Masacre de Bleiburg

La Masacre de Bleiburg fue el mayor crimen cometido por la Yugoslavia durante la Segunda Guerra Mundial. A pesar de que los causas de la matanza estuvieron relacionadas con el «Terror Rojo» que sacudió Europa en las etapas finales del conflicto, su verdadera razón hubo que contextualizarla mucho más acertadamente en el odio multirracial que imperó en los Balcanes a lo largo de todo el siglo XX.

Yugoslavia había vivido una verdadera guerra civil dentro de la Segunda Guerra Mundial porque después de haber sido ocupada por las diversas potencias del Eje en 1941, concretamente Alemania, Italia, Bulgaria y Hungría, los nuevos dueños de los Balcanes concedieron la independencia a cuatro naciones a cambio de su adhesión a la causa contra los Aliados. Básicamente se trató del Estado Independiente de Croacia, la Serbia de Salvación Nacional, el Reino de Montenegro y Eslovenia, esta última reconocida en 1945, que combatieron a veces entre sí, otras contra la República Federal Yugoslava, una especie de «estado partisano» de corte comunista que lideró el Mariscal Josip Tito.

Cuando la Segunda Guerra Mundial ya estaba más que perdida para el Eje y los yugoslavos reconquistaban el territorio perdido, todo el mundo en los Balcanes salió huyendo. Miles de soldados croatas y bosnios de las milicias ustachas, eslovenos, serbios y montenegrinos, estos últimos de los clanes chetniks, iniciaron la retirada hacia los Alpes, justo por donde venían los Aliados, los cuales a diferencia de los comunistas cumplirían la Convención de Ginebra si se entregaban prisioneros. Así que rendirse a los Aliados no era mala opción.

Justo en los últimos instantes de la Segunda Guerra Mundial en Europa, cuando Alemania ya había perdido la contienda en Mayo de 1945, miles de soldados del Ejército Croata y miembros fascistas la Ustacha, así como serbios y montenegrinos de las milicias chetniks, y tropas del Ejército Esloveno, emprendieron una penosa retirada sobre los Balcanes. La intención de este éxodo conformado por centenares de miles de militares, a los que siguieron millares de civiles huyendo de los crueles métodos del Ejército Popular de Liberación Yugoslavo, era rendirse al Ejército Británico que avanzaba por Austria sobre los Alpes, pensando que los occidentales les darían un trato digno acorde al Derecho Internacional de la Convención de Ginebra.

Durante la fuga y antes de alcanzar su destino en Austria, los refugiados ya vivieron un auténtico infierno como sucedió después de ser interceptados por la 11ª Brigada Partisana «Dálmata» del Ejército Popular de Liberación Yugoslavo, contra la que libraron la Batalla de Poljana el 14 de Mayo de 1945, siendo capturados centenares de eslovenos, croatas y montenegrinos que inmediatamente fueron fusilados. Algo similar sucedió en algunos puntos de los Alpes donde las columnas en retirada fueron emboscadas y masacradas, cuantificándose la cifra de balcánicos represaliados en aproximadamente 30.000 personas. A lo largo de estas matanzas no todas las víctimas fueron de los Balcanes, ya que como había un gran número de tropas extranjeras sirvieron en el Eje, sufrieron un destino similares debido a que centenares de soldados alemanes del II Ejército Panzer fueron ejecutados por los partisanos yugoslavos, lo mismo que algunos fascistas italianos de la República de Saló, tropas húngaras de los territorios ocupados por Hungría en Novi Sad, rusos blancos del Cuerpo de Defensa Ruso, cosacos del Cuerpo de Caballería Cosaco, musulmanes del Norte de África (básicamente marroquís, argelinos y tunecinos) de la Legión Árabe, ciscaucásicos de la Legión Norcaucásica (chechenos, inguches, daguestanos…), georgianos de la Legión Georgiana, legionarios rumanos de la Guardia de Hierro e incluso unos pocos españoles de las 101ª y 102ª Compañías SS de Montaña a los que ni siquiera se respetó el principio de la neutralidad de España.

«Marcha de la Muerte» de prisioneros croatas, eslovenos y serbios mientras los soldados yugoslavos les escoltan y civiles curiosos se aproximan para ver caminar a la columna en el interior de una ciudad de los Balcanes.

Los días 15 y 17 de Mayo de 1945, un total de 370.000 refugiados entre los que la mayoría eran militares croatas, serbios, montenegrinos, bosnios y eslovenos, además de algunos soldados alemanes e italianos, cruzaron la frontera con Austria y se rindieron al VIII Ejército Británico en los Alpes. Una vez formalizada la capitulación, 200.000 combatientes croatas junto a 37 generales, 167 oficiales y 5.000 suboficiales, más 35.000 mujeres y niños, fueron alojados en el campo de internamiento de Klagenfurt; mientras que los restantes 170.000 balcánicos fueron reubicados en los campos de prisioneros de Mannheim, Dachau, Platting y Deggendorff, aunque también en diversos asentamientos sobre Carintia, el Valle de Drava y el Tirol Meridional que custodió la 11ª División Blindada Británica.

Al tenerse conocimiento en Gran Bretaña de la rendición de todas las fuerzas militares del Eje en los Balcanes, el Primer Ministro Winston Churchuill, quién en la Conferencia de Yalta había pactado con Iósif Stalin y los mandos de la Unión Soviética la entrega de todos los refugiados a la República Federal Socialista Yugoslava, ordenó inmediatamente que se produjese la extradición de todos aquellos cautivos. A pesar de que los responsables del VIII Ejército Británico vacilaron a la hora de cumplir estar orden, a sabiendas de que iba a desatarse una masacre, e incluso solicitaron a Londres una segunda verificación, finalmente tuvieron que acatar unas directrices que llevarían a la Masacre de Bleiburg.

