Polonia había permanecido ocupada más de cinco años desde la invasión del Tercer Reich en 1939 y esperado la liberación con impaciencia durante toda la Segunda Guerra Mundial. Desgraciadamente cuando ya era evidente la derrota de Alemania, la potencia que se presentó en sus fronteras fue la Unión Soviética que amenazaba con anexionarse los territorios orientales del país y convertir a la nación en un «estado satélite» de Moscú. Ante este dilema, la única opción que le quedó a la Resistencia Polaca fue organizar una rebelión con la pretensión de expulsar a las fuerzas del Eje y evitar la entrada del Ejército Rojo durante un episodio que sería conocido como el Levantamiento de Varsovia.
Preludio
La «Operación Bragation» efectuada por el Ejército Rojo sobre Bielorrúsia había destruido en su totalidad al Grupo de Ejércitos Centro Alemán del Frente Oriental, lo que significó la entrada de las tropas soviéticas en Polonia. Al saberse la noticia el 16 de Julio de 1944 de que los primeros soldados rusos estaban cruzando el Río Vístula, el Presidente del Gobierno Polaco Libre en el Exilio, Stanislaw Mikolajczyk, organizó una entrevista con Iósif Stalin en Moscú para negociar la absoluta independencia de Polonia. Prácticamente desde la ocupación alemana los polacos libres habían estado combatiendo junto a los Aliados en diversos teatros de operaciones como Oriente Medio, África, Italia y Normandía; al mismo tiempo que sus representes políticos habían roto relaciones diplomáticas con la Unión Soviética tras descubrirse la Matanza de Katyn, un crimen efectuado por los soviéticos en 1940 que había acabado con el asesinato de 25.000 oficiales, intelectuales y religiosos. Así pues desde 1943 los polacos no habían mantenido ningún lazo de amistad con la URSS, por lo menos hasta que a mitad de 1944, se tuvieron que retomar los contactos ante la presencia del Ejército Rojo en territorio polaco. Fue entonces cuando el Ejército Patriótico (Armia Krajowa o AK), una organización democrática y tradicionalista reconocida en la clandestinidad por Londres y Washington, organizó la «Operación Tormenta (Ackja Burza)» que llevaría al Levantamiento de Varsovia.
Sin saberlo la Resistencia Polaca, los alemanes desde hacía tiempo sabían por ciertas fuentes acerca de una insurrección en Varsovia, por lo que el 22 de Julio comenzaron a evacuar por vía ferroviaria a toda la población alemana residente en la ciudad. Precisamente al mando de la Polonia Ocupada y del Gobierno General estaba Hans Frank, cuyo plan para el territorio polaco había sido en convertirlo en parte del «Lebensraum», una colonización racial a costa de la expulsión de la población étnica polaca. Sin embargo aquel verano de 1944 los alemanes comprendieron que el «Lebensraum» no era nada más que un sueño inalcanzable, por lo que las SS, a sabiendas de la marcha del Ejército Rojo sobre la ciudad, iniciaron la destrucción de todos los documentos, efectuaron las últimas redadas, decretaron un estado de máxima alerta ante cualquier insurgencia y multiplicaron las medidas de vigilancia.
Mientras tanto la Unión Soviética planificó otro futuro para Polonia al margen de los Aliados Occidentales. La idea planteada por Iósif Stalin consistía en permitir a los alemanes el aniquilamiento de toda la Resistencia Polaca del Armia Krajowa al mismo tiempo que en la ciudad de Lublin se reconocía a un gobierno alternativo de corte comunista y sujeto a los intereses soviéticos bautizado como Comité Polaco de Liberación Nacional (PWWN). Por si fuera poco también dentro de las filas del Ejército Rojo se encontraba el I Ejército Polaco, una fuerza de voluntarios polacos comunistas residentes en la URSS o liberados de los gulags de Siberia, que habían combatido contra el Eje sobre el Frente Oriental. Toda aquella institución política y militar, aunque no fuese de carácter legal, sin duda alguna proporcionó la excusa perfecta a Stalin para hacerse gratuitamente con Polonia.
Cuando el I Frente de la Rusia Blanca del general Konstantin Rokossovsky cruzó la frontera con Polonia en Julio de 1944, el Comité Polaco de Liberación Nacional anunció al mundo por radio que la Constitución de 1935 implantada por el fallecido general Jozéf Pilsudski era fascista, por lo que todos los polacos que defendiesen la democracia vigente desde entonces, practicamente la inmensa mayoría de la Resistencia Polaca, serían tratados como «nazis». Ante tal comunicado los polacos se temieron lo peor, ya que la mayoría de resistentes comprendieron que una vez se marchasen los alemanes, los soviéticos disolverían a la Resistencia Polaca, fusilarían a sus líderes y deportarían al resto. La única manera de evitar esto era que los mismos polacos se rebelasen contra los alemanes y les expulsaran antes de la llegada del Ejército Rojo, para que de ese modo el gobierno implantado a continuación fuese reconocido por Estados y Gran Bretaña, lo que impediría a Stalin tener ningún poder político, jurídico ni militar sobre Polonia.

Presidente Stanislaw Mikolajczyk, representante de la Polonia Libre, con el Presidente Franklin Delano Roosevelt de los Estados Unidos.
Todos los malos presentimientos de la Resistencia Polaca empezaron a convertirse en realidad cuando el 24 de Julio de 1944, los comisarios de la Policía Secreta Soviética (NKVD) disolvieron a todo el Armia Krajowa de las zonas ocupadas por el Ejército Rojo, siendo 30.000 polacos ejecutados o encarcelados. Mientras esto sucedía, el Presidente del Gobierno Polaco en el Exilio, Stanislaw Mikolajczyk, que había viajado desde Londres hasta El Cairo en Egipto y desde allí a Teherán en Persia para entrevistarse con Stalin y llegar a un acuerdo, le fue denegada la entrada en la Unión Soviética.
