Holodomor

Holodomor, término traducido como «Gran Hambre», fue uno de los mayores crímenes perpetrados en la Historia de la Unión Soviética. Las víctimas fueron millones de seres humanos que perecieron de forma atroz por inanición inducida en Ucrania y en menor medida en el Cáucaso, Asia Central y el sur de Rusia.

Antecedentes

Ucrania, Kazakhstán y el norte del Cáucaso fueron las regiones más castigadas por la «colectivización forzosa» desde que Iósif Stalin alcanzó el poder en 1924. Siguiendo el programa de «Deskulakización» en 1929 que acabó con la deportación de casi 2 millones de campesinos para colonizar las regiones inhóspitas de Siberia, muchos espacios rurales quedaron vacíos y sin por tanto sin trabajadores cualificados, lo que muy pronto se resentiría en la economía de la URSS.

A partir de 1930, los destacamentos de la Dirección Política del Estado (GPU) comenzaron a efectuar requisas abusivas de grano y trigo que dejaron a los suelos sin las suficientes semillas para germinar, ni tampoco a la tierra el tiempo necesario para volverse a reutilizar. De hecho, mientras que la cantidad habitual de grano era del 12% para el autoridades estatales, del 25% para los animales y del 63% para los campesinos o excedentes; aquel año 1930 la URSS se llevó el 30% del total en Ucrania, el 33% de Kazakhistán y el 38% del norte del Cáucaso; una cifra que todavía aumentó exageradamente en 1931 con un 41’5% en la primera, un 47% en la segunda y al 39’5% en la tercera, lo que sin duda desató una carencia alimenticia y una crisis rural sin precedentes.

El 7 de Agosto de 1932 fue aprobada la «Ley de las Espigas» que preveía subyugar a todos aquellos que se posicionasen en contra de las requisas, sobretodo a los campesinos que robasen alguna espiga o cebada para comer. Así fue como se castigó con prisión a numerosos ladrones que fueron encerrados en los centros penitenciarios de Balashevo o Elan, aunque al final los robos fruto de la desesperación fueron tantos, que las autoridades hubieron de crear tribunales para dictaminar penas de muerte a los saqueadores. Según los registros de la época, bajo la «Ley de Espigas» fueron ejecutadas 5.400 personas y enviadas a la cárcel otras 125.000.

Represiones del Campesinado

Como las medidas económicas no estaban generando los resultados esperados en la URSS y los campesinos seguían oponiéndose tanto a la colectivización como a la abusiva requisa de cosechas, desde el Kremlin se decidió tomar medidas más duras contra el mundo rural. Fue entonces cuando Iósif Stalin envió a dos de sus comisarios más temidos a las zonas catalogadas de mayor riesgo, concretamente Vyacheslav Molotov a Ucrania y Lazar Kaganovich al norte del Cáucaso.

Requisas forzosas de grano que los soviéticos se llevan en camiones, arrebatando de este modo la única fuente de subsistencia de los ucranianos.

Las primeras persecuciones se produjeron en el Cáucaso desde Noviembre de 1932 cuando las tropas de la GPU arrestaron y deportaron a 71.236 norcaucásicos, concretamente chechenos, daghestanos o inguches, que muy pronto ascenderían a 268.091 en el año 1933. Algo similar ocurrió en el Asia Central porque tras una rebelión de los musulmanes kazakos al comprobar como su economía nómada tradicional era destruida (los rusos se llevaron al 80% del ganado), muchos acabaron detenidos y sacados de Kazakhistán en dirección a gulags en Siberia.

El clima de «guerra total» entre los campesinos y las tropas del GPU terminó derivando en asaltos de los civiles contra los almacenes de alimentos, y por tanto en una respuesta cada vez mayor de las autoridades soviéticas que reprimieron a todo aquel considerado sospechoso en cada aldea y hogar. Sin embargo y como este trabajo era altamente costoso y lento, Iósif Stalin encontró la manera de poner fin al problema de una vez por todas aplicando una solución simple: exterminar a la población rural mediante el arma del hambre.

