Batalla del Mar del Coral

En Mayo de 1942, el Imperio del Sol Naciente dominaba tantos dominios en Asia y el Océano Pacífico que pronto la Marina Imperial Japonesa puso sus miras en expandirse sobre Oceanía y de paso aislar Australia del resto de los países del bando de los Aliados. Así fue como inesperadamente tuvo lugar la Batalla del Mar de Coral, cuando de forma repentina los japoneses chocaron con la Flota Estadounidenses, desarrollándose a continuación un enfrentamiento en el que no intervendrían buques de superficie ni tampoco se avistarían, ya que la aviación embarcada llevó a cabo todo el peso de la lucha por primera vez en la Historia Militar.

Plan de Japón

Con las impresionantes conquistas de Japón en el Lejano Oriente, surgieron una serie de discrepancias sobre qué nuevo paso a dar en la Segunda Guerra Mundial, siendo partidario el Estado Mayor Naval del almirante Osami Nagano en dirigirse contra la India y la Isla de Ceilán sobre el Océano Índico, la Flota Combinada del almirante Isoroku Yamamoto en destruir a los portaaviones enemigos navegando hasta las Islas Hawaii, y el Ejército Imperial Japonés del mariscal Hajime Sugiyama en encaminarse hacia el Pacífico Sur. Después de muchas discrepancias y del «Raid Doolittle» sobre Tokyo en que aviones de la Fuerza Aérea Estadounidense bombardearon la capital en Abril de 1942, los responsables de las operaciones decidieron escoger el plan de acabar con los portaaviones de la Flota Estadounidense atacando las Islas Midway, aunque antes asegurarían el flanco meridional terminando de finalizar la invasión de Nueva Guinea mediante un desembarco en Port Moresby y asegurando la ruta hacia Australia con la obtención del control del Mar del Coral.

Bajo el nombre de «Operación MO», la IV Flota Imperial del vicealmirante Shigeyoshi Inoue dividió a sus fuerzas sobre el Mar del Coral en cinco agrupaciones: la primera compuesta por once cargueros bajo responsabilidad del contraalmirante Sadamichi Kajioka atravesaría el Canal de Jomard junto a la provincia más oriental de Nueva Guinea en Paupasia para luego torcer hacia el oeste y desembarcar a las tropas del Ejército Imperial Japonés en Port Moresby; la segunda cubriría el flanco de la primera depositando a un contingente del contraalmirante Kiyohide Shima con el que establecería una base de portahidroaviones en la Isla de Tulagi; la tercera transportaría a una columna del contraalmirante Kuninori Marumo que a mitad de trayecto se apoderaría de las Islas Luisiadas; la cuarta al frente del contraalmirante Aritomo Gotô prestaría apoyo a las tres anteriores contando con la aviación embarcada del portaaviones Shôhô; la quinta liderada por el vicealmirante Takeo Takagi con la denominación de 5ª División de Portaaviones aguardaría una posible intervención de la Flota Estadounidense con los portaaviones Shôkaku y Zuikaku; y la sexta denominada Fuerza de Submarinos al mando del capitán Noburu Ishizaki entorpecería bajo el agua cualquier movimiento de los Aliados. . Completados estos objetivos, la expansión japonesa podría ampliarse desde las Islas Salomón hasta Nueva Caledonia, las Islas Fiji y las Islas Samoa, así como arrebatar a los australianos las factorías de fosfato en las Islas Ocean y la Isla Nauru necesarias para la agricultura de Japón, lo que dejaría completamente sitiada a Australia y la obligaría a pedir la paz con las potencias del Eje.

El Imperio Japonés reunió a 23 navíos entre los 3 portaaviones Shòkaku, Zuikaku y Shôhô, los 6 cruceros Myoko, Haguro, Aoba, Kako, Kinugasa y Furutaka, los 7 destructores Ushiro, Akebono, Ariake, Yugure, Shiratsuyu, Shigure y Sazanami, los 7 submarinos I-21, I-22, I-24, I-28, I-29, RO-33 y RO-34, y el petrolero Toho Maru. Respecto a la aviación embarcada fueron desplegados 147 aviones entre 58 cazas Zero, 47 torpederos Nakajima B5N y 42 bombarderos en picado Aichi Val.

Plan de los Aliados

La Comandancia de la Flota Pacífico (CINCPAC) descubrió el 17 de Abril de 1942 que la Marina Imperial Japonesa estaba preparando una nueva ofensiva según lo que se pudo interpretar de una descifrado parcial de los mensajes del enemigo, popularmente conocidos como «Código Púrpura». Aunque no se especificaba el lugar del ataque, el almirante Chester Nimitz que ostentaba el mando de la Flota Estadounidense (US Navy) en el Lejano Oriente, dedujo acertadamente que debía tratarse de Port Moresby, pues desde hacía semanas los japoneses no habían dejado de centrar su atención en Nueva Guinea.

Como en Australia el único portaaviones de la Flota Estadounidense era el USS Saratoga que recientemente se había retirado a Estados Unidos debido a los daños sufridos en un ataque con torpedos por parte de la Fuerza Aérea Imperial Japonesa, a toda prisa el almirante Chester Nimitz se puso en contacto con el general Douglas MacArthur responsable del Pacífico Sur, quién rápidamente envió al Mar del Coral a los pocos cruceros y destructores operativos, incluyendo algunos de la Marina Real Australiana (Royal Australian Navy) como los dos cruceros australianos HMS Hobart y HMAS Australia de la 44ª Fuerza Operativa (Task Force 44) al frente del contraalmirante John Crace. Así como se creó la 17ª Fuerza Operativa (Task Force 17) del vicealmirante Frank Fletcher que zarpó de Sidney con el portaaviones USS Yorktown, cinco cruceros, diez destructores y un petrolero para converger desde el sur; mientras desde las Islas Hawaii se despachó a la 11ª Fuerza Operativa (Task Force 11) del contraalmirante Aubrey Flitch con el portaaviones USS Lexington, dos cruceros y cuatro destructores que milagrosamente llegarían a tiempo para enfrentarse a la Marina Imperial Japonesa.

Los Aliados reunieron a 23 navíos (21 estadounidenses y 2 australianos) entre los 2 portaaviones USS Lexington y USS Yorktown, los 6 cruceros USS Astoria, USS Chester, USS Portland, USS Minneapolis, USS New Orleans, USS Chicago, HMAS Australia y HMAS Hobart, los 14 destructores USS Astoria, USS Hammann, USS Chester, USS Anderson, USS Russell, USS Walke, USS Morris, USS Sims, USS Dewey, USS Phelps, USS Farragut, USS Aylwin, USS Monoghan y USS Perkins, y el petrolero USS Neosho. Respecto a la aviación embarcada, fueron desplegados 128 aviones entre 36 cazas Wildcat, 22 torpederos Devastator y 70 bombarderos en picado Dauntless SBD Douglas.

Preludio

El 1 de Mayo de 1942 comenzaron los movimientos previos a la Batalla del Mar del Coral cuando la IV Flota Imperial que descendía desde la Micronesia se desplegó al noreste de Nueva Guinea. Simultáneamente a 250 millas náuticas de la Isla de Espíritu Santo, la 11ª Fuerza Operativa del contraalmirante Aubrey Flitch que venía en secreto desde Pearl Harbor y se encontraba todavía a una distancia muy lejana de la 17ª Fuerza Operativa que subía a su encuentro desde Australia, se puso en contacto con esta última para quedar sometida al mando único del vicealmirante Frank Fletcher.

Al día siguiente, a las 8:00 horas de la mañana del 2 de Mayo, el espacio entre la 11ª Fuerza Operativa y la 17ª Fuerza Operativa se redujo a tan sólo 100 millas náuticas, pero a las 19:00 horas de la tarde, uno de los grupos de la 4ª Escuadra Imperial desembarcó a sus tropas en la Isla de Tulagi y posteriormente en la vecina Isla de Florida. Nada más saber la noticia el vicealmirante Frank Fletcher, el día 3 decidió evitar que los japoneses se apoderasen de aquellos dos dominios insulares en las Islas Salomón, por lo que rápidamente se desplazó hacia la zona salvo por la excepción del petrolero USS Neosho y el destructor USS Russell que continuaron su viaje para unirse a la 11ª Fuerza Operativa. Lamentablemente para los norteamericanos, su llegada a la Isla de Tulagi a las 6:30 horas del 4 de Mayo no sirvió para nada, pues como el lugar ya estaba ocupado por el enemigo, la aviación embarcada simplemente efectuó tres bombardeos desde el aire que causaron algunos daños leves sobre las instalaciones para rápidamente retirarse del lugar a las 16:32 horas.

Bombarderos en picado Dauntless SBD Douglas sobre el Mar del Coral.

La jornada del 5 de Mayo transcurrió apacible porque la 17ª Fuerza Operativa que acababa de reanudar su navegación para unirse a la 11ª Fuerza Operativa, aprovechó el día para recargar de carburante sus buques a través de las mangueras cisterna del petrolero USS Neosho. Mientras eso sucedía, la IV Flota Imperial penetró en el Mar del Coral para iniciar su despliegue de la siguiente manera: el grueso de invasión con los once cargueros del contraalmirante Sadamichi Kajioka se aproximó al norte del Canal de Jomard y los dos portaaviones Shôkaku y Zuikaku del vicealmirante Takeo Takagi se adelantaron hacia el sur virando primero hacia el oeste desde la Isla de San Cristóbal y luego al norte de la Isla Renell, aunque por el momento la escuadra de cobertura del contraalmirante Aritomo Gotô se quedó algo más retrasada para repostar combustible en la Isla de Bougainville.

Veinticuatro horas después estos movimientos por parte de la Flota Estadounidense y la Marina Imperial Japonesa, el 6 de Mayo, la 17ª Fuerza Operativa navegó sin saberlo a tan sólo 70 millas náuticas de la 5ª División de Portaaviones, aunque ninguno de los bandos llegó a avistarse porque nadie se molestó en efectuar un reconocimiento aéreo en busca de su adversario. Curiosamente sería la Fuerza Aérea Estadounidense (USAF) con base en tierra sobre Australia, la que descubriría a las 10:30 horas a la IV Flota Imperial navegando al sur de la Isla de Bougainville cuando un grupo de bombarderos B-17 arrojaron sus bombas sobre los barcos, errando todas en el blanco porque simplemente levantaron géiseres de agua en torno al portaaviones Shôhô.

Primera Batalla del Mar del Coral

A las 6:00 horas del 7 de Mayo de 1942, la 5ª División de Portaaviones del vicealmirante Takeo Takagi recibió un informe en el que se le advertía de la presencia de una agrupación naval de la 17ª Fuerza Operativa, por lo que en seguida despegaron de los portaaviones Shôkaku y Zuikaku una formación de bombarderos en picado Aichi Val y torpederos Nakajima B5N. Así fue como a las 7:30 horas, avistaron al destructor estadounidense USS Sims que fue atacado y acertado con tres bombas de 250 kilogramos, dos de las cuales rompieron la sala de máquinas y otra abrió un boquete en el costado, provocando su inmediato hundimiento con 379 tripulantes fallecidos. Acto seguido, un escuadrón de veinte aparatos japoneses impactaron con otras siete bombas al petrolero USS Neosho al que también incendiaron y hundieron con 21 marineros muertos a bordo.