Únicamente los retrasos del Ejército Rojo en el Frente Oriental como consecuencia de la resistencia alemana hicieron ganar algo de tiempo a los polacos. Por ejemplo después de que el 25 de Julio el I Ejército Polaco leal a Moscú cruzase el Río Vístula, fue inmediatamente detenido en sus orillas. Tres días más tarde, el 28, también el resto del Ejército Rojo resultó frenado a 50 kilómetros de Varsovia. Pero por si eso fuera poco, sólo unos días después, entre el 29 y el 31 de Julio, un contraataque efectuado por el IX Ejército Alemán y la División Panzer «Hermann Goering» rechazó a los soviéticos tras causarles elevadas pérdidas y la destrucción de numerosos tanques T-34, justo antes de que los germanos consolidasen nuevas posiciones defensivas.
Dentro de Varsovia nadie se creyó la jugada de Stalin cuando Moscú declaró «usurpador» al Gobierno Polaco en el Exilio de Londres y aviones soviéticos lanzaron miles de octavillas sobre la ciudad informando que el Comité Polaco de Liberación Nacional había asumido el control de Polonia. Viendo las intenciones soviéticas, el líder supremo de todos los grupos clandestinos, Tadeusz Bór Komorowski, convocó una reunión de urgencia el 31 de Julio para preguntar al resto de representantes de la Resistencia Polaca si se sublevaban contra los alemanes o tentaban a la suerte y permanecían escondidos a la espera del Ejército Rojo. Sorprendentemente y por votación unánime, toda la Resistencia Polaca optó por la rebelión. Ni siquiera se esperó a la respuesta de negociación entre el Papa Pío XII con el Presidente Stanislaw Mikolajczyk en el Vaticano. Así fue como la «Operación Tormenta» que debía dar inicio al Levantamiento de Varsovia se fijó para las 17:00 horas de la tarde del día 1 de Agosto de 1944.
Resistencia Polaca
La Resistencia Polaca dirigida en todo el país por Tadeusz Bór Komorowski contaba con mucho personal y equipo militar clandestino, aunque las distintas facciones se encontraban políticamente divididas entre las que mostraban su apoyo a los Aliados Occidentales y las que lo hacían a la Unión Soviética. El Ejército Patriótico (Armia Krajowa o AK) era el grupo más numeroso y el principal brazo armado de la Resistencia Polaca, leal al Gobierno Polaco Libre en el Exilio de Londres y de tendencias conservadoras democráticas en el que se incluían miles de hombres de todas las edades, mujeres y hasta algunos niños de 14 años. Otra importante facción fue la extrema derecha agrupada en torno a las Fuerzas Armadas Nacionales (Narodowe Sily Ludowa o NSZ), así como otros grupos de derecha menos radicales entre los que estaban el Cuerpo de Seguridad (Korpus Bezpieczènska o KB), la Milicia Popular (Milicja Ludowa o ML), el Servicio Militar Femenino (Wojskowa Stuzba Kobiet o WSK) y la Unión de Sindicalistas Polacos (Zwiqzek Syndykalistów Polskich o ZSP). Del lado contrario estaban los comunistas del Ejército Popular (Armia Ludowa o AL), un cuerpo polaco títere de la URSS y opuesto al Gobierno Polaco Libre en el Exilio.
Bastante irregular fue la distribución de la Resistencia Polaca a lo largo de las sietes áreas trazadas por cada barrio de Varsovia (Srodmièsce, Zolibor, Wola, Ochota, Mokotów, Praga y Obroza) y protegidas por escombros, barricadas y edificios. Repartidos los 50.000 guerrilleros en batallones independientes de 50 a 100 hombres, sólo había armas para equipar a 7.000 voluntarios entre fusiles, subfusiles, pistolas, granadas o cócteles Molotov, así como 7 ametralladoras pesadas, 162 medias o ligeras y 35 cañones antitanque, las suficientes para sostener únicamente tres días de combates.
Resistencia Polaca (Grupos + Efectivos):
Armia Krajowa Ejército Patriótico (Armia Krajowa / AK) = 40.330
Servicio Militar Femenino (Wojskowa Stuzba Kobiet o WSK) = 4.300
Fuerzas Armadas Nacionales (Narodowe Sily Ludowa) = 1.000
Unión de Sindicalistas Polacos (Zwiqzek Syndykalistów Polskich o ZSP) = 1.000
Ejército Popular (Armia Ludowa) = 800
División de Zapadores = 700
Cuerpo de Seguridad (Korpus Bezpieczènska o KB) = 500
Ejército del Pueblo Polaco (Polska Armia Ludowa o PAL) = 500
Milicia Popular (Milicja Ludowa o ML) Milicia Popular = 500
TOTAL = 50.000
Distritos (Efectivos + Compañías):
Distrito I Srodmièsce = 5.500 Combatientes / 90 Compañías
Distrito II Zolibor = 800 Combatientes / 12 Compañías
Distrito III Wola = 1.300 Combatientes / 21 Compañías
Distrito IV Ochota = 800 Combatientes / 12 Compañías
Distrito V Mokotów = 4.500 Combatientes / 70 Compañías
Distrito VI Praga = 6.000 Combatientes / 90 Compañías
Distrito VII Obroza = 400 Combatientes / 6 Compañías
Área Independiente VIII Okecie = 800 Combatientes / 13 Compañías
Provincia de Varsovia = 11.000 Combatientes / 206 Compañías
Autónomos = 10.000 Combatientes / 387 Compañías
TOTAL = 50.000 Combatientes / 800 Compañías
Armamento:
7 Ametralladoras Pesadas MG-42
162 Ametralladoras Medias o Ligeras
35 Armas Antitanque PIAT
2.629 Fusiles
657 Subfusiles
3.846 Pistolas
100 Lanzallamas
44.000 Granadas
100.000 Cócteles Molotov «Filipinki»
Komintern
Aunque las fuerzas soviéticas eran muy superiores al Ejército Alemán, los rusos no intervendrían directamente en el Levantamiento de Varsovia por varios motivos. La primera razón fue debido a que su situación militar no era nada halagadora tras la «Operación Bragation», ya que el Ejército Rojo estaba muy desgastado con unos batallones de infantería que se encontraban en plena reconstrucción, con un número de tanques reducido al mínimo, con menos de un centenar de aviones operativos y unos depósitos completamente ausentes de gasolina. La segunda razón era que Stalin prefería que los alemanes le ahorraran el trabajo de aniquilar a la Resistencia Polaca, por lo que dio orden de no avanzar sobre Varsovia a la espera de que el Tercer Reich exterminase a todos los polacos.
Aproximadamente 1 millón de tropas soviéticas fue las que desplegó el I Frente de la Rusia Blanca del general Konstantin Rokossovsky frente a los suburbios de Varsovia, concretamente a las afueras del Barrio de Praga. Al mismo tiempo la Policía Secreta Soviética (NKVD) estacionó más de 12.000 comisarios encargados de eliminar a todo aquel polaco identificado como contrarrevolucionario, trotskysta, socialista, liberal, conservador, fascista, intelectual, etcétera.
Simultáneamente el I Ejército Polaco al mando del general Zygmunt Berling y compuesto mayoritariamente por antiguos militantes del Partido Comunista Polaco se convirtió en la punta de lanza para entrar en Varsovia una vez los alemanes se marchasen y la Resistencia Polaca fuese aplastada. Se componía exactamente de la 3ª División de Infantería «Romuald Traugut» con los 1st y 3rd Batallones de Infantería, además el 8º Regimiento Antitanque y el Batallón Lanzallamas.
Ejército Rojo:
I Frente de la Rusia Blanca = 500.000
NKVD = 12.000
I Ejército Polaco = 2.300
I Ejército Polaco:
3ª División de Infantería «Romuald Traugut»
-1st Batallón de Infantería
-3rd Batallón de Infantería
-8º Regimiento Anticarro
-Batallón Lanzallamas
Aliados
Gran Bretaña había sido el principal aliado de Polonia desde que había empezado la Segunda Guerra Mundial. Por dicha razón el Primer Ministro Winston Churchill, sintiendo un gran afecto por Polonia y a sabiendas de que los rusos no colaborarían para ayudar a Varsovia, la Real Fuerza Aérea Británica (Royal Air Force o RAF) prestó como apoyo aéreo a las 148º y 624º Escuadrones de Bombarderos y al 1.586º Grupo de Tareas Especiales Polaco Libre integrado por voluntarios polacos en el exilio.
Sorprendentemente Estados Unidos no quiso implicarse directamente por la causa polaca debido a que el Presidente Franklin Delano Roseevelt se había dejado engañar anteriormente por Stalin, aunque por lo menos autorizaría a un centenar de aparatos de la VIII Fuerza Aérea Estadounidense volar hacia Varsovia. Del mismo modo Sudáfrica prestó a los 24º, 31º y 34º Escuadrones de Bombarderos Sudafricanos con base en Italia.
Escuadrillas (Aviones + Aeródromos):
148º Escuadrón de Bombarderos Británico = Halifax (Grupo 205 / Brindisi / Italia)
624º Escuadrón de Bombarderos Británico = Halifax (Grupo 205 / Brindisi / Italia)
24º Escuadrón de Bombarderos Sudafricano = B-24 Liberator (Ala 2 / Brindisi / Italia)
31º Escuadrón de Bombarderos Sudafricano =B-24 Liberator (Ala 2 / Brindisi / Italia)
34º Escuadrón de Bombarderos Sudafricano = B-24 Liberator (Ala 2 / Brindisi / Italia)
1.586º Grupo de Tareas Especiales Polaco Libre = Halifax / B-24 Liberator (Brindisi / Italia)
VIII Fuerza Aérea Estadounidense = B-17 (Brindisi / Italia)
Fuerzas del Eje
Ante una eventual sublevación en Varsovia, las fuerzas del Eje desplegaron a un total de 16.000 efectivos, no sólo alemanes, sino también de voluntarios procedentes de Hungría, Azerbayán o de la Rusia Blanca que colaboraba con Berlín. El Tercer Reich estacionó en la capital a la temida 36ª División SS de Granaderos «Dirlewanger» al mando del general Oskar Dirlewanger, una formación de castigo compuesta por antiguos presidiarios de la justicia, la mayoría alemanes pero también extranjeros europeos, quienes tras ser recientemente liberados de las cárceles a cambio de luchar por Alemania, se les perdonaría la condena a pesar de su pasado como asesinos, ladrones, violadores, etcétera. También junto a esta aterradora división, el Ejército Alemán (Wehrmacht) asignó como apoyo al Batallón de Policía Militar de Poznan y al 608th Batallón Especial de Defensa de Breslau. Por último las fuerzas extranjeras por parte de los rusos blancos fueron la Brigada Rusa «Kaminski» (RONA) al frente del general Bronislav Kaminski junto con los 572nd y 580th Batallones de Caballería Cosacos; por parte magiar el II Cuerpo Húngaro y la 22ª División SS de Caballería Húngara «Maria Theresa»; así como el 111º Regimiento de Infantería Azerí formado por musulmanes del Cáucaso y la Policía Azul Polaca integrada por colaboracionistas.
Fuera de la ciudad se hallaba el IX Ejército Alemán encargado de frenar una supuesta tentativa del Ejército Rojo por alcanzar Varsovia presionando desde el Río Vístula y el Barrio de Praga, donde se encontraban 50.000 efectivos de la División Panzer «Hermann Goering», la 19ª División Panzer y otras fuerzas con elementos de las SS, Gestapo y la Gendarmería Alemana desplegados en un semicírculo de 96 kilómetros. Mientras tanto la 4ª Brigada Aérea de la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe) dispuso de numerosos cazas Messerchmitt Bf 109, bombarderos Heinkel He-111 y bombarderos en picado Stukas en los Aeropuertos de Okocie y Bielany atendidos por 1.700 auxiliares.
Fuerzas del Eje en Varsovia:
·Alemanes
-36ª División SS de Granaderos «Dirlewanger»
-608th Batallón Especial de Defensa de Breslau
-Batallón de Policía Militar de Poznan
·Extranjeros
-Brigada Rusa «Kaminiski» (RONA)
-572nd Batallón de Caballería Cosaco
-580th Batallón de Caballería Cosaco
-II Cuerpo Húngaro
-12ª División SS de Caballería Húngara «Maria Theresa»
-111º Regimiento de Infantería Azerí
-Policía Azul Polaca (Colaboracionista)
IX Ejército Alemán:
-División Panzer «Hermann Goering»
-19ª División Panzer
-4ª Brigada Aérea de la Luftwaffe
Levantamiento de Varsovia
La mañana del 1 de Agosto de 1944 la capital de Varsovia se despertó como en un día habitual. Los parques se encontraban abarrotados de gente, las iglesias llenas de fieles y los comercios vendiendo sus productos hasta vaciar las dependencias. Pocos podían imaginar que la «Hora W» establecida por la Resistencia Polaca para la sublevación había sido fijada para las 17:00 horas de la tarde, precisamente coincidiendo con la salida de los obreros de las fábricas. Sin embargo ya a las 13:50 horas del mediodía se registró la primera acción al producirse un incidente involuntario en el distrito de Zolibor. Todo ocurrió cuando el capitán Zdzislaw Sierpinski y varios guerrilleros del Armia Krajowa fueron vistos transportando armas por una patrulla alemana que circulaba a bordo de un camión. Por suerte para los polacos, estos reaccionaron a tiempo y tras lanzar varias granadas destruyeron el vehículo y mataron a sus ocupantes.

Sublevado polaco durante el Levantamiento de Varsovia el 1 de Agosto de 1944 con un subfusil británico Sten.
Oficialmente a las 17:00 horas en punto de la tarde del 1 de Agosto de 1944 se produjo lo que se conoció como el «Levantamiento de Varsovia». Repentinamente los combatientes de la Resistencia Polaca repartidos por los siete barrios de la capital, atacaron a los soldados alemanes en plena calle, destruyeron puntos defensivos, cortaron las avenidas mediante barricadas y mataron a numerosos oficiales; aunque a un alto precio porque muchos civiles ajenos a la sublevación fallecieron por el fuego cruzado. Rápidamente la bandera de Polonia fue izada en el Edificio Prudential, al mismo tiempo que los guerrilleros tomaban la central eléctrica, la oficina de correos, la oficina de ferrocarril en el Barrio de Praga y el Edificio Umschlagplatz de las SS donde liberaron a 50 prisioneros judíos. Sin embargo la rebelión fracasó en muchos otros sectores porque los polacos no consiguieron hacerse ni con el Puente Poniatowski ni con el Puente Kierbedzia sobre el Río Vístula y encajaron muchas bajas tras el intento fallido de ocupar la Plaza Zamkovy y el Aeropuerto Nacional de Varsovia, así como un trágico resultado en el asalto contra el Cuartel General de la Gestapo ubicado en la Avenida Szucha en donde murieron 91 resistentes. Finalizada la primera jornada de combates, los polacos habían sufrido unos 2.000 muertos y los alemanes unas 400 bajas.
Justo en el mismo día en que se produjo el Levantamiento de Varsovia, el Ejército Alemán respondió de inmediato a pesar de que al principio el Reichsführer de las SS, Heinrich Himmler, pensó que se trataba de una sublevación comunista del Armia Ludowa tal y como se lo comunicó a Adolf Hitler. Tendrían que pasar unas horas para que tanto Himmler como Hitler descubriesen que la rebelión no estaba liderada por elementos marxistas, sino que era en toda regla un levantamiento general liderado mayoritariamente por los conservadores del Armia Krajowa. A partir de ese instante se cursaron una serie de órdenes muy polémicas consistentes en destruir completamente la ciudad de Varsovia como represalia y movilizar a todos los Grupos de Acción (Einsatzkommando) de las SS en torno a la capital para ejecutar a los polacos capturados sin ningún tipo de clemencia.

Resistencia Polaca durante el Levantamiento de Varsovia posa con una bocamanga de las Waffen-SS capturada a la 5ª División SS Panzer «Wiking».
Al día siguiente de haberse producido el Levantamiento de Varosvia, el 2 de Agosto de 1944, se produjo el primer contraataque urbano por parte de la División Panzer «Hermann Goering», utilizando para ello a civiles como escudos humanos que fueron obligados a caminar por delante de los tanques. Aquella táctica funcionó durante unas horas porque amedrentó a muchos polacos de disparar, aunque transcurrido un tiempo los guerrilleros terminaron abriendo fuego y matando en innumerables ocasiones a sus propios compatriotas. Mientras tanto, a sabiendas de las trágicas noticias que estaban llegando desde Polonia, el Gobierno Polaco Libre en el Exilio autorizó a sus aviones con base en Italia mantener suministrada a Varsovia por aire, aunque por el momento se mantuvo en tierra a la Brigada Paracaidista Polaca Libre que impacientemente estaba esperando saltar sobre la capital.
El 3 de Agosto los soldados alemanes iniciaron un intenso bombardeo sobre el Barrio de Wola mediante un tren blindado Panzerzüge y doce aviones Heinkel He 111 que causaron cuantiosos daños en el casco urbano. Al mismo tiempo que tal cosa ocurría, ese día el Presidente Stanislaw Mikolajczyk se reunió finalmente con Stalin en Moscú para decidir el futuro de Polonia. Sin embargo las promesas del líder soviético al representante de los exiliados fueron desalentadoras por dos motivos: primero porque le informó de que toda Polonia Oriental sería anexionada por la URSS a cambio de compensar a los polacos con territorio alemán en el oeste; y segundo le aseguró que el Ejército Rojo no intervendría en los combates por Varsovia confiando en que la Resistencia Polaca se alzaría con la victoria (algo imposible y que Stalin sabía). Así pues y ante tal panorama, Stanislaw Mikolajczyk regresó a Londres con las manos vacíos y temiéndose lo peor para su patria.