La «Gran Hambre»

Oficialmente a inicios de 1933, el Politburó desde Moscú aprobó la restricción de alimentos destinados a todos aquellos campesinos que no hubiesen cumplido con los plazos de entrega de las cosechas en Ucrania, el Cáucaso y Kazakhstán. Curiosamente como estos últimos eran la inmensa mayoría, lo que hicieron fue abandonar en un gigantesco éxodo rural el campo para trasladarse a las ciudades, a sabiendas de que los núcleos urbanos estaban todavía abastecidos. Lamentablemente el Kremlin ya había previsto esta situación porque el 22 de Enero el Partido Comunista Soviético (PCUS) prohibió a los millones de agricultores y ganaderos, que habían dejado sus pertenencias y no tenían comida, dinero ni hogar, acceder al interior de las metrópolis, lo que equivalía condenarles a morir por inanición en lo que se conocería como «Holodomor».

A inicios del invierno de 1933, el Ejército Rojo y la GPU erigieron una serie de perímetros militares con tendido de líneas de alambradas y el corte de carreteras y nudos ferroviarios a lo largo de la mayor parte de Ucrania y el norte del Cáucaso. Al mismo tiempo en que esto sucedía en el interior continental, junto a las costas los buques de la Flota Roja del Mar Negro bloquearon todos los puertos y muelles para impedir que entrase una sola mercancía o alimento. Lógicamente, tales medidas causaron la indignación de miles de personas que se acercaron a las zonas de seguridad para ser dispersadas a tiros o ametralladas con armas automáticas.

Ante la imposibilidad de entrar en las ciudades de Ucrania, el hambre comenzó a aflorar entre la masa campesina que deambulaba sin rumbo por las campiñas. Lo primero que sintieron las víctimas fue la urgente sensación de algo que llevarse a la boca, antes de que se hinchasen los vientres y la piel se les resecase. A continuación fue cuando empezaron muchos a desfallecer por falta de calorías, a veces azotados por el helado clima del invierno o por el insoportable calor del verano, sin contar con la epidemia de tifus que se extendió entre toda la población. Tal fue la cantidad de cadáveres, que los soldados de la GPU tuvieron que emplear vagones de trenes para limpiar las llanuras de cuerpos sin vida y cavar gigantescas focas comunes en el suelo para evitar enfermedades.

Muertos por inanición se extienden por las calles de Ucrania.

Contra todo lo imaginado, muchos campesinos de Ucrania decidieron arriesgarse a intentar entrar en las ciudades o en los depósitos de grano, aunque siempre sin éxito porque la inmensa mayoría fueron segados a miles por las ametralladoras del Ejército Rojo. Bastante peor lo pasaron aquellos que encima fueron capturados por la GPU porque sufrieron numerosas torturas como dejar a la víctima desnuda en un hangar para morir de frío o prenderla fuego con gasolina, e incluso en diversas ocasiones a numerosos presos los tostaron vivos sobre una plancha metálica al rojo vivo en un centro de detención de Napalovski.

Los niños fueron los que más sufrieron el Holodomor porque una gran cantidad de menores de edad fueron dejados por sus padres a las afueras de las ciudades para que las autoridades les admitiesen en centros de acogida. Desgraciadamente y después de despedirse de unos progenitores a los que ya nunca más verían, los pequeños se vieron en una situación todavía peor cuando los soldados de la GPU irrumpieron en los orfanatos y los clausuraron. Lo que a continuación sucedió fue un episodio terrible porque todos los niños y niñas fueron subidos a vagones de tren y sacados de las urbes hasta una distancia de entre 50 y 60 kilómetros en el campo, donde fueron abandonados a la intemperie para morir de hambre, de frío, de pena y sobretodo en soledad y sin el calor de sus padres.

