que añadir que otros 100 cuatrimotores quedaron gravemente dañados, aproximadamente el 60% de la aviación de bombardeo norteamericana presente en el Reino Unido, además de encajar 585 bajas entre muertos, heridos, desaparecidos y prisioneros.
Las pérdidas del Tercer Reich fueron muy escasas porque tan sólo fueron derribados 25 cazas de diversos modelos y un total de 203 civiles perdieron la vida entre las escasas zonas urbanas de Schweinfurt y Ratisbona. Respecto a los daños infligidos sobre las factorías de rodamientos de bolas o de interceptores Messerschmitt Bf 109, estas fueron reparadas en un muy breve espacio de tiempo y sus talleres dispersados en lugares escondidos de Alemania tras una orden directa del Ministro de Armamento Albert Speer.
Segundo Bombardeo de Schweinfurt
Dos meses después del catastrófico raid sobre Ratisbona y Schweinfurt, los mandos de la VIII Fuerza Aérea Estadounidense decidieron repetir la experiencia tan sólo atacando esta última y limitando el número de aparatos con la esperanza de minimizar las pérdidas. A pesar de que el autor de la operación, el general Henry Arnold, recibió algunas críticas y dudas sobre la misión por parte de algunos superiores como por ejemplo del mariscal del aire británico Arthur Harris, al final se le concedió su deseo de continuar con la Directiva Pointblank, reuniendo para la ocasión a un total de 351 bombarderos entre 291 cuatrimotores B-17 Flying Fortress y 60 B-24 Liberator.
El jueves 14 de Octubre de 1943 la VIII Fuerza Aérea volvió a abandonar Anglia Oriental en Inglaterra y a sobrevolar el Canal de la Mancha y las costas de Bélgica, en donde poco después los cazas P-47 Thunderbolt, a los que no se habían añadido depósitos extra de combustible debido a un error de intendencia, se marcharon de vuelta a Gran Bretaña para dejar solos a los cuatrimotores. De este modo fue como entre suelo belga y la región alemana de Franconia, los bombarderos fueron atacados por enjambres de interceptores enemigos procedentes de Holanda, sufriendo una gran cantidad de bajas porque decenas de aparatos se desintegraron en vuelo o cayeron envueltos en llamas mientras las tripulaciones morían atrapadas a bordo o saltaban en paracaídas para ser hechas prisioneras. No obstante la peor experiencia de aquella línea de batalla que se extendió unos 1.200 kilómetros durante tres horas fue encontrarse con una docena de bombarderos alemanes Junkers Ju 88 equipados con los denominados “tubos de estufa”, una especie de lanzacohetes que disparaban cabezas explosivas de 115 kilogramos, las cuales partieron y echaron abajo a incontables de las “fortalezas volantes”.
Al alcanzar la ciudad de Schweinfurt, los cuatrimotores B-17 volvieron a sufrir nuevas pérdidas a manos de los cañones antiaéreos Flak de 88 milímetros que destrozaron a varios aparatos, aunque pese a las dificultades lograron situarse de manera correcta sobre el objetivo y soltar su mortífera carga de bombas. Los artefactos explosivos hicieron blanco sobre las factorías de rodamientos de bolas y cojinetes, siendo en esta ocasión los daños considerables porque la producción cayó en un 67%, aunque nuevamente por espacio de poco tiempo.
Concluida la misión sobre Schweinfurt el resultado volvió a ser desolador para la VIII Fuerza Aérea Estadounidense debido a que se perdieron 80 aviones entre 77 bombarderos B-17 (60 en combate y 17 al accidentarse) y 3 cazas P-47 Thunderbolt, además de resultar dañados otros 121 aparatos, sin obviar con que los aviadores sufrieron 698 bajas entre 590 muertos, 43 heridos y 65 prisioneros. Respecto a la Fuerza Aérea Alemana las pérdidas tan sólo fueron de 35 cazas de diversos modelos y daños leves en otros 20, unas cifras asumibles en comparación con el duro golpe propinado al enemigo.
Los daños en las fábricas de rodamientos de bolas sobre Schweinfurt fueron subsanados en un plazo de seis semanas, en parte porque el Ministro de Armamento Albert Speer y su asistente Paul Kessler, optaron por hacer lo mismo que con la industria aeronáutica y dispersarla en talleres ocultos, algunos de los cuales fueron instalados de manera clandestina en países neutrales como Suecia y Suiza. A raíz de la imposibilidad de los norteamericanos por interrumpir la producción de cojinetes, algo que se sumaba a los dos fracasos anteriores, el último bautizado como “Jueves Negro”, la VIII Fuerza Aérea Estadounidense decidió concentrarse en otros objetivos y descartar nuevos raids sobre Schweinfurt.
Bibliografía:
-Donald Miller, Los Amos del Aire, la Historia de los Aviadores que golpearon el Corazón de la Alemania Nazi, “Campanas del Infierno”, Desperta Ferro Ediciones (2024), p.247-257
-Fernando Paz, Europa bajo los Escombros, Los Bombardeos Aéreos en la Segunda Guerra Mundial, “Los Aliados y la Política de Aniquilación”, Áltera (2008), p.277-279
-https://en.wikipedia.org/wiki/Schweinfurt_Regensburg_mission
-https://en.wikipedia.org/wiki/Second_Schweinfurt_raid