Ajenos a lo que ocurría en Londres y Moscú, un grupo de guerrilleros de la Resistencia Polaca protagonizó una proeza a la hora de capturar a los alemanes un tanque Panther que inmediatamente pusieron en marcha y lo utilizaron contra sus antiguos dueños. De hecho sobre este carro izaron la bandera de Polonia para evitar confusiones, justo antes de embestir los muros de la Prisión de Gesiowka «Granja de los Gansos» que pertenecía a las SS, logrando liberar a decenas de presos judíos, polacos y también algunos griegos que se sumaron a la revuelta. De igual manera a no mucha distancia de la Calle Gesia, en el corazón del Barrio de Wola, los partisanos destruyeron con explosivos a dos enormes tanques Tiger.
Hasta el 4 de Agosto no se realizó la primera contraofensiva alemana contra los Barrios de Ochota y Wola. Estando el propio Reichsführer Himmler al mando de la operación, las bajas polacas se contaron a miles y no sólo a causa de los combates, sino también por los brutales crímenes cometidos por las tropas del Eje. Por ejemplo los ex-presidiarios la 36ª División de Granaderos «Dirlewanger», perpetraron terribles matanzas y saqueos como el asesinato efectuado contra varios profesores de la Universidad de Varsovia en el Nº5 de la Calle Nowy Zjazd o las agresiones sexuales llevadas a cabo contra las enfermeras del Instituto Marie Curie. Simultáneamente los rusos colaboracionistas de la Brigada Rusa «Kaminski» fueron protagonistas de violaciones masivas hacia las mujeres que habitaban el Barrio de Ochota. Ni siquiera faltó la habitual represión descargada por las SS fusilando en el Barrio Mokotów a 600 presos políticos y ejecutando en la Calle Bagatela a 17 sacerdotes jesuitas.
La noche del 4 al 5 de Agosto de 1944 un grupo de bombarderos británicos Halifax lanzaron suministros en paracaídas sobre Varsovia, lo que constituyó la primera ayuda material de los Aliados Occidentales a la Resistencia Polaca. Sin embargo alcanzar Varsovia no fue fácil porque los aviones ingleses tenían que atravesar en solitario Italia, Austria, Checoslovaquia y Polonia estando a merced de los cazas del Eje, una tarea que costó el derribo sólo en el primer trayecto de 5 bombarderos Halifax.
Entre los crímenes más famosos cometidos durante el Levantamiento de Varsovia tuvo lugar el 5 de Agosto cuando antiguos reclusos de la 36ª División de Granaderos «Dirlewanger» asesinaron a todos los enfermos y el personal sanitario del Hospital de Plocka; además de exterminar poco después a otros 1.000 pacientes del Nosocomio de San Lázaro ubicado en la Calle Leszeno; así como a las personas escondidas en la Fábrica de Fotografía situada el Nº4 de la Calle Wolska. Toda esta serie de brutales matanzas cometidas por los expresidiarios de la 36ª División de Granaderos «Dirlewanger», tropas aisladas de la Brigada Rusa «Kaminski» y musulmanes del 111º Regimiento de Infantería Azerí dejaron un rastro de 40.000 ciudadanos muertos. Por suerte no todo fueron malas noticias aquel fatídico día porque durante la tarde, un batallón polaco asaltó el campo de concentración de Gesiówka tras acabar una por una con las doce torres de vigilancia y liberar a continuación la instalación con todos sus presos.

Miembros de la Resistencia Polaca con equipo alemán capturado como cascos alemanes M42 a los que han adornado con banderas de Polonia.
Sometidos los combatientes de la Resistencia Polaca a un duro asedio a partir del 6 de Agosto, el general alemán Erich Von Dem Bach-Zeléweski tomó el mando de todas las fuerzas del Eje en torno a Varsovia. Una de sus primeras medidas como nuevo líder fue la de trasladar a todos los civiles situados dentro de la zona de operaciones alemana a campos de internamiento provisionales situados fuera de la capital. Esta brutal política de deportación efectuada por las SS mayoritariamente en el Barrio de Wola llevó a la muerte de 35.000 personas, entre varones, mujeres y niños.
Después de una semana de combates en Varsovia, la Resistencia Polaca controlaba los Barrios de Mokotow y Zolibor, incluyendo el Bosque de Kampinos al norte y el Bosque de Kabackie al sur. Sin embargo y a pesar de haber mantenido a raya a las tropas del Eje, los únicos suministros escasos que recibían eran lanzados por aviones británicos y sudáfricanos, los cuales estaban soportando unas muy elevadas pérdidas en derribos; mientras el Ejército Rojo al otro lado del Río Vístula ni se movía de sus posiciones a pesar de las constantes peticiones de socorro por parte del «Armia Krajowa».
Inesperadamente el 12 de Agosto de 1944, un contraataque alemán expulsó al «Armia Krajowa» del Gueto Judío, lo que demostró claramente que los polacos iban a empezar a ceder terreno muy pronto. Tal revés llevó por primera vez al Ejército Rojo a suministrar a la Resistencia Polaca con una serie de paquetes de alimentos y municiones lanzados por aviones, incluyendo dos operadores de radio que fueron enviados expresamente para mantener la comunicación entre ambos ejércitos. Desde entonces todas las noches los aeroplanos soviéticos dejarían caer víveres a los polacos en la Plaza Levela.
El 15 de Agosto de 1944 la Resistencia Polaca volvió a efectuar otro asalto fallido contra la Estación de Gdánsk, donde miles de polacos fueron masacrados en el intento. Tan contundente fue el desastre cosechado que desde el Barrio Mokotów se tuvo que abrir una vía de evacuación a través del Bosque de Kabackie para que los supervivientes a duras penas pudiesen escapar (muchos dirigiéndose a territorio soviético y unos pocos hacia el oeste).
Fuera de Varsovia, el 18 de Agosto, el IX Ejército Alemán desencadenó una contraofensiva contra el I Frente de la Rusia Blanca del general Konstantin Rokossovsky a tan sólo 2 kilómetros de la capital. Como las bajas entre las filas soviéticas fueron muy altas, el Ejército Rojo se vio obligado a replegarse 80 kilómetros por detrás de Varsovia, lo que dejó muy claro a la Resistencia Polaca que no podrían contar con su ayuda.