La fase inicial de la Masacre de Bleiburg estuvo meticulosamente planificada porque como las autoridades del VIII Ejército Británico sabían que los prisioneros se negarían a ser repatriados, lo primero que hicieron fue invitar a los generales y oficiales del Ejército Croata a celebrar una conferencia inexistente, ya que cuando estos se presentaron gustosamente en el lugar indicado, la Policía Militar Británica les abordó y les arrestó. Así pues, una vez descabezadas las fuerzas armadas croatas de sus jefes, las tropas británicas procedieron contra los soldados rasos quienes tras oponer una breve resistencia y enfrentarse desarmados a sus captores, fueron sometidos después de que los ingleses ametrallasen a muchos de los prisioneros y empleasen contundentemente la violencia (curiosamente un buen puñado optó por suicidarse antes que ser extraditados).

Oficialmente el 20 de Mayo de 1945, las tropas del VIII Ejército Británico comenzaron la entrega de decenas de miles de prisioneros croatas, eslovenos, serbios, montenegrinos y bosnios a las autoridades del Ejército Popular de Liberación Yugoslavo sobre la frontera con Austria. Acto seguido y justo después de entrar en Yugoslavia, los partisanos fusilaron a miles de oficiales y mandos, a veces delante de los propios soldados británicos que se sintieron completamente escandalizados, antes de obligar al resto de los soldados a emprender un largo trayecto a pie que sería conocido como la «Marcha de la Muerte». A partir de entonces, el proceso de exterminio puesto en práctica por los yugoslavos consistió en hacer caminar a cientos de miles de personas, sin agua, ni comida, ni descanso, e incluso sometidas a humillaciones, palizas y torturas (también algunas mujeres que les acompañaban serían violadas), hasta que los cautivos caían desfallecidos o eran ejecutados sobre el terreno.

El nombre de Matanza de Bleiburg correspondió a que los primeros fusilamientos, llevados a cabo contra 16.000 chetniks serbios y montenegrinos, tuvieron lugar en la localidad del mismo nombre, aunque la limpieza étnica se extendería sobre toda la geografía de Yugoslavia desde la misma frontera con Austria hasta el Banato. De hecho la siguiente parada de los reos sería la localidad de Kocevje en Eslovenia, donde se masacró a 30.000 soldados y simpatizantes nacionalistas eslovenos. A continuación se exterminó masivamente a 80.000 croatas, entre estos 50.000 soldados y 30.000 civiles en Tezna (incluyendo muchas mujeres); mientras que otros 14.000 veteranos de la Ustacha y la Legión Negra fueron asesinados en Maribor. Justo a mitad del recorrido, los yugoslavos mataron nuevamente a 30.000 croatas y musulmanes bosnios, así como a 6.000 serbios, antes de que en la demarcación con Serbia y Montenegro eliminaran millares de montenegrinos y también a 800 voluntarios georgianos de la Legión Georgiana que había combatido en el Ejército Alemán. Lamentablemente la brutalidad tampoco se detuvo al final del trayecto porque en el Banato resultarían aniquilados miles de serbios y unos pocos húngaros y rumanos.

Zagreb, capital de Croacia, fue el distrito donde se concentraron la mayor parte de fosas comunes de la Masacre de Bleiburg con aproximadamente 80.000 cuerpos de croatas y bosnios. Similares enterramientos hubo también en Bleiburg con 40.000 cadáveres, Maribor con otros 40.000, Kcevje con 30.000 o Huda Luknja con 25.000. Respecto a las víctimas asesinadas sobre otras áreas del país en menor número, se contabilizaron entre 1.000 y 8.000 muertos dependiendo el lugar, sobretodo en Serbia.

Fosas Comunes:
Zagreb = 80.000
Bleiburg = 40.000
Maribor = 40.000
Kcevje = 30.000
Saint-Vid = 25.000
Huda Luknja = 16.000
Bjelovar = 8.000
Vrgin Most = 7.000
Kostenjevica = 7.000
Hrastkik = 7.000
Kravarski = 5.000
Backi Jara = 5.000
Nasice = 4.000
Sosice = 3.000
Lasko = 3.000
Kamnik = 3.000
Vrach = 2.500
Kranj = 2.500
Potudik = 2.000
Bezigrad = 2.000
Dubovac = 2.000
Cracano = 2.000
Patravski-Klostar = 2.000
Butmir-Kasindon = 2.000
Virovitica = 2.000
Reichelburg = 1.000

Aproximadamente entre Mayo y Julio de 1945, un total de 300.000 soldados y civiles de origen croata, serbio, montenegrino, esloveno, bosnio, etcétera, fueron asesinados en la Masacre de Bleiburg, incluyendo un número mucho menor de militares alemanes, italianos, cosacos, rusos blancos, húngaros, rumanos, españoles, georgianos, norcaucásicos, marroquís, argelinos y tunecinos. La magnitud de esta tragedia y la gran cantidad de víctimas de tantas procedencias distintas, convirtió a dicho episodio en el mayor caso de genocidio cometido en la Historia de los Balcanes.

 

Bibliografía:

-Stéphane Courtois, El Libro Negro del Comunismo. «Capítulo 1. La Kommitern en acción», Ediciones B (2010), p.-425-427
-Joaquín Bochaca, Los Crímenes de los Buenos, Ediciones Sieghels (2009), p.350-352
-Carlos Caballero Jurado, Comandos en el Cáucaso. «El Batallón III/Bergmann», García Hispán Editor (1995), p.205-212