Justo después de la tragedia del destructor USS Sims y el petrolero USS Neosho, el grueso de la 17ª Fuerza Operativa que viajaba algo retrasada a estos dos buques, también fue avistada por el reconocimiento aéreo enemigo a las 8:10 horas, aunque por el momento la aviación embarcada no podía intervenir debido a estaba emprendiendo el viaje de regreso para aterrizar en los portaaviones Shôkaku y Zuikaku. Cinco minutos más tarde, a las 8:15, también los norteamericanos localizaron a la escuadra del contraalmirante Aritomo Gotô navegando a 225 millas náuticas al noroeste, descubriendo la presencia del portaaviones Shôhô a no mucha distancia las Islas Luisiadas, por lo que rápidamente los portaaviones USS Lexington y USS Yorktown hicieron despegar entre las 9:26 y las 10:30 a 93 aparatos que se dirigieron hacia el sector noroccidental del Mar del Coral.

A las 11:00 horas de la mañana, la IV Flota Imperial fue atacada muy próxima a la Isla de Misima por una incursión de bombarderos en picado Dauntless SBD Douglas al mando del capitán de fragata William Ault que destruyeron a cinco aviones japoneses sobre la pista del portaaviones Shôhô. Acto seguido, a las 11:10 horas, otros diez aparatos del mismo modelo al frente del capitán de corbeta Weldon Hamilton dañaron la nave con varias bombas, exactamente igual que hicieron dos incursiones de torpederos Devastator a las 11:17 y a las 11:25. Incapaz el buque de seguir a flote tras haber recibido los impactos mortales de siete torpedos y trece bombas, el portaaviones Shôhô se hundió a las 11:35 horas con 631 tripulantes muertos, siendo recogidos del agua 202 supervivientes por el destructor Sazanami.

Hundimiento del portaaviones japonés Shôhô durante la Batalla del Mar del Coral.

La Fuerza Aérea Imperial Japonesa en tierra con base en Nueva Guinea tuvo que intervenir a media mañana porque el portaaviones Shôhô había sido hundido y los portaaviones Shôkaku y Zuikaku acababan de recoger a los aviones puestos en el aire que habían echado a pique al destructor USS Sims y al petrolero USS Neosho. De este modo fue como a las 13:58 los japoneses lanzaron una oleada de once bombarderos Mitsubishi Ki-21 que sin éxito atacaron la 17ª Fuerza Operativa porque las bombas cayeron lejos del objetivo. De nada sirvió la segunda oleada con otros doce bimotores y una tercera con diecinueve porque todos los artefactos arrojados a una altitud entre 4.500 y 6.000 metros erraron sobre el blanco, siendo encima derribados por los cañones antiaéreo cinco de los Mitsubishi Ki-21. De hecho la suerte pareció sonreír a los norteamericanos porque tras ser víctimas de una cuarta oleada, en esta ocasión por aviones propios B-26 Marauder que los confundieron con japoneses, los buques salieron indemnes de aquel caso de «fuego amigo».

Caída la noche del 7 de Mayo, el vicealmirante Takeo Takagi ordenó despegar del portaaviones Shôkaku a 27 aviones con los pilotos más experimentados en operaciones nocturnas, los cuales rastrearon el Mar del Coral en medio de un violento temporal y una capa de nubes que cubrió a la 17ª Fuerza Operativa, situada tan sólo a 95 millas náuticas de la IV Flota Imperial. Lamentablemente prácticamente todo el escuadrón se perdió en la misión con 21 aparatos caídos al mar, entre estos siete derribados por el fuego antiaéreo dirigido por radares de los buques estadounidenses, once en la difícil maniobra de aterrizaje sobre el portaaviones Shôkaku y tres que fueron destruidos al intentar aterrizar por error en el portaaviones USS Yorktown (que confundieron con el Shôkaku), regresando únicamente intactos seis de los aviones. A raíz de este fracaso y viendo en la fase tan complicada que estaba entrando la Batalla del Mar del Coral, el vicealmirante Shigeyoshi Inoue ordenó cancelar la operación de desembarco en Port Moresby y por tanto retiró a los once cargueros del contraalmirante Sadamichi Kajioka del Canal de Jomard, aunque por el momento mantuvo a la 5ª División de Portaaviones en la zona para dejar fuera de combate a la 17ª Fuerza Operativa.

Segunda Batalla del Mar del Coral

A las 8:15 horas de la mañana del 8 de Mayo de 1942, un avión de reconocimiento de la Flota Estadounidense avistó a 175 millas náuticas al oeste de posición a la IV Flota Imperial, antes de que a las 8:38 un aparato nipón también localizaran a las 11ª y 17ª Fuerzas Operativas. Inmediatamente a tales descubrimientos, entre las 9:00 y 9:25 horas despegaron 121 aviones norteamericanos de los portaaviones USS Lexington y USS Yorktown, mientras que poco después hicieron lo mismo otros 122 aparatos japoneses de los portaaviones Shôkaku y Zuikaku.

El portaaviones estadounidense USS Yorktown sometido a un bombardeo de la aviación japonesa durante la Batalla del Mar del Coral.

Hasta las 10:57 horas la aviación embarcada de las 11ª y 17ª Fuerzas Operativas no encontró a la 5ª División de Portaaviones, haciéndolo con algo de retraso y descoordinadamente porque el escuadrón del USS Lexington se había desviado 45 millas náuticas más al sur del escuadrón del USS Yorktown por culpa de una mala interpretación del reconocimiento. A raíz de esta equivocación se tuvo que atacar a la escuadra enemiga por separado, primero con 35 aviones entre los que había veinticuatro bombarderos en picado Dauntless SBD Douglas, nueve torpederos Devastaror y dos cazas Wildcat que sólo consiguieron encajar dos bombas en el portaaviones Shôkaku, una incendiando un pequeño depósito de combustible en la banda estribor y la otra causando desperfectos en un taller de reparaciones a popa. Respecto a la segunda oleada que había quedado atrás lanzó su incursión con 33 aviones entre veintidós Dauntless SBD Douglas y once Devastator que dejaron mucho que desear, pues impactaron con una única bomba sobre la cubierta que abrió un agujero en la pista y mató a 108 marineros, aunque la nave jamás corrió riesgo de hundirse porque en seguida emprendió la retirada a la Micronesia para ser reparada al cabo de unas semanas en la Base Naval de Truk.

A las 11:00 horas de la mañana, el escuadrón de la 5ª División de Portaaviones sobrevoló las 11ª y 17ª Fuerzas Operativas con un total de 69 aviones entre 33 bombarderos en picado Aichi Val, 18 torpederos Nakajima B5N y 18 cazas Zero. Inmediatamente y aprovechando que los norteamericanos apenas tenían cobertura pese a que habían sido localizados por el radar a 70 millas náuticas de distancia, a las 11:18 los aparatos japoneses se lanzaron a por el portaaviones USS Yorktown que milagrosamente esquivó las bombas y hasta ocho torpedos sobre el agua, aunque a las 11:27 un bombardero en picado Aichi Val le alcanzó en cubierta con una bomba de 400 kilogramos que penetró cuatro niveles y causó grandes destrozos a la nave, obligándola a regresar hacia las Islas Hawaii.

Explosión y hundimiento del portaaviones estadounidense USS Lexington en la Batalla del Mar del Coral.

