Quema de prisioneros en Gardelegen

A finales de la Segunda Guerra Mundial en Abril de 1945, los campos de exterminio ya habían sido liberados por los Aliados y la Unión Soviética ante lo que ya se vislumbraba como una derrota catastrófica del Tercer Reich. A pesar de que la contienda estaba perdida y no era necesario para las SS seguir ejecutando personas a sangre fría, un buen número de prisioneros serían quemados en Gardelegen.

Gardelegen era una pequeña población rural de Alemania que en el siglo X había sido fundada en las orillas del Río Milde en la provincia de Sajonia-Anhalt. A pesar de tener una ubicación aparentemente tranquila, esta localidad siempre estuvo marcada por la tragedia porque durante la Guerra de los Treinta Años fue lugar de una matanza entre católicos y protestantes, mientras que en 1775 fue incendiada por tropas de Francia en el contexto de la Guerra de los Siete Años. Desgraciadamente en el siglo XX y más en concreto en los momentos finales de la Segunda Guerra Mundial, otra vez este pueblo volvería a quedar señalado por la desgracia justo en los momentos finales del Tercer Reich.

El 3 de Abril de 1945, las SS evacuaron a los últimos 5.400 prisioneros del campo de concentración de Dora-Mittelbau para evitar que fueran liberados por las tropas de Estados Unidos. Básicamente se trató de judíos, disidentes políticos y ex-soldados soviéticos capturados al Ejército Rojo en el Frente Oriental que fueron conducidos en tren en dirección a los campos satélites de Bergen-Belsen, Sachsenhausen, Neuengamme, Rottleberode y Stempeda. No obstante y en cuanto el convoy alcanzó la Estación de Letzingen, unos aviones de la Fuerza Aérea Estadounidense (USAF) arrasaron la instalación, por lo que los cautivos fueron bajados de los vagones y obligados a caminar por guardias de las SS y varios auxiliares de la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe), las Juventudes Hitlerianas y algunos miembros del Cuerpo de Bomberos Municipal.

La «marcha de la muerte» tal y como se conoció a la columna de prisioneros que partió de la Estación Letzingen, fue trágica desde sus inicios porque en el trayecto a través del campo un total de 86 reos que ya se encontraban débiles fallecieron debido a la extenuación. Los supervivientes finalmente alcanzaron la localidad rural de Gardelegen, donde tras un breve descanso, fueron encerrados en el Cuartel de Instrucción de Caballería que se ubicaba en la Calle Bismarker-Strasse.

A la caída de la tarde del 13 de Abril de 1945, los prisioneros de Gardelegen fueron sacados del Cuartel de Instrucción de Caballería y llevados dos kilómetros a las afueras del pueblo junto a la Granja de Isenschnibbe. A continuación un total de 1.038 cautivos fueron introducidos en un granero, al que tapiaron puertas y ventanas, para acto seguido prenderle fuego con materiales inflamables. El incendio resultante abrasó con las llamas a casi todos los inquilinos, ya que sólo unos pocos consiguieron escapar rompiendo las paredes de madera o haciendo un improvisado agujero en el suelo, aunque la mayoría de estos resultaron acribillados por las balas de los guardias de las SS que les esperaban a la salida del edificio. De hecho, sólo 22 salvaron la vida porque corrieron en dirección a los bosques y se ocultaron entre los árboles, mientras que los otros restantes 1.016 perecieron calcinados.

Granja de Gardelegen con montones de personas quemadas en el incendio.

Justo un día después de la masacre de Gardelegen, el 14 de Abril, las tropas de las SS intentaron borrar el crimen quemando los restos de los cuerpos y echando tierra encima, exactamente igual que hicieron con los trozos del granero chamuscado. A pesar de que cavaron una zanja en la que enterraron 586 cuerpos, no tuvieron tiempo de deshacerse de los otros 430 cadáveres ante la proximidad del Ejército Estadounidense.

Oficialmente a últimos del 14 de Abril de 1945, los soldados de la 102ª División de Infantería de Estadounidense conquistaron el pueblo de Gardelegen y descubrieron horrorizados los cuerpos de la matanza. Inmediatamente, se desplazaron a la zona varios fotógrafos del Cuerpo de Señales para recopilar pruebas de lo ocurrido, por lo que al cabo de cinco días, el 19, los diarios Washington Post y The New York Times, se hicieron eco de la tragedia que fue difundida en toda Norteamérica. Una vez conocida la verdad, el 21 de Abril un grupo de 300 ciudadanos alemanes fueron traídos a los restos de la granja para que se sintiesen culpables; mientras que el día 25, fue oficiada una ceremonia funeral a la que acudió el coronel George Lynch.

La quema de prisioneros en Gardelegen, más la «marcha de la muerte» previa, dejaron un total de 1.102 víctimas mortales. El responsable del crimen, el capitán Gerhard Thiele de las SS, fue juzgado y condenado a cadena perpetua en 1947, aunque moriría tan sólo dos años más tarde en 1950. Respecto al honor a la memoria de las víctimas, el artista Jochen Sendler erigió una escultura en su honor en el año 1971.

 

Bibliografía:

-Jesús Hernández, Las 50 Grandes Masacres de la Historia, «Gardelegen, 1945 Los estertores de la barbarie nazi», Tempus (2011), p.213-217
-http://www.scrapbookpages.com/Gardelegen/Massacre.html
-http://en.wikipedia.org/wiki/Gardelegen_(war_crime)