Kharkov al este de Ucrania fue una de las ciudades más castigadas por el Holodomor porque las calles y aceras quedaron cubiertas de cadáveres que se consumían hasta los huesos, lo que llevó a muchos desesperados a comerse el hígado de los muertos, sin contar con que cada noche se extraían del extrarradio unos 250 cadáveres y en el Orfanato de Golodnaya murieron la mayoría de los 8.000 alumnos ingresados. Sin embargo Kharkov no fue la única ciudad castigada porque 40.000 personas perecieron de inanición en Krasnodar, 20.000 en Stavropol y otras tantas miles en Kíev, Dnipropetrovsk, Poltava, Vinnitsa y Humani.

Lamentable estado de los niños ucranianos que fueron los primeros en morir por el hambre. Gran parte de una generación fue eliminada en este genocidio.

Fuera de Ucrania y el Cáucaso, la «Gran Hambre» afectó en menor grado a amplias zonas de Rusia y Siberia. Por ejemplo en las áreas rurales situadas en las inmediaciones de la capital de Moscú la hambruna se cebó sobre un 50% de los campesinos, exactamente igual que en la región de Ivanovo que la población agraria sufrió un 35% de casos de inanición.

Respuesta Internacional

A nivel internacional, el Holodomor fue silenciado en muchos países gracias al aparato del Komintern (Internacional Comunista) que mediante los diversos movimientos marxistas sometidos al control de Moscú en numerosas naciones del mundo, se consiguió desviar la atención y hacer una buena propaganda a la URSS. De hecho el antiguo Primer Ministro de Francia y líder del Partido Radical, Édouard Herriot, viajó a Ucrania en 1933 para saber la verdad (lógicamente las autoridades soviéticas le llevaron a granjas donde había abundancia) y quedar sorprendido por el resultado debido a que sus palabras fueron las siguientes: «¡Pues bien, afirmo que he visto al país como un jardín a pleno rendimiento!».

Gran Bretaña y Estados Unidos adoptaron la misma postura pasiva que Francia, lo mismo que la Sociedad de Naciones de Suiza con sede en Ginebra. Solamente unos periodistas italianos presentes en Kharkov, Odessa y Novorossisk denunciaron lo ocurrido, aunque por desgracia no pudieron informar del hecho porque la Italia Fascista de Benito Mussolini que en aquellos instantes estaba intentando normalizar sus relaciones diplomáticas con la URSS, también decretó la censura del suceso aquel 1933.

Algunos de los que se atrevieron a manifestar datos sobre el Holodomor fueron unos pocos intelectuales como el judío polaco Raphael Lemkin. Precisamente este último calificó a la «Gran Hambre» con el término de genocidio al entender que las autoridades de la URSS habían llevado a Ucrania a la catástrofe con la intención de aniquilar al mayor número de personas (curiosamente gracias a la definición hecha por Raphael Lemkin sobre el Holodomor, al final de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto se adoptaría la palabra en el Derecho Internacional).

Conclusión

A inicios de 1934 el Holodomor o la «Gran Hambre» finalizó en toda Ucrania, Kazakhistán y el norte del Cáucaso. Hasta la fecha habían muerto por inanición unos 7 millones de personas entre 5 millones de ucranianos, 1 millón de norcaucásicos y 1 millón de kazakos, además de haber afectado la hambruna en menor medida hasta un total de 40 millones de habitantes en toda la Unión Soviética.

El Holodomor de 1932 a 1934 fue el mayor crimen de la «Era Estalinista» y de toda la Historia de la Unión Soviética. El suceso fue claramente un evidente caso de genocidio porque se intentó reducir drásticamente la población campesina de Ucrania y otros lugares del Cáucaso y el Asia Central, con la consiguiente masacre de 7 millones de seres humanos, en lo que sin duda constituyó una de las mayores tragedias del siglo XX.

 

Bibliografía:

-Stéphane Courtois, El Libro Negro del Comunismo, «Capítulo 7.La gran hambre», Ediciones B (2010), p. 2213-236
-http://en.wikipedia.org/wiki/Holodomor
-http://granguerra.crearforo.com/hambre-en-ucrania-genocidio-es850.html