Simultáneamente la aviación embarcada de la IV Flota Imperial atacó al portaaviones USS Lexington con torpederos Nakajima B5N que soltaron sus artefactos a entre 150 y 600 metros, encajándole dos en su banda de estribor y uno en la banda de babor que le escoraron siete grados de costado. A las 11:37 de la primera incursión, los bombarderos en picado Aichi Val dañaron con dos bombas la torre y la pista sobre cubierta, además de averiar la alarma de emergencia que se quedó ululando sin posibilidad de ser silenciada. Aunque aparentemente el buque pareció salir indemne, a las 12:47 una violenta explosión motivada por la combustión de vapores de combustible incendiado en un grupo electrógeno le hirieron de gravedad, antes de que siguieran otras detonaciones menores durante las siguientes dos horas hasta que a las 14:45 un inmenso estallido envolvió a la nave, cuya estructura comenzó a prender y a ser consumida por las llamas. A pesar de que el personal hizo todo lo posible para mantener al barco a flote, nada se pudo hacer porque a las 17:10 de la tarde se decretó la evacuación general, primero de los aviones que volaron hasta aterrizar en el dañado USS Yorktown y luego de todos los marineros y técnicos, incluyendo un perro, que embarcaron a bordo de los destructores USS Morris, USS Andersen y USS Hammann, siendo el último en abandonar la embarcación el capitán Frederick Sherman deslizándose por un cable suelto a la popa. Una vez los 2.735 tripulantes estuvieron a salvo, a las 19:56 el destructor USS Phelps lanzó cinco torpedos contra el portaaviones USS Lexington para evitar que cayera en manos enemigos, por lo que acto seguido se hundió a las 20:00 horas del anochecer, perdiendo la vida 216 militares estadounidenses.

Conclusión

Las consecuencias más inmediatas después de la Batalla del Mar de Coral fue que la Marina Imperial Japonesa canceló la «Operación MO» debido a una mala interpretación de la situación por parte del vicealmirante Shigeyoshi Inoue, quién creyendo que los norteamericanos eran mucho más numerosos y poderosos cuando en realidad habían sido contundentemente derrotados y ya no poseían ninguna unidad de relevancia con la que hacer frente a los invasores, ordenó equivocadamente dar marcha atrás con la IV Flota Imperial y emprender la retirada a la Micronesia. Gracias a este mayúsculo error se evitó que Port Moresby cayera en manos del Imperio Japonés y por tanto que los Aliados pudiesen continuar por tierra la campaña de Nueva Guinea, aunque lo cierto fue que la Flota Estadounidenses recibió igualmente un duro varapalo con la pérdida del portaaviones USS Lexington que dejó a su escuadra en una clara inferioridad frente a los nipones en todo el Océano Pacífico.

Estados Unidos sufrió el hundimiento de 3 navíos entre el portaaviones pesado USS Lexington, el destructor USS Sims y el buque cisterna USS Neosho, más 659 muertos y 69 aviones derribados.

Japón sufrió el hundimiento del portaaviones ligero USS Shôhô, más 700 muertos y 77 aviones derribados.

La Batalla del Mar del Coral fue incuestionablemente una victoria táctica de Japón sobre Estados Unidos, pues al haber perdido los nipones un viejo portaaviones ligero como el Shôhô, aquella baja compensaba sobradamente el hundimiento del moderno portaaviones pesado USS Lexington, apodado cariñosamente por sus marineros como «Lady Lex», ya que al ser considerada una unidad de carácter estratégico la Marina Imperial Japonesa pudo obtener una cómoda ventaja en este aspecto que puso claramente a su favor la Guerra del Pacífico. De hecho como durante el enfrentamiento únicamente intervino la aviación embarcada sin tan siquiera avistarse las naves de superficie, quedó demostrado lo acertado de la doctrina japonesa acerca de emplear a los portaaviones como punta de lanza para intentar apropiarse de la hegemonía naval en la Segunda Guerra Mundial.

 

Bibliografía:

-Peter Simkins, La Batalla del Mar del Coral, Revista Así fue la Segunda Guerra Mundial Volumen 36, Noguer (1972), p.71-80
-Winston Churchill, La II Guerra Mundial Volumen 2. El triunfo y la tragedia, «IX Las victorias navales estadounidenses», Planeta Deagostini (1959), p.96-104
-Derrick Wright, Pacific Victory, «Stalemate in the Coral Sea», Sutton (2005), p.18-21
-Editores de S.A.R.P.E., Crónica Política y Militar de la Segunda Guerra Mundial, «La Batalla Naval del Mar del Coral», S.A.R.P.E. (1978), p.709-710
-http://www.panzertruppen.org/ww2p/1942p/coral1.html