Asedio de Budapest

El Asedio de Budapest fue una de las campañas más importantes libradas en el corazón de Europa durante las últimas fases de la Segunda Guerra Mundial. La operación que entre finales de 1944 y principios de 1945 confrontó a Hungría y Alemania contra la Unión Soviética por el control de la capital húngara poco después de quedar la ciudad amenazada por el Ejército Rojo, acabó por convertirse en uno de los episodios bélicos más emblemáticos de las tropas magiares antes de la caída definitiva del Imperio Húngaro.

Preludio

Aquincum fue el nombre original de Budapest con que el Imperio Romano bautizó a la urbe en el año 100 d.C. Tendría que transcurrir casi un milenio, hasta el siglo X, para que los magiares, pueblo que étnicamente constituían los húngaros, la colonizasen en el siglo X. Desde entonces la ciudad fue creciendo y en el siglo XV se convirtió en Buda, poco antes de que en 1526 pasara a formar parte del Imperio Otomano y en el siglo XVII de Austria. Con esta última se produjo la unificación entre Buda y Pest a ambas orillas del Río Danubio tras la unión de Isla Margarita y el distrito del Óbuda. Así permanecería hasta la desarticulación del Imperio-Austro-Húngaro tras la Primera Guerra Mundial en 1918, momento en que Budapest se integró en la República Soviética de Hungría al mando del Presidente Béla Kun, por lo menos hasta que el Ejército Húngaro liderado por el Almirante Miklós Horthy ocupó la capital en 1919 y liberó a su patria del comunismo.

Hungría entró en la Segunda Guerra Mundial formando parte de las potencias del Eje junto a Alemania, Italia y Japón en 1941 y tras declarar hostilidades a la Unión Soviética, Gran Bretaña y Estados Unidos. Así fue como el Ejército Húngaro combatió durante años en el Frente Oriental, hasta que cuando la contienda se volvió en favor de los Aliados, sobretodo tras la capitulación de Rumanía y Bulgaria que en 1944 se cambiaron de bando, ciertas autoridades del país comenzaron a negociar una paz por separado con Moscú, Londres y Washington. No obstante y a pesar de la traición que se estaba gestando, Adolf Hitler que no estaba dispuesto a cometer los errores anteriores de búlgaros y rumanos, envió el 15 de Octubre de 1944 a una serie de comandos liderados por Otto Skorzeny que secuestraron al Regente Miklós Horthy y le obligaron a abdicar. Simultáneamente se produjo un golpe de Estado del movimiento fascista Partido de la Cruz Flechada que llevó al poder a Ferenc Szálasi como nuevo Primer Ministro de Hungría, quién nada más erigirse como Jefe del Estado declaró su lealtad al Eje y la voluntad del pueblo húngaro por defender hasta la muerte su patria ante la proximidad del Ejército Rojo.

Militarmente el Eje desplegaba en Hungría al Grupo de Ejércitos Sur al mando del general Johannes Freissner que poseía unos efectivos de 480.000 soldados entre húngaros y alemanes. Esta importante agrupación que había logrado vencer al Ejército Rojo en la Batalla de Debrecen, causó a los soviéticos más de 120.000 bajas y la pérdida de 500 tanques, además de forzar a los invasores a abandonar Hungría y refugiarse en Rumanía. Sin embargo esta victoria fue sólo temporal porque desde el Kremlin rápidamente se reorganizó al II Frente Ucraniano del mariscal Rodión Malinovski con una impresionante fuerza de 635.000 hombres, 750 tanques y 1.100 aviones que rápidamente desbordó la frontera húngara y avanzó imparable sobre territorio magiar cruzando el Río Tisza la jornada del 24 de Octubre de 1944.

El avance del Ejército Rojo desde las posiciones de partida en la anterior Batalla de Debrecen fue en ocasiones lento, pero en otras bastante progresivo porque bien era frenado por los húngaros como ocurrió en Nagykalló, bien recorría grandes distancias como sucedió desde Noviembre de 1944. Por ejemplo el día 5 las avanzadillas soviéticas ocuparon el Aeródromo de Ferihegy y la localidad de Vécses, aunque esta última fue recuperada por un contraataque alemán; mientras que al día siguiente, el 6 de Noviembre, un grupo de tanques rusos se presentaron a las afueras de la capital para ser rápidamente puestos en retirada por blindados germanos Tiger. Casi de forma simultánea, en el pueblo de Gödöllö que se situaba a tan sólo 30 kilómetros al noroeste de Budapest, la 10ª División de Infantería Húngara al mando del coronel Sándor András rechazó un ataque de tropas rusas a las que infligió grandes pérdidas; sin obviar con que dos semanas más tarde, el 20 de Noviembre, un cuerpo soviético fue derrotado en el extrarradio de la capital tras intentar apoderarse de la Isla de Csepel y el Suburbio de Uypest que defendían 3.500 soldados húngaros, los cuales provocaron más de 2.000 muertes a los rusos sin apenas contabilizar bajas.

Como tomar Budapest al asalto se manifestó algo imposible para el Ejército Rojo porque los únicos éxitos significativos fueron la toma de la ciudad de Ipolyság el 14 de Diciembre y de Lovasbereny el 19, ya que en medio de esta operación los soviéticos encajaron un fuerte revés durante una emboscada de blindados húngaros en Baracksa que les destruyeron 15 tanques y mataron a 250 soldados rusos, el Estado Mayor Soviético (STAVKA) ordenó asegurar las áreas adyacentes a la capital antes de lanzarse a por dicho objetivo. Así fue como el 25 de Diciembre los soviéticos ocuparon en dos alas envolventes los enclaves de Székesfehérvar y Dorog con la pérdida de tan sólo cuatro carros T-34, pero al menos se notaron los resultados porque a la jornada próxima, el 26, cayó en manos rusas el cruce de carreteras sobre Esztergom, dejando de este modo a Budapest completamente embolsada y puesta bajo asedio.

Plan del Eje

«Fortaleza (Festung)» fue la denominación militar con la que tanto Adolf Hitler como Ferenc Szálasi catalogaron a Budapest. Entre las medidas tomadas para su defensa, estuvo la evacuación de 100.000 civiles al exterior (de los 800.000 habitantes iniciales), el levantamiento de barricadas y zanjas antitanque en las calles y bulevares, el reforzamiento de los sótanos en forma de búnkers y la conversión de cada edificio y esquina en un fuerte inexpugnable, siendo 722 el número de manzanas que resultaron fortificadas con trampas, líneas de trincheras, alambre de espino fortificado y minas anticarro, las cuales quedaron articuladas en tres grandes anillos y seis cinturones menores bautizados como «Línea Attila».

El Ejército Húngaro desplegó al I Cuerpo del general Iván Hindy con la 1ª División Blindada (alrededor de 500 tanques), las 10ª y 11ª Divisiones de Infantería, la División de Caballería «Honved», el Regimiento de Húsares Acorazado «Hádik», el Regimiento de Defensa Antiaérea de Budapest, el Regimiento de Ingenieros de Budapest, el Batallón de Guardias Reales, el Batallón de Guardia de Budapest, el Batallón de Infantería Vannay (compuesto por veteranos de la Primera Guerra Mundial), los 1st y 2nd Batallones de Asalto de la Universidad Técnica, la Gendarmería de Budapest y la Milicia de la Cruz Flechada de Budapest (1.500 efectivos paramilitares).

El Ejército Alemán (Wehrmacht) desplegó al IX Cuerpo de Montaña al mando del general Karl Pfeffer-Wildenbruch con la 13ª División Panzer, la 60ª División de Granaderos, el 12º Regimiento de Artillería Antiaérea (Flak), el 6º Regimiento de Policía (Polizei), el Grupo «Kundinger» (Kampfgruppe Kundinger) y la 4º Escuadrilla de Bombardeo de la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe). Respecto a las Waffen-SS, el Tercer Reich seleccionó a una fuerza mixta germano-húngara compuesta por la 8ª División SS de Caballería «Florian Geyer» y la 22ª División SS de Caballería Húngara «Maria Theresa».

Aproximadamente el Eje reunió a 70.000 soldados entre 37.000 húngaros y 33.000 alemanes, con un material de 73 tanques (37 carros magiares entre treinta Zrinyi y siete Turán; y 36 blindados germanos entre dieciséis Panzer IV, trece Sturmgeschütz y siete Panther).

Fuerzas del Eje:
·I Cuerpo Húngaro
-1ª División Blindada
-División de Caballería «Honved»
-10ª División de Infantería
-12ª División de Infantería
-Regimiento de Húsares Acorazado «Hádik»
-Regimiento de Defensa Antiaérea de Budapest
-Regimiento de Ingenieros de Budapest
-Batallón de Guardias Reales
-Batallón de Guardia de Budapest
-Batallón de Infantería «Vannay»
-1st Batallón de Asalto de la Universidad Técnica
-2nd Batallón de Asalto de la Universidad Técnica
-Gendarmería de Budapest
-Milicia de la Cruz Flechada de Budapest
·IX Cuerpo de Montaña
-13ª División Panzer
-60ª División de Granadros «Feldherrrhalle»
-8ª División SS de Caballería «Florian Geyer»
-22ª División SS de Caballería Húngara «Maria Theresa»
-12º Regimiento de Artillería Antiaérea
-6º Regimiento SS de Policía
-751st batallón de Ingenieros
-Grupo «Kundinger»
-4ª Escuadrilla de Bombardeo

Plan del Kommitern

Iósif Stalin consideraba a Budapest una plaza muy importante para los intereses del Kremlin básicamente por dos motivos: primeramente forzaría la derrota de Hungría como miembro Eje y abriría al Ejército Rojo las puertas de Austria y el sur del Tercer Reich; y segundo, poseer la ciudad significaría ampliar el dominio de la URSS sobre Europa Central, lo que sin duda se convertiría en una importante baza para negociar con Estados Unidos y Gran Bretaña de cara a la Conferencia de Yalta con los Aliados Occidentales.

El II Frente Ucraniano del mariscal Rodión Malinovski fue la agrupación elegida para dar el salto a Budapest con un organigrama que el Estado Mayor del general Matvei Zharkov organizó de la siguiente manera: los III y XVII Cuerpos de Fusileros, más los LXXV, XXXVII y XVIII Cuerpos de Fusileros de la Guardia, cuyas 18 divisiones estuvieron repartidas en 14 de fusileros (tres de estas de guardia) y tres de artillería. Respecto a Rumanía que se había convertido en satélite de la URSS desde el golpe de Estado del Rey Miguel I, prestó a la causa comunista el VII Cuerpo Rumano del general Nicolae Sova con dos divisiones de infantería y otra de caballería; mientras que el Partido Comunista Húngaro a una formación llamada Regimiento de Voluntarios Húngaro «Buda».

Aproximadamente el Komintern reunió a un total de 537.500 efectivos entre 500.000 soviéticos, 35.000 rumanos y 2.500 comunistas húngaros, además de una artillería de asedio de 1.029 cañones (40 de 230 milímetros, 172 de 152 milímetros, 294 de 122 milímetros, 365 de 76 milímetros y 158 de entre 45 y 57 milímetros).

II Frente Ucraniano:
·XXX Cuerpo de Fusileros
-151ª División de Fusileros
-155ª División de Fusileros
-16ª División de Artillería
·XVIII Cuerpo de Fusileros
-66ª División de Fusileros de Guardias
-68ª División de Fusileros de Guardias
-297ª División de Fusileros
-317ª División de Fusileros
·VII Cuerpo Rumano
-2ª División de Infantería Rumana
-19ª División de Infantería Rumana
-9ª División de Caballería Rumana
·LXXV Cuerpo de Fusileros de la Guardia
-113ª División de Fusileros
-180ª División de Fusileros
·XXXVII Cuerpo de Fusileros de la Guardia
-108ª División de Fusileros
-316ª División de Fusileros
-320ª División de Fusileros
·XVIII Cuerpo de Fusileros de la Guardia
-297ª División de Fusileros
-317ª División de Fusileros
-5ª División de Artillería
-17ª División de Artillería
·Independientes
-25ª División de Guardias
-83ª Brigada de Infantería Naval
-Regimiento de Voluntarios Húngaro «Buda»

Asedio

Oficialmente el 26 de Diciembre de 1944, justo cuando se cerró el cerco sobre Budapest, el Ejército Rojo inició una ofensiva en dos alas sobre cada lado del Río Danubio para alcanzar los distritos de Buda y Pest. Durante el dificultoso avance que costó muchas bajas a los soviéticos debido al fuego terrestre de las unidades antiaéreas húngaras, la 151ª División de Fusileros cruzó los quince metros de agua del Canal de Rákoski; y el XVIII Cuerpo de la Guardia se apoderó del enclave de Dunahararezti-Soroksar, así como del nudo entre Vécses y Rakoszaba, de donde la 12ª División de Infantería Húngara y la 22ª División SS de Caballería Húngara «Maria Theresa» se retiraron sin dejar de combatir. Acto seguido, entre los días 27 y 29, las primeras vanguardias soviéticas que acababan de asegurar los Barrios de Maglód y Gval, alcanzaron las afueras de Pest a través de la Estación de Kelenföld y el Hospital János que aseguraron tras remontar la Calle Fehérváry; mientras que la jornada del 29 se desarrollaron intensos tiroteos más al norte contra los magiares del Batallón de Infantería «Vannay» y los Batallones de Asalto Universitarios en torno al Puente Horthy, la Granja de Városmajor y el Monte Mátyás.

Milicianos húngaros de la Cruz Flechada desfilando por Budapest.

El 31 de Diciembre de 1944, Día de Nochevieja, la URSS y el Eje propusieron decretar un alto el fuego temporal para negociar una eventual paz sin necesidad de derramar más sangre. De ello se encargaron el capitán Miklós Steinmetz de la 22ª División SS de Caballería Húngara «Maria Theresa» e Ilya Ostapenko de la 8ª División SS de Caballería Alemana «Florian Geyer», quienes salieron de sus trincheras mostrando bandera blanca y acudieron a parlamentar con los rusos. Lamentablemente el diálogo terminó en desacuerdo porque el mariscal Rodión Malinovski exigió una rendición incondicional, algo que lógicamente los defensores no podían aceptar. Fue entonces cuando al marcharse la comitiva rusa, un cañón húngaro situado a 150 metros de las barricadas de la Calle Üllói abrió fuego por error y mató a toda la tripulación; lo que a su vez propició que una pieza de artillería soviética en este caso, también pulverizase y acabara con la vida del capitán Ilya Ostapenko después de que su coche se encontrara circulando del Barrio de Budaersc. Aquel incidente que la URSS catalogó como «asesinos de negociadores» y los húngaros tildaron de indignante, volvería todavía mucho más inhumana la batalla porque ninguno de los bandos volvería a fiarse del contrario e incluso a modo de represalia los soviéticos incrementaron sus bombardeos de artillería de 7 a 10 horas diarias, alternadas por incursiones de la aviación en los descansos.

La resistencia ofrecida por el Ejército Húngaro fue heroica en Budapest desde inicios de 1945, destacando especialmente los veteranos de la 22ª División SS de Caballería Húngara «Maria Theresa» que llevaron el mayor peso de los combates en la ciudad, ya que por ejemplo una de sus unidades rechazó durante once días todos los asaltos del Ejército Rojo en la Estación Ferroviaria Sur. De manera simultánea, un grupo de húngaros que operaba sobre la línea de tren que enlazaba Budapest con Viena, consiguió cercar y destruir un regimiento soviético al completo, al cual capturó su bandera de guerra y a toda la oficialidad de su plana mayor. A pesar de que en algunos puntos los rusos arrebataron determinadas posiciones a los magiares como los talleres de la Fábrica Hofherr-Schrantz o el Circuito de Carreras, las tropas húngaras efectuaron exitosos contraataques con los que reconquistaron temporalmente el edificio de la Compañía Nacional de Ferrocarriles (MÁV), la Estación de Józsefvaros, el Parque Népliget o la Plaza Orczy.

Camiones lanzacohetes soviéticos Katyusha disparando contra la capital de Budapest.

Apenas los habitantes de Budapest notaron el asedio durante las jornadas iniciales porque en los primeros días la población continuó divirtiéndose en los cafés, restaurantes, cines y teatros. Desgraciadamente todo eso cambió cuando la Fuerza Aérea Roja comenzó a bombardear la ciudad y a provocar miles de muertos en las calles mediante el desmoronamiento de edificios y artefactos explosivos que se cobraron 5.621 víctimas mortales y 4.000 heridos. Por si fuera poco la vida se hizo muy incómoda después de que las piezas de artillería de sitio se sumaran a la aviación enemiga dañando depósitos de agua, centrales eléctricas y servicios de gas que dificultaron todavía más la existencia. También la escasez de alimentos fue un problema añadido después de que 300.000 cajas de raciones y 405 toneladas de municiones de un almacén cayeran accidentalmente en manos soviéticas, lo mismo que la base de avituallamiento ubicada en la Isla de Csepel (que redujo los alimentos a 900 calorías diarias con 150 gramos de pan y 120 gramos de carne). A raíz de estos incidentes, se intentó suministrar a la capital de varias formas como por ejemplo mediante un barco cargado de 400 toneladas que remontó el Río Danubio y embarrancó en una playa situada al borde del cinturón urbano. Otro método empleado fue el que realizó la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe) lanzando suministros en paracaídas o aterrizando hábilmente en aeródromos tras sortear el fuego enemigo en un total de 60 vuelos diarios que protagonizaron trimotores Junkers Ju 52 y aeroplanos Fieseler Storch (estos últimos arrojaban por la noches paquetes de 47 toneladas desde 300 metros de altitud después de esquivar a los 40 focos reflectores emplazados por los soviéticos); una táctica que permitió llevar 73 toneladas solamente en Noche Vieja y evacuar a 268 heridos graves.

Operación Konrad

Bajo el nombre de «Operación Konrad», Adolf Hitler ordenó una contraofensiva mediante 5.000 soldados y 250 tanques (238 alemanes y 12 húngaros) con la finalidad de levantar el asedio que el Ejército Rojo ejercía sobre Budapest. Al mando del general Herbert Gille, se eligió para la misión al IV Cuerpo Panzer con la 3ª División SS Panzer «Totenkopf» y 5ª División SS Panzer «Wiking», esta última con voluntarios procedentes de Noruega encuadrados en el Regimiento SS de Granaderos Noruego «Norge», la 96ª División de Infantería; así como el Cuerpo de Caballería Húngaro «Hónved» que dirigía el general Gustav Harteneck.

IV Cuerpo Panzer:
-3ª División SS Panzer «Totenkopf»
-5ª División SS Panzer «Wiking»
-96ª División de Infantería
-Regimiento SS de Granaderos Noruego «Norge»
-Cuerpo de Caballería Húngaro «Hónved»

A las 22:30 horas del 1 de Enero de 1945, Día de Año Nuevo, el IV Cuerpo Panzer desencadenó una ofensiva hacia Budapest con más de 250 tanques y una serie de comandos que remontaron el Río Danubio a remo para irrumpir en las regiones de Tata, Almásfüzitô y Süttô. Gracias a la sorpresa inicial, las fuerzas acorazadas alemanas desalojaron a los soviéticos de sus posiciones y a pesar de avanzar con lentitud, también lo hicieron con efectividad porque la jornada del 3 tomaron Torjan y la del 4 se apoderaron de Székesfehervár y el nudo de carreteras hacia Biscