Graf Zeppelin

Nombre: Graf Zeppelin
Nacionalidad: Alemania
Constructora: Deutsche Werke
Tipo: Portaaviones
Clase: Portaaviones de ataque
Eslora: 246′ 96 m
Manga: 26′ 97 m
Peso: 28.100 toneladas
Velocidad: 32 nudos
Tripulación: 2.102 hombres
Botadura: 8 de Diciembre de 1938
Capacidad aérea: 50 aviones
·22 Cazas Messerschmitt Bf 109
·18 Bombarderos en picado Stuka
·10 Torpederos Fieseler Fi 167
Armamento:
·2 cañones SKC/28 de 150 mm
·12 cañones antiaéreos SKC/33 de 105 mm
·11 cañones antiaéreos SKC/30 de 37 mm
·8 ametraladoras MG C/30 de 20 mm
Historia:

Solamente Japón fue la única potencia del Eje que desplegó portaaviones durante la Segunda Guerra Mundial en el Frente Pacífico. Simultáneamente al otro lado del mundo en Europa, el Tercer Reich construyó un portaaviones que exclusivamente utilizó para ciertas tareas auxiliares en el Mar Báltico y que sería popularmente conocido con el nombre de Graf Zeppelin.

Desarrollo:

En una fecha tan temprana como 1933, la Marina de Guerra Alemana (Kriegsmarine) solicitó al Astillero Nº1 de la Compañía Deutsche Werke de Kiel la construcción de un portaaviones que no superase las 20.000 toneladas y que navegase a 33 nudos de velocidad. A pesar de que los vencedores de la Gran Guerra prohibían a Alemania el diseño de este tipo de buques, la ruptura del Tratado de Versalles el 18 de Junio de 1935 gracias a la pericia diplomática de Adolf Hitler, facilitó al Tercer Reich la producción de una nave catalogada como «Flugzeugträger A (Portaaviones A)» a partir de un casco numerado con los dígitos 252 que el ingeniero Wilhelm Hadeler bautizó el 28 de Diciembre de 1936 como Graf Zeppelin, en honor al inventor de los dirigibles Ferdinand Von Zeppelin.

Portaaviones Graf Zeppelin en la ceremonia de su botadura en el Astillero Nº1 de Kiel el 8 de Diciembre de 1938 con Adolf Hitler presidiendo el acto de la Kriegsmarine.

El Graf Zeppelin fue una nave que copió su estructura tanto del portaaviones británico HMS Courageous como del japonés Akagi tras una visita de los ingenieros alemanes a los astilleros de Gran Bretaña y Japón. Básicamente consistió en un casco longitudinal dividido en veintiún compartimentos que separaba el interior de la cubierta de vuelo de 242 metros de largo mediante una serie de planchas de acero sujetas a puntos nodales y sostenidas por vigas centrales transversales de 30 milímetros cada 2 metros. A esta pista de despegue y aterrizaje se accedía por dos hangares uno encima del otro (el superior tenía 185 metros de largo y 16 metros de largo; y el inferior 172 metros de largo por 16 metros de ancho) que se comunicaban con el exterior a través de dos elevadores capaces de transportar entre 50 y 60 toneladas. Todo este conjunto que estaba compuesto por una eslora de 246 metros y una maga de 26 metros, se encontraba protegido por 100 milímetros de blindaje en la cintura, 150 milímetros en la proa, 80 milímetros en la popa, 20 milímetros en la cubierta y una franja de 400 milímetros bajo la línea de flotación para impedir el impacto de torpedos; lo que le confería un peso de 28.100 toneladas movidas por seis calderas de alta presión a vapor del modelo La Mont que soportaban temperaturas de 450ºC y que disponían de turbinas con potencia de 50.000 caballos de vapor que se distribuían en cuatro hélices de tres cuartos, permitiendo al buque desplazarse a 32 nudos con una autonomía de 9.600 millas náuticas vacío y 3.020 millas náuticas cargado. Respecto a su armamento, a nivel defensivo poseía dos cañones dobles SKC/28 de 150 milímetros (a proa y popa), doce piezas secundarias SKC/33 de 103 milímetros en montajes dobles, once baterías antiaéreas SKC de 30 a 37 milímetros y ocho ametralladoras MG C/30 de 20 milímetros; mientras que a nivel ofensivo embarcaba cazas Messerschmitt Bf 109, bombarderos en picado Stuka Junkers Ju 87C (modificado con alas plegables especialmente para servir en el Graf Zepelin) y aparatos de reconocimiento Fielser Fi 167, los cuales eran catapultados por un sistema de aire comprimido que les empujaban sobre la pista a una fuerza de 140 kilómetros por hora con posibilidad de lanzar hasta un total de 9 aviones cada 30 segundos, siendo el tiempo de recarga de 50 minutos.

El Portaaviones de la Kriegsmarine:

Oficialmente el 8 de Diciembre de 1938, el portaaviones Graf Zeppelin fue botado en el puerto de Kiel ante una ceremonia cargada de expectación a la que asistió el propio Adolf Hitler, en compañía de la Condesa Hella Von Brandenstein Zeppelin, hija del difunto ingeniero Ferdinand Graf Von Zeppelin. Sin embargo y a pesar de su avanzado estado de desarrollo, el estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939 encontró al buque fuera de servicio porque Berlín decidió desviar toda la financiación y los recursos de materias primas en favor de la construcción de los submarinos, mucho más baratos y efectivos para hostigar a los convoyes enemigos en el Océano Atlántico, por lo que a inicios de 1940 se canceló la producción del portaaviones cuando precisamente le faltaban los últimos retoques, en concreto las armas y los aparatos sobre la cubierta.

Portaaviones Graf Zeppelin.

Sin saber la Kriegsmarine qué hacer con el Graf Zeppelin, en Julio de 1940 el portaaviones inició su primer viaje navegando a través del Mar Báltico para amarrar en el puerto de Gotenhafen en Prusia Oriental, donde fue cubierto con una gigantesca de red de camuflaje para no ser blanco de ataques aéreos. Curiosamente no se retomó su puesta en servicio hasta el 16 de Abril de 1942, cuando tras ser acondicionado para albergar aparatos embarcados, el 30 de Enero de 1943 quedó listo para entrar en combate. Lamentablemente esta iniciativa se llevó a cabo demasiado tarde porque la Segunda Guerra Mundial se había vuelto en contra de Alemania y la navegación para un portaaviones ya no era segura por el Océano Atlántico. A raíz de este nuevo contexto y ante el riesgo de que los Aliados hundiesen al buque, el Graf Zeppelin viajó hasta el puerto de Stettin, cuyas instalaciones fortificadas y red de baterías antiaéreas, le hicieron pasar inadvertido a la aviación enemiga. Curiosamente, durante esta fase de la contienda la única misión del portaaviones fue la de actuar como plataforma aérea para recibir en su pista de vuelo a cazas Messerschmitt Bf 109 y bombarderos en picado Stuka, los cuales repostaban en el Graf Zeppelin antes de continuar su ruta hacia el norte de la Unión Soviética y participar en el asedio a Leningrado.

Cuando el Ejército Rojo se presentó a las afueras de Stettin en 1945, los mandos de la Kriegsmarine decidieron destruir el Graf Zeppelin para impedir que cayese en manos enemigas. Fue así como a las 18:00 horas del 25 de Abril, un grupo de diez hombres al mando del capitán Wolfang Kähler, destrozó con explosivos todo el equipo de a bordo y abrió las válvulas del portaaviones, haciendo que el buque se hundiera parcialmente y quedase incrustado al fondo del puerto. Gracias a estos daños tan graves que afectaron a la misma estructura del buque, a las tropas soviéticas se les haría imposible volver a poner en servicio al Graf Zeppelin.

Pintura ficticia sobre dos Stukas Junkers 87C sobrevolando el portaaviones Graf Zeppelin y otros buques de la Kriegsmarine.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial en 1945, la Flota Roja del Báltico reflotó al portaaviones Graf Zeppelin en 1946 rebautizándole con el nombre de PO-101 o «Base Flotante Nº101». Sorprendentemente y como todos sus agujeros y grietas fueron taponadas con restos de submarinos alemanes y otros materiales capturados, pudieron arrastrar a la nave hasta el puerto de Swinemünde. Desgraciadamente una vez en los muelles, los ingenieros descubrieron que trasladarlo a la Unión Soviética iba a ser imposible (para los rusos fue una tragedia porque con el Graf Zeppelin aspiraban a tener su primer portaaviones), por lo que se decidió convertir al buque en un blanco de práctica de tiro durante unas maniobras navales. Fue de este modo como el 17 de Agosto de 1947, fueron necesarios los disparos de 28 proyectiles de alto calibre, 16 bombas arrojadas desde aviones y 2 torpedos para que definitivamente el Graz Zeppelin se hundiese bajo las oscuras aguas del Mar Báltico.

Hasta el año 2006, el pecio del portaaviones Graf Zeppelin no sería localizado cuando trabajadores de la Compañía Lotos Petrobaltic al servicio de Polonia localizaron sus restos en el Mar Báltico situados a 265 metros de profundidad y a 55 kilómetros de la costa del puerto de Wladyslawowo. Con este último episodio, concluyó la existencia de un buque que había ostentado el papel, aunque muy limitado, de ser el único portaaviones de Alemania en la Segunda Guerra Mundial.

 

Bibliografía:

-Ismael García, Graf Zeppelin, el único portaaviones de la Kriegsmarine, Revista Serga Nº44 (2006), p.49-66
-Rafael Moreno, El portaaviones de Hitler, Revista La Aventura de la Historia, Nº99 (2007), p.80-85