La «Gran Purga»

La «Gran Purga» fue un período de la Unión Soviética en el que se consolidó definitivamente lo que se conoció como la «Era Estalisnta». El protagonista de este proceso fue Iósif Stalin, secretario general del Partido Comunista Soviético (PUCS) y supremo dirigente de la URSS, quién organizó la eliminación física y sistemática de todos los cuadros sospechosos tanto dentro del movimiento bolchevique, como también de las fuerzas armadas u otros sectores de la sociedad que en el futuro pudieran poner en duda su liderazgo y su proyecto del «Paraíso Socialista».

Antecedentes

Desde que Iósif Stalin había llegado al poder en 1925, siempre deseó que su visión del comunismo dentro de la Unión Soviética no se expandiese más allá de sus fronteras, por lo menos hasta que el país no se hubiese convertido en una potencia capaz de dominar el mundo, momento en el que ya podría exportarse el socialismo al resto de países que quedarían sometidos a la órbita de Rusia. Esta visión nacionalista del marxismo chocaba con la visión universalizadora de León Trotsky, a quién Stalin derrotó políticamente y forzó al exilio en el extranjero. Ante tales precedentes, la Unión Soviética quedó dividida entre estalinistas y trotskystas que obligó a los primeros a realizar una limpieza de los segundos en lo que se conocería como la «Gran Purga».

Buscar motivos para eliminar adversarios no fue tarea fácil porque desde 1930 Iósif Stalin se fue rodeando de personalidades afines como Kliment Voroshilov al que nombró Presidente del Soviet Supremo o Vyacheslav Molotov al que más tarde designaría Ministro de Asuntos Exteriores, al mismo tiempo en que fue reduciendo a un determinado número de enemigos que resultaron fusilados tras ser acusados de una rocambolesca conspiración. Sin embargo su mejor decisión fue la de crear el 10 de Julio de 1934 una policía política a la que bautizó como Comisariado del Pueblo para el Interior (NKVD o Narodnyi Komissariat Vnutrenyj Diel) que dirigió el comisario Nikolay Yezhov como una herramienta de aparato de terror a las órdenes directas de Stalin.

El 1 de Diciembre de 1934, un exaltado de extrema izquierda llamado Leonid Nikolayev asesinó a tiros de pistola al político estalinista Serguei Kírov durante un atentado que conmocionó a la sociedad soviética. Aquel acontecimiento fue sin duda el momento esperado por Stalin para llevar a cabo su depuración porque constituyó el pretexto necesario para señalar culpables, siendo las primeras víctimas los veteranos comunistas Grigori Zinoviev y Lev Kamenev que fueron condenados a 5 y 10 años de reclusión respectivamente, además de ser otros 988 sospechosos deportados a los gulags de Siberia y Yakutia. Respecto al asesino de Kírov, Leonid Nikolayev, su destino sería peor porque condenado muerte y ejecutado de un tiro en la nuca el 29 de Diciembre de 1934 junto a su esposa Milda Draule y su madre que tampoco pudieron salvarse la ira del Kremlin.

Inmediatamente al asesinato de Kírov, Stalin denunció ante el Politburó la existencia de una conspiración de trotskystas, zinovievistas y kamenevistas para derribar al socialismo soviético. La reacción de los líderes comunistas fue la de posicionarse del lado de Stalin para estar en el bando acertado en caso de producirse represalias; mientras que otros realmente sí comenzaron a plantearse la posibilidad de derrocar al líder soviético al comprobar que la URSS derivaba hacia un indiscutible «estalinismo». Sin embargo Stalin, mucho más inteligente que sus rivales, se adelantó promocionando a una nueva generación de jóvenes fanáticos y leales a su figura, a quienes convirtió en una herramienta para deshacerse de todos los antiguos dirigentes de la Revolución Bolchevique de 1917, así como a los veteranos de la Guerra Civil Rusa, la mayoría de ellos compañeros suyos hacia los que no albergaría ningún tipo de remordimiento a la hora de eliminarles. Además la jugada sería maestra, pues se aprovecharía de esta misma persecución para terminar de limpiar las capas más bajas de la sociedad como campesinos desleales, empresarios, clérigos e intelectuales que ya le habían molestado bastante, a los que podría señalar de haberse puesto del lado de los conspiradores.

Depuración del Partido Comunista

La «Gran Purga» o «Gran Terror», también conocida en idioma ruso como «Yezhovschina» en honor a Nilolay Yezhov, líder del NKVD, oficialmente comenzó el 30 de Julio de 1937 tras la emisión de la Orden Operativa Número 0047. Según la zona geográfica de la Unión Soviética, se asignó un comisario político como responsable en jefe para llevar a cabo los arrestos o ejecuciones de la siguiente manera: Lázar Kaganóvich en Smolensk, Ivanovo, Yaroslav, Cheliabinsk y Donbass; Andrei Zhdanov en Tatarstán, Bashkiria y Orenburg; Andrei Andreyev en la Ciscaucasia, Uzbekistán y Tayikistán; Anastas Mikoyan en Georgia, Armenia y Azerbayán; y Nikita Jruschov en Ucrania (curiosamente este último en 1956 denunciaría ante el Politburó la «Gran Purga» de Stalin cuando realmente él fue uno de los verdugos).

La capital de Moscú y las ciudades adyacentes fueron los primeros distritos en ser abordados por las escuadras del NKVD, procediéndose a la ejecución inmediata de 22.500 sospechosos y a la deportación a los gulags de 16.800 detenidos. A continuación la represión se trasladó al resto de la Unión Soviética que a finales de 1937 alcanzó unas cifras de 259.440 personas encarceladas y 72.950 asesinadas ante pelotones de fusilamiento o en la horca.

A comienzos de 1938, otras 48.000 personalidades del Partido Comunista Soviético fueron ejecutadas, apareciendo en las sentencias de muerte 362 veces la firma de Iósif Stalin, 373 la de Vyacheslav Molotov y 195 la de Kliment Voroshilov. Entre algunos de los asesinados hubo cinco destacados representantes del Politburó como Pavel Postyshev, Janis Rudzutak, Stanislaw Kossior, Vlas Chubar y Rober Eije; además de 98 de los 139 miembros del Comité Central, 319 de los 389 secretarios regionales, 1.108 de los 1.966 participantes del XVII Congreso del PCUS y 2.210 de los 2.750 gobernadores de distrito.

Ucrania fue otro gran foco de la «Gran Purga» porque 106.000 afiliados del Partido Comunista Ucraniano fueron ejecutados, así como 197 de los 200 representantes del Comité Central Ucraniano. Igual de intensa fue la persecución en la ciudad de Leningrado con la eliminación del 90% de los miembros del PCUS; lo mismo que Orenburg donde 7.500 personas fueron fusiladas (3.290 acusados de «kulaks», 1.500 cosacos, 1.399 sospechosos de delincuencia y 1.138 disidentes).

Depuración del Ejército Rojo

El Ejército Rojo fue una de los instituciones más afectadas por la «Gran Purga» porque como Stalin temía un levantamiento militar por parte de las Fuerzas Armadas, rápidamente ordenó intervenir en todos los cuarteles y bases con las escuadras del NKVD. La excusa fue un elaborado informe que previamente el Kremlin había falseado acerca de una conspiración del mariscal Mihail Tujachevsky y otros oficiales del cuerpo general para derrocarle y disolver el Estado Soviético.

Un total de tres mariscales del Ejército Rojo entre los que estaban Mihail Tujachevsky, Aleksandr Yegorov y Vassili Blücher, fueron arrestados y ejecutados en la Sede del NKVD de la Calle Dzerzhinsky de Moscú. De hecho el caso de Mihail Tujachevsky, considerado un héroe de la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil Rusa, así como el más brillante militar de la Unión Soviética capaz de superar las antiguas doctrinas móviles derivadas de la Gran Guerra en favor del uso de las vanguardias acorazadas en profundidad, supuso un retroceso letal para las Fuerzas Armadas (sobretodo de cara a la Segunda Guerra Mundial). El propio Stalin se mostró tan cruel con Tujachevsky que encima ordenó asesinar también a su esposa, madre, dos hermanos y una hermana, además de deportar a sus dos ex-mujeres con las que se había divorciado a un campo de concentración de los Urales y Ribinsk. Únicamente se salvaron una hija y tres hermanas, aunque una de ellas quedó tan afectada psicológicamente por lo sucedido que se suicidó ahorcándose.

Respecto al resto de los cuadros del Ejército Rojo fueron ejecutados 213 generales y de los mandos de la Marina Roja un total de 8 almirantes. También se asesinó a 41 comisarios adscritos a las Fuerzas Armadas y se fusiló a 30.020 oficiales y suboficiales desde comandantes a sargentos. Tal fue la depuración sistemática de los militares en la URSS, que el pintor Sergei Vasilievich Gerasimov, tuvo que borrar a toda prisa el rostro de varios altos cargos recién eliminados en un cuadro que posteriormente sería expuesto en la Exposición Universal de París.

Depuración de Mandos:
3 / 5 mariscales.
13 / 15 generales de ejército.
8 / 9 almirantes.
50 / 57 generales de cuerpo de ejército.
150 / 186 generales de división.
221 / 397 generales de brigada.
16 / 16 comisarios de ejército.
25 / 28 comisarios de cuerpo de ejército.
11 / 11 vicecomisarios de ejército.
75 / 80 miembros del Soviet Supremo Militar.

Depuración del Komintern

La Internacional Comunista (Komintern) que agrupaba a los partidos comunistas de todos los países del mundo fue uno más de los estamentos más golpeados duramente la «Gran Purga», y eso pese a su carácter supranacional. De hecho, la estupefacción de los representantes extranjeros alojados en el Hotel Lux de Moscú fue mayúscula cuando tropas de la NKVD irrumpieron en el edificio y los arrestaron a todos, siendo a continuación ejecutado Wilhelm Knorin que ostentaba el cargo del Presidente del Comité Ejecutivo del Komintern, así como otros 100 responsables entre los que estaban destacados comunistas como Jakob Mirov-Abramov o Gevork Alijanov.

Sorprendentemente el Partido Comunista Alemán (KPD) fue uno de los más castigados por la «Gran Purga» con la detención de Leo Flieg, Heinrich Susskind, Werner Hirsch, Hugo Heberlein, Heinz Neumman, Hermann Remmele, Fritz Schulte y Hermann Schubber; sin contar los 570 comunistas alemanes que fueron extraditados por las autoridades soviéticas a la Alemania Nacional Socialista de Adolf Hitler tras un acuerdo previo con la Gestapo. Respecto al Partido Comunista Italiano, un total de 200 afiliados fueron deportados a los gulags, entre ellos el carismático orador Paolo Robotti; mientras que en el caso del Partido Comunista Yugoslavo, un grupo de 100 miembros fueron encarcelados con su líder Milan Gorkic y también fusilado Vladimir Copic, antiguo líder de las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil Española. Ni siquiera se salvaron los 12 dirigentes del Comité Central del Partido Comunista Polaco que fueron inmediatamente ejecutados; o el Presidente de la extinta República Soviética de Hungría y fundador del Partido Comunista Húngaro, Béla Kun, a quién se mató frente a un pelotón de fusilamiento.

Depuración de la Sociedad

Todos los ámbitos de la sociedad soviética y sectores de la vida pública fueron alcanzados en mayor o menor medida por la «Gran Purga». Por ejemplo miles de profesores y docentes de universidades, institutos, colegios y academias sufrieron muerte o deportación, siendo únicamente en Bielorrúsia depurados el 87% de los maestros. De hecho cualquier foco de intelectualidad fue erradicado, incluyendo todas las ramas de la ciencia, como le sucedió al personal del Observatorio Astronómico de Pultovo o a los diseñadores de aviones Andrei Tupolev y Sergei Korolev (este último líder del programa espacial soviético). También expertos en el campo de la genética fueron ejecutados como Solomon Levit e Isaak Agol, o en el de las ciencias agrícolas como el profesor Nikolai Vavilov, así como personalidades del mundo de la física, química, matemáticas, botánica, biología, etcétera.

Intelectuales, periodistas, escritores y publicistas sufrieron persecución a niveles alarmantes durante la «Gran Purga». Un ejemplo de ello fue el arresto de los 2.000 autores de la Unión de Escritores, el asesinato del novelista Isaak Babel que había publicado obras como Cuentos de Odessa y Caballería Roja o la muerte de Ossip Mandelstam fallecido por las condiciones insalubres a bordo de un tren mientras era deportado. Entre los muchos encarcelados destacaron los escritores Boris Pilniak, Yuri Olesha y Panteleimon Romanov; los poetas Titsian Tabidze, Gurgen Maari, Nikolay Klyuev y Nikolay Zabolotsky; el compositor de música Andre Zheliayev y varios directores de orquesta. También respecto al famoso Teatro Meyerhold, el edificio fue enteramente clausurado, toda la plantilla fue detenida, el realizador Vsevolod Meyerhold ejecutado y su esposa la actriz Zinaida Raij brutalmente asesinada a puñaladas en los ojos.