Semioruga alemán Hanomag capturado por el «Armia Krajowa» y reconvertido en vehículo de asalto de la Resistencia Polaca al que han colocado una bandera de Polonia.
Como el Ejército Alemán poco a poco ganaba terreno en Varsovia, el 26 de Agosto la mayor parte del Estado Mayor de la Resistencia Polaca falleció después de que una bomba explosionase y destruyera el cuartel general del «Armia Krajowa» en el Nº16 de la Calle Freta. Ante este inesperado suceso que dejó sin mandos competentes la sublevación y tras llevar los polacos decenas de miles de bajas por solo 9.000 del Eje, el panorama transcurrido a un mes desde el Levantamiento de Varsovia se vislumbraba muy oscuro.
A últimos del mes de Agosto, los alemanes fueron utilizaron tácticas de demolición mediante ataques con artillería, trenes blindados Panzerzüge, cañones de 88 milímetros, obuses Bertha de 380 milímetros, lanzacohetes Neberwerfer e incluso aviones en picado Stukas que redujeron a cenizas la Plaza Napoleón y las Iglesias de San Alejandro y Santa Cruz. Sin embargo cualquier medida era poca porque cuando los alemanes desalojaban una posición los polacos la retomaban por la noche, además de aprovechar las ruinas de los edificios como una excelente posición para los francotiradores. Ante este dilema se recurrió a los tanques Tiger, Panther y e incluso el poderoso King Tiger, una táctica que tampoco funcionó porque las bombas de gasolina caseras elaboradas por los guerrilleros convertían en restos de chatarra llameantes a los blindados que fácilmente se quedaban atascados en los escombros y las barricadas urbanas. Ni siquiera el Goliath, un curioso artefacto teledirigido con ruedas que se autoexplosionaba en los escondites enemigos y que consiguió ciertos éxitos en la ciudad, tampoco funcionó del todo porque muy pronto los resistentes descubrieron como anularlo arrojándole piedras y otros objetos hasta obligarle a estallar a una distancia prudencial. Fue entonces cuando los alemanes recurrieron a la solución más extrema: el gigantesco mortero Karl de 600 milímetros y el colosal Dora de 800 milímetros, dos obuses transportados por raíl que con sus proyectiles derruirían enormes tramos de Varosvia.
A raíz del bombardeo de Varsovia desde todas direcciones, los civiles padecieron lo indecible y las viviendas fueron siendo pulverizadas una a una. Mientras tanto en las zonas no sometidas a los bombardeos, la población sufría escasez de alimentos y medicinas a pesar de los suministros lanzados por los aviones británicos B-24 Liberator todas las noches. Pero lo peor sin duda fue la crueldad desatada por las tropas del Eje, como por ejemplo las acciones de limpieza organizadas por las SS que siempre solían terminar en el fusilamiento masivo de personas. Sin embargo mucho más crueles se mostraron los soldados extranjeros colaboracionistas como los musulmanes del 111º Regimiento de Infantería Azerí violando mujeres polacas o los rusos blancos de la Brigada Rusa «Kaminski» perpetrando matanzas descontroladas. De hecho fue tal la violencia de los voluntarios rusos y algunos cosacos que su líder Bronislaw Kaminski, fue ejecutado por las mismas SS después de haber sido descubierto abusando sexualmente de una mujer alemana residente en la ciudad.
El 1 de Septiembre de 1944, cinco años después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial con la agresión de Alemania al Estado Polaco, la Unión Soviética decretó su intención de permanecer a la espera en Polonia para priorizar su nueva campaña de invasión sobre Rumanía, Bulgaria y los Balcanes. Este cambio de planes obligó al I Frente de la Rusia Blanca a cavar trincheras sobre el Río Vístula y mantenerse agazapado frente al IX Ejército Alemán y al II Cuerpo Húngaro que acababa de ser trasladado a la zona.
Bastante más difícil se volvió la situación para la Resistencia Polaca el 2 de Septiembre después de que los alemanes ocuparan la Ciudad Vieja de Varsovia. Por fortuna aquel día se pactó una negociación con el general Erich Von Dem Bach para llevar a cabo una evacuación de los heridos sobre la zona que permitió poner a salvo a 6.500 personas. Lamentablemente en los días sucesivos un total de 30.000 civiles fueron capturados, de entre los cuales 7.000 heridos serían ejecutados por pelotones de las SS.
A partir del 8 de Septiembre se desarrolló en Varsovia la operación de evacuación más numerosa hasta la fecha. Todo el plan se materializó mediante una marcha dentro de una serie de canales subterráneos bajo la Ciudad Vieja donde unos 4.500 insurgentes, entre los cuales únicamente 1.500 iban armados, además de estar acompañados por otros tantos civiles, reptaron hasta el Barrio de Sródmiescie. Sin embargo los alemanes se dieron cuenta de su movimiento, por lo que bloquearon las alcantarillas y a través de los sumideros filtraron gases asfixiantes y vertieron gasolina a la que prendieron fuego. A pesar de que un gran número de los polacos fallecieron asfixiados o quemados, otros muchos consiguieron escapar por el alcantarillado de los Barrios de Sródmiescie, Zoliborz, Czerniaków y el Alto Mokotów. Una vez en el exterior, recibieron ayuda de los contenedores lanzados por 107 aviones británicos B-24 Liberator, aunque el 60% de los suministros cayeron en manos enemigas y 10 de los bombarderos polacos libres que participaron en la acción resultaron derribados.
Como represalia por la fuga de tantos polacos a través del alcantarillado la noche anterior, el 9 Septiembre los aviones de la 4ª Brigada Aérea de la Luftwaffe pulverizaron la Calle Podhalanska y la Calle Chocholowsla en el Bajo Mokotów. Por suerte gracias a la intervención de la Cruz Roja Internacional un total de 25.000 personas fueron rescatadas tras pactarse un un acuerdo con los alemanes, con quienes se pactó que todos los combatientes que se rindieran tendrían que ser tratados según la Convención de Ginebra.
Mientras la batalla se recrudecía dentro de Varsovia, los soviéticos al otro lado del Río Vístula permanecían inmóviles viendo como los polacos eran masacrados. Desde Inglaterra las presiones hacia Moscú fueron enormes, aunque Stalin siempre exponía la misma excusa asegurando que la lucha contra los alemanes había dejado muy mermado al Ejército Rojo. Pero lo cierto era que el líder soviético tenía sobrada capacidad militar para ayudar a la Resistencia Polaca y que si no lo hacía era por mero interés. De hecho para no mostrar una actitud tan pasiva respecto a los polacos, ordenó moverse al Ejército Rojo dentro de una pequeña porción del trazado urbano de Varsovia para a continuación interrumpir el ataque y aparentar ante la opinión pública internacional estar ayudando.

Tropas soviéticas con tanques T-34 del Ejército Rojo avanzan hacia Varsovia tras cruzar el Río Vístula.
Durante la noche del 15 al 16 de Septiembre de 1944, el I Frente de la Rusia Blanca desencadenó una ofensiva contra Varsovia que protagonizó en vanguardia la 3ª División de Infantería Polaca al servicio del Ejército Rojo. Así fue como a primeras horas del amanecer, polacos y soviéticos levantaron pontones sobre el Río Vístula, antes de cruzar sus aguas y establecer una cabeza de puente que consolidaron 420 soldados al mando del teniente ruso Seguei Kononkow a costa de 120 muertos. Acto seguido 2.300 tropas del Ejército Rojo se asentaron en la orilla opuesta, entre estas los 1st y 3rd Batallones de Infantería, el 8º Regimiento Anticarro y el Batallón Lanzallamas. Tanto los defensores del IX Ejército Alemán como del II Cuerpo Húngaro presentaron una enorme resistencia que causó centenares de bajas a los soviéticos hasta que finalmente los tanques soviéticos consiguieron abrieron paso hacia el interior del Barrio de Praga mientras la artillería desde la retaguardia bombardeaba intensamente a los alemanes en la Ciudadela y la Estación de Gdansk.
Al ver que los soldados del Ejército Rojo estaban a escasos kilómetros del centro de Varsovia, el 17 de Septiembre la Resistencia Polaca probó lanzar un contraataque contra el Barrio de Zolibor que por el momento los alemanes rechazaron a costa de provocar a los polacos unas 300 bajas. Al día siguiente, el 18 de Septiembre, la VIII Fuerza Aérea Estadounidense con 162 aviones entre 107 bombarderos B-17 escoltados por 65 cazas P-51 Mustang soltaron en paracaídas 1.284 contenedores de suministros sobre la capital, aunque el 80% cayó en manos de los alemanes y únicamente el 20% llegó a la Resistencia Polaca, no sin antes perderse durante la acción 2 cuatrimotores norteamericanos. También posteriormente intervino la Fuerza Aérea Soviética, arrojando paquetes durante 2.243 salidas a bordo de biplanos Polikarpov Po-2.
A pesar de no ser nada habitual durante el Levantamiento de Varsovia, pero en algunos casos las fuerzas polacas del «Armia Krajowa» se sumaron a las del Ejército Rojo para combatir conjuntamente como sucedió el 20 de Septiembre. Todo ocurrió cuando unidades de ambas naciones se encontraron por casualidad junto a la cabeza de puente entre el Barrio Czerniakow y el Río Vístula, donde polacos y rusos se vieron obligados a luchar contra una serie de soldados alemanes y colaboracionistas ucranianos parapetados tras varios búnkers y nidos de ametralladoras. Esta lucha que se prolongó tres días y que no finalizó hasta el 23 de Octubre con victoria del contingente polaco-soviético, dejó un saldo muy sangriento de 4.938 muertos.
Como las fuerzas del Eje querían acabar de una vez por todas con la rebelión, tropas alemanas lanzaron una nueva contraofensiva el 26 de Septiembre contra Varsovia. Sin embargo por aquel entonces los polacos estaban ya tan desmoralizados, que a cambio de una tregua mediante la cual consiguieron ganar tiempo para evacuar a 9.000 civiles, la Resistencia Polaca cedió sin combatir a los alemanes el Barrio de Mokotów. De nuevo el 27 de Septiembre, la División Panzer «Hermann Goering» desencadenó otro asalto masivo que acabó el día 30 con la ocupación del Bosque de Kampinos y la reconquista del Barrio de Zólibor a cambio de un pacto por el que fueron evacuados 15.000 ciudadanos tras haber muerto 1.000 guerrilleros polacos y haber caído 800 prisioneros. Ante esta victoria que llevó a Hitler a condecorar con la Orden de Caballero a los generales Erich Von Dem Bach y a Oskar Dirlewanger, la Resistencia Polaca se vio atrapada en un pequeño núcleo de 5 a 8 kilómetros en el centro de Varsovia.
Rodeados los guerrilleros de la Resistencia Polaca y comprobando que los soviéticos no iban a moverse del Barrio de Praga según las órdenes dictaminadas por Stalin, la polémica se desató a nivel internacional. Frustradas muchas naciones democráticas que se solidarizaban con Polonia, así como la prensa de Estados Unidos y Gran Bretaña, en la Cámara de los Comunes de Londres se produjo una crisis interna que puso en cuestión la alianza con Moscú después de que muchos parlamentarios señalasen a los responsables del diálogo con los soviéticos de «comunistas». Sin embargo y a pesar de las fuertes protestas en el extranjero, la suerte de Polonia ya estaba echada y a la Resistencia Polaca no le quedaba más opción que rendirse.
Sin remedio por salir del avispero, el 1 de Octubre de 1944 la Resistencia Polaca inició negociaciones secretas con los alemanes para proceder a la rendición. Tras largas deliberaciones con el general Erich Von Dem Bach y representantes internacionales que se desplazaron hacia Varsovia para impedir que se produjesen matanzas, finalmente el comandante en jefe de la Resistencia Polaca, Tadeusz Bór Komorowski, convenció a su homólogo alemán de que todos los prisioneros tuviesen un trato justo tras la capitulación.
