Servicio Auxiliar Femenino

Muy pocas fueron las mujeres que prestaron sus servicios como combatientes en los ejércitos regulares de la Segunda Guerra Mundial. La República de Saló fue una de las primeras naciones del mundo en tomar esta iniciativa mediante la creación del Servicio Auxiliar Femenino, una formación militar de la que saldrían cuantiosas heroínas.

Previamente a la formación de la República de Saló, el mundo femenino en la Italia Fascista había tenido cierta militarización. Por ejemplo las niñas pequeñas comenzaban su educación en el Fascio Femenino de la Ópera Nacional Balilla (Fasci Feminnile dell’ Opera Nazionale Maternità e Infanzia), continuando en la adolescencia su adiestramiento dentro de la Academia Femenina de Educación Física (Accademia Femminile di Educaziones Fisica). De hecho cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, muchas mujeres formaron parte del Servicio de Avistamiento Aéreo de la Aviación Militar (Servizio Avvistamento Aereo dell’ Aeronaturica Militare) y de la Unión Nacional para la Protección Antiaérea (Unione Nazionale per la Protezione Antiaerea o UNPA).

Carteles para el alistamiento en el Servicio Auxiliar Femenino de la República de Saló.

Al producirse el Armisticio el 8 de Septiembre de 1943 que trajo el inicio de la Guerra Civil Italiana entre los monárquicos apoyados por los Aliados y los republicanos apoyados por el Eje, un gran número de chicas italianas, la mayoría jóvenes, se concentraron espontáneamente en diversas ciudades bajo control de la República de Saló solicitando el ingreso en el Ejército Republicano (Esercito Repubblicano). Solamente en la Plaza San Sepolcro de Milán, lugar en el que Benito Mussolini había leído el Manifiesto Fascista dos décadas atrás, salieron a la calle 600 jóvenes para exigir el servicio militar; exactamente igual que en otras ciudades como Roma, Turín, Venecia, etcétera. En un principio Rodolfo Graziani, mariscal y comandante en jefe del Ejército Republicano Fascista, no tenía intención de crear unidades femeninas a pesar de que muchos mandos locales tomaron la iniciativa por su cuenta y autorizaron dicho alistamiento como la Xª Flotilla MAS con la inclusión de 300 voluntarias en el puerto de Pola dirigidas por Fede Arnaud Pocek que se agruparon en el Servicio Auxiliar de la Décima (Servicio Ausiliario della Decima) o la Guardia Nacional Republicana de Fronteras (Guardia Nazionale Repubblicana di Frontiera) que permitió la existencia de un grupo más pequeño encabezado por Anna María Bardia. Incluso la prensa se hizo eco de la necesidad de reconocer el derecho de las mujeres como soldados, tal y como recogió el artículo del periodista Concetto Pettinato en el diario La Stampa publicado en Enero de 1944.

Chicas del Servicio Auxiliar Femenino saludando a la bandera.

Oficialmente Benito Mussolini en calidad de Duce, mediante el decreto legislativo número 447 publicado el 18 de Marzo de 1944, legalizó por primera vez en Italia una ley que autorizaba ingresar a las mujeres en las Fuerzas Armadas Italianas a través del Servicio Auxiliar Femenino (Servizio Ausiliario Femminile o SAF). Al mando de dicha formación fue puesta una veterana fascista llamada Piera Gatteschi Fondelli que obtuvo el rango de general, hasta entonces el grado militar más alto que había ostentado una mujer dentro de un ejército moderno en la Historia de Europa.

El lugar de alistamiento del Servicio Auxiliar Femenino fue ubicado en la sede de Venecia, aunque más tarde se abrió una segunda oficina en Como. Las candidatas tenían que ser mayores de 18 años y menores de 45 años, además de verse obligadas a superar un examen de patriotismo y moralidad, una prueba física y poseer el título de escuela elemental con la autorización correspondiente de sus padres o maridos. Una vez eran admitidas, las jóvenes pasaban a estar sometidas a la férrea disciplina militar de cuartel, aprendiendo a levantarse al toque de trompeta, a seguir las ordenanzas, a realizar educación física, a cuidar su higiene personal, a disparar con armas, a manejarse en las especialidades técnicas, a formarse en el adoctrinamiento político y estar presente en las clases prácticas. Superados los cursos, las voluntarias juraban la bandera de la República Social Italiana y al Duce; justo antes de recibir las prendas de su uniforme consistentes en una guerrera, pantalones y boina (caqui colonial para verano y verde oscuro para invierno), además de la camisa negra con cinturón junto al resto de insignias correspondientes.

Piera Gatteschi Fondelli, la única mujer con el rango de general en la Segunda Guerra Mundial.

Un total de seis grupos constituyeron el Servicio Auxiliar Femenino que fueron distribuidos de la siguiente manera: los «Italia», «Roma» y «Brigate Nera» se acuartelaron en Venecia; mientras que los «Giovenezza», «Fiamma» y «18 Aprile» en Como. Sumando los seis grupos las italianas alcanzaron la cifra inicial de 6.737 voluntarias, de las cuales 1.237 ya estaban desempeñando funciones desde inicios de 1944 y otras 5.500 en fase de instrucción. Curiosamente cada grupo femenino disponía de su propio acantonamiento, separado siempre del de los hombres, con los que se prohibía tener relaciones mientras se prestaba servicio a la patria en tiempos de guerra. De hecho, por ser mujeres tenían un sueldo diferente acorde a sus funciones y un rancho alimenticio distinto, incluso un periódico propio al que titularon Donne in grigioverde.

Servicio Auxiliar Femenino:
Grupo «Italia»
Grupo «Roma»
Grupo «Brigate Nere»
Grupo «Giovenezza»
Grupo «Fiamma»
Grupo «18 Aprile»

Las voluntarias del Servicio Auxiliar Femenino fueron distribuidas desigualmente por las siguientes formaciones: Ejército Republicano Fascista, Guardia Nacional Republicana, Xª Flotilla MAS, Brigadas Negras, Ejército del “Liguria”, División Blindada “Littorio”, División Alpina “Monte Rosa” y Legión “Ettore Muti”. Básicamente la función de estas mujeres fue la de actuar como sanitarias, operadoras de radio, secretarias, contables, archivistas, telefonistas, telegrafistas, intérpretes, publicistas o cocineras a lo largo del frente sobre la «Línea Gótica» y más tarde en el Valle del Río Po. También en la retaguardia combatieron numerosas veces contra los partisanos comunistas sobre las montañas, distinguiéndose en la lucha armada con pistolas y fusiles. Precisamente por el valor demostrado, el Grupo «Giovenezza» fue la única formación del Servicio Auxiliar Femenino que tuvo el honor de recibir una visita de Mussolini en el Castillo Sforzesco de Milán el 18 de Diciembre de 1944, elogiando el Duce con amables palabras todo el esfuerzo realizado por aquellas mujeres.

Voluntarias italianas del Servicio Auxiliar Femenino adiestrándose en el uso del fusil y la bayoneta.

Terminada la Segunda Guerra Mundial en 1945, el destino de las voluntarias del Servicio del Auxiliar Femenino fue trágico porque la mayoría cayeron en manos de los partisanos y sufrieron la violencia bolchevique. Por ejemplo un buen puñado de ellas fueron rapadas al cero, desnudadas públicamente y obligadas a marchar por las calles ante el insulto y los escupitajos de la gente. Otras menos afortunadas sufrieron tortura, violación y muchas acabaron asesinadas o en pelotones de ejecución. Más suerte tuvieron aquellas que se rindieron a los soldados del Ejército Estadounidense porque fueron internadas en el recinto número 334 del campo de prisioneros de Scandicci, en donde permanecieron medio año hasta ser puestas en libertad en Enero de 1946.

Gracias al Servicio Auxiliar Femenino, la Italia Fascista se convirtió en el tercer país del mundo en aprobar el servicio militar a las mujeres. La primera nación había sido la República de Rusia en 1917 cuando permitió la inclusión de mujeres en el llamado «Batallón de la Muerte», costumbre que había seguido el Ejército Rojo tras la proclamación de la Unión Soviética. El segundo país del mundo en hacerlo y también el primero entre los miembros del Eje fue la India Libre (Azad Hind) mediante la creación del Regimiento de Infantería “Rani de Jhansi” en 1943, justo un año antes que Italia. Después de la Segunda Guerra Mundial y a lo largo del siglo XX, todas las prinicipales potencias del mundo y una gran parte de las naciones fueron legalizando progresivamente la incorporación de mujeres en las fuerzas armadas.

Jóvenes italianas del Servicio Auxiliar Femenino posan sonrientes para la cámara durante un descanso. Algunas de ellas llevan ramos de flores, probablemente un regalo de los soldados.

Muchas heroínas proporcionó el Servicio Auxiliar Femenino durante la Segunda Guerra Mundial mientras atendían a soldados heridos en el frente, soportaban todo tipo de bombardeos aéreos o de artillería y o estando sometidas constantemente a los ataques por la espalda de los partisanos. Entre las nombradas en el Cuadro de Honor y condecoradas con la Cruz de Guerra, la Medalla de Oro o la Medalla de Plata, estuvieron las siguientes cuatro chicas:
-Franca Barbier: Esta estudiante de 21 años permaneció en su puesto de combate en Champorcher hasta el final, momento en que fue capturada y ejecutada por los partisanos el 25 de Julio de 1944. Por mantener tal serenidad antes de ser asesinada se la condecoró póstumamente.
-Angelina Milazzo: Estudiante universitaria de 22 años y originaria de Bocconi, quién en medio de un ataque aéreo sobre la estación ferroviaria de la localidad de Garbagnate, protegió con su cuerpo a dos mujeres que estaban siendo ametralladas por un avión estadounidense en vuelo rasante, acción por la cual perdió la vida el 21 de Enero de 1945. Fue condecorada a título póstumo.
-Silvia Polettini: Fue otra joven estudiante que el 21 de Enero de 1945 fue alcanzada por un avión norteamericano que a ras de suelo escupía fuego sobre la ciudad de Rovigo mientras atendía a soldados italianos y alemanes heridos. Tras perder la vida fue premiada póstumamente.
-Nella Ruina: Rescató a 18 personas de una casa el 2 de Marzo de 1945 cuando aviones estadounidenses bombardearon la ciudad de Brescia sin temor a poner en riesgo su vida. Fue la única de las cuatro chicas del Cuadro de Honor que sobrevivió a la guerra.

Una chica italiana del Servicio Auxiliar Femenino disparando su fusil en el combate.

Juramento del Servicio Auxiliar Femenino:
Juro defender y servir a la República Social Italiana, a sus instituciones y a sus leyes, a su honor y a su territorio en paz o en guerra, realizando un sacrificio supremo. Lo juro compareciendo ante Dios y ante los Caídos por la unidad, por la independencia y por el advenimiento de la patria.

 

Bibliografía:

Associazione Culturale SAF, Servizio Ausiliario Femminile, NovAntico Editrice (2007), p.9-51
http://it.wikipedia.org/wiki/Servizio_Ausiliario_Femminile