La religión fue el último sector azotado por la «Gran Purga», sobretodo cristianos ortodoxos y musulmanes, aunque también en menor medida católicos, protestantes, budistas, judíos, etcétera. Solamente en 1938 se cerraron 19.000 iglesias y mezquitas, siendo ejecutados a continuación un total de 5.665 oficiantes entre sacerdotes cristianos e imanes islámicos. Fuera de estas dos religiones mayoritarias, ciertas sinagogas fueron clausuradas con sus rabinos asesinados; mientras que en las zonas periféricas del Lejano Oriente como la Mongolia Exterior y Tannu Tuva fueron masacrados en una auténtica limpieza antirreligiosa más de 35.000 lamas budistas.

Depuración de Zonas Fronterizas

Como la Unión Soviética se encontraba rodeada de países enemigos en la mayor parte de sus fronteras, los ciudadanos de origen extranjero que residían en su interior, fueron también sospechosos de la NKVD. A pesar de que la condición de estos sujetos podía ocasionar no pocos problemas a nivel diplomático, la «Gran Purga» se cebó peligrosamente sobre ellos.

Repentinamente a principios de 1938, cientos de alemanes, polacos, coreanos, turcos, griegos, chinos, rumanos, moldavos, mongoles, persas, estonios, letones y lituanos fueron detenidos en grandes redadas. Únicamente en Turkmenistán la «Gran Purga» dejó un saldo de 13.259 ciudadanos de origen turco detenidos y 4.037 fusilados; seguido de Ucrania donde 40.000 polacos y alemanes del Río Volga sufrieron arresto y prisión, así como 19.000 cosacos que resultaron muertos o deportados. Ni siquiera se salvaron los 95 inmigrantes chinos procedentes de Manchuria que fueron encarcelados en Orenburg, lo mismo que los 250 polacos de dicha ciudad a los pies de los Urales.

Conclusión

Oficialmente el 17 de Noviembre de 1938, la «Gran Purga» se dio por finalizada tras la sustitución de Nikolay Yezhov por Lavrenti Beria como líder del NKVD. El «Gran Terror» como muchos denominaron a esta etapa histórica de la Unión Soviética, acabó tras una duración de más de un año y medio de fusilamientos y detenciones.

Aproximadamente durante la «Gran Purga» perdieron la vida 1 millón de seres humanos por diversos motivos. De hecho, de las 1.575.000 personas arrestadas, 681.692 fueron ejecutadas en el acto y 1.345.000 deportadas a gulags y campos de concentración, donde otras tantas cientos de miles fallecerían a causa de las malas condiciones.

La «Gran Purga» no sólo fue considerada como uno de los episodios más oscuros del estalinismo, sino también porque la Unión Soviética fue depurada en todos los campos académicos, ya fuese el científico, industrial o militar, aniquilando gente valiosa y muy capacitada con los conocimientos necesarios para el desarrollo de la nación. Sin duda alguna, esta persecución con la que Iósif Stalin se perpetuó en el poder, supuso un absoluto retraso para el país que muy pronto lo pagaría caro en la Segunda Guerra Mundial, especialmente tras la liquidación de la mayor parte de los cuadros cualificados del Ejército Rojo como el mariscal Mihail Tujachevsky. Precisamente, las trágicas derrotas militares soviéticas durante la «Operación Barbarroja» en 1941 contra la Alemania Nacionalsocialista que a punto estuvieron de hacer colapsar al sistema comunista con millones de muertos en los diversos campos de batalla, fueron una de las nefastas consecuencias dejadas a largo plazo por la «Gran Purga».

 

Bibliografía:

-Stéphane Courtois, El Libro Negro del Comunismo. «Capítulo 10. El Gran Terror (1936-1938)», Ediciones B (2010), p. 247-270
-Editores de S.A.R.P.E., Crónica Política y Militar de la Segunda Guerra Mundial. «La detención de Tukachevski», S.A.R.P.E. (1978), p.562-563
-José Luis Hernández, Las Purgas de Stalin, Terror de Estado, Revista Muy Historia Nº76 (2016), p.42-47
-http://en.wikipedia.org/wiki/Great_Purge