A las 19:00 horas del 2 de Octubre de 1944, un total de 11.600 combatientes de la Resistencia Polaca, incluyendo 2.000 mujeres, se rindieron ante las fuerzas del Eje. El Levantamiento de Varsovia había fracasado después de 63 días de lucha y un saldo de millares de muertos, la ciudad devastada y país totalmente quebrado y sin posibilidad de futuro a lo largo del siglo XX.
Conclusión
Las consecuencias posteriores al Levantamiento de Varsovia fueron terribles porque al no haber podido expulsar a los alemanes su destino quedó a merced de la Unión Soviética sin posibilidad de convertirse en un país comunista ocupado por el Ejército Rojo durante la posterior Guerra Fría. Respecto a la ciudad de Varsovia, el destino todavía fue peor porque como reacción inmediata al fracaso de la rebelión, Hitler ordenó una represalia ejemplar consistente en arrasar la capital hasta sus mismos cimientos. Así fue como a lo largo de los tres meses siguientes, entre Octubre y Diciembre de 1944, los alemanes destruyeron el 100% de Varsovia volando sus edificios con dinamita, incendiando sus viviendas con lanzallamas y echando abajo los monumentos con equipos de demolición. Algunos de los iconos pulverizados fueron la Catedral de San Juan, el Palacio Real de la Calle Zamkova, el Museo Nacional, el Gran Teatro, la Biblioteca Pública, el Palacio Stascytz, el Palacio Krasinski, el Palacio Belvedere, el Palacio Sajón, la Dirección de Correos de la Plaza Napoleón, la Iglesia de los Jesuitas, el Ministerio del Interior, el Archivo Nacional, el Archivo de Documentos Antiguos, el Archivo Financiero Municipal y el Gueto Judío, así como todos los centros educativos, escuelas, hospitales, dispensarios, industrias, complejos científicos, puentes, estaciones, líneas de tren, etcétera.
Increíblemente los ciudadanos polacos supervivientes tuvieron mucho más suerte porque todos los prisioneros de la Resistencia Polaca fueron tratados según la Convención de Ginebra con el estatus de militares y alojados en los campos de internamiento de Murnau, Sandbostel y Woldenberg, especialmente por las presiones internacionales y a que los alemanes sabían que el fin de la contienda estaba cerca. Mientras tanto los 500.000 fueron evacuados de la capital y enviados hacia Alemania, donde la mayoría serían liberados unos meses más tarde por los Aliados, salvo 100.000 que tuvieron la mala suerte de ser deportados como mano de obra esclava a los campos de concentración de Ravensbrück, Auschwitz y Mathausen.
Polonia sufrió unas 35.000 bajas militares (20.000 muertos y 15.000 prisioneros) y 250.000 civiles fallecidos, más otros 700 desplazados como refugiados.
El Komintern encajó unas 55.000 bajas entre muertos, heridos y prisioneros, entre estos 50.000 soviéticos y 5.660 comunistas polacos.
Los Aliados Occidentales perdieron 41 aviones (22 británico-sudafricanos, 17 polacos libres y 2 estadounidenses).
El Eje sumó 27.000 bajas (18.000 muertos y 9.000 heridos); además de perder un material de 310 tanques, 340 camiones, 22 cañones y 1 avión.
Varsovia permanecería ocupada por el Tercer Reich hasta el 17 de Enero de 1945, fecha en que el I Ejército Polaco, seguido desde la retaguardia por el Ejército Rojo, entró en la capital descubriendo nada más que ruinas y escombros. Aquello significó la completa ocupación de Polonia por parte de la Unión Soviética y el establecimiento de un régimen comunista tras el reconocimiento como gobierno legítimo del Comité Polaco de Liberación Nacional (PWWN). Inmediatamente todos los antiguos héroes de la Resistencia Polaca que habían luchado valientemente contra los alemanes fueron arrestados, deportados a gulags y en muchos casos asesinados por las nuevas autoridades pro-soviéticas; viéndose forzados los supervivientes a exiliarse en otros países o esconderse en la clandestinidad. Ante este oscuro panorama el único cambio sufrido por Polonia en 1945 fue sustituir a un invasor por otro nuevo.
Durante décadas Polonia permanecería dentro de la órbita comunista del Pacto de Varsovia liderado por la Unión Soviética. Muchos en Occidente criticaron la situación de los polacos, a los que consideraron abandonados y traicionados, ya que al fin y al cabo la Segunda Guerra Mundial había estallado en 1939 por garantizar la independencia de Polonia frente a una potencia extranjera. Fuese cuál fuese el motivo, Polonia se mantuvo como país comunista un total de 48 años hasta la caída del bloque socialista y su independencia definitiva en 1992. A partir de entonces se recuperaría el recuerdo de todos los héroes caídos por su patria en el épico Levantamiento de Varsovia.
Bibliografía:
-Norman Davies, Varsovia 1944 Tomo 1, La heroica lucha de una ciudad atrapada entre la Wehrmacht y el Ejército Rojo, Planeta Deagostini (2005), p.303-522
-Norman Davies, Varsovia 1944 Tomo 2, La heroica lucha de una ciudad atrapada entre la Wehrmacht y el Ejército Rojo, Planeta Deagostini (2005), p.523-612
-Editores de S.A.R.P.E., Crónica Política y Militar de la Segunda Guerra Mundial. «La sublevación de Varsovia», S.A.R.P.E. (1978), p.1.685-1.703
-Antonio Muñoz Lorente, Operación Bagration, 1944. La Gran Ofensiva de Stalin en el Este, «Varsovia Delenda Est», HRM Ediciones (2019), p.243-274
-Winston Churchill, La II Guerra Mundial Volumen 2. El triunfo y la tragedia, «XXIII Rusia y Polonia. La promesa soviética», Planeta Deagostini (1959), p.472-583
-Jacques Pirenne, Historia Universal, «La trágica insurrección de Varsovia», Exito (1961) p.396-397
-R.G. Grant, 1.001 Batallas que cambiaron el curso de la Historia, «Alzamiento de Varsovia», Grijalbo, (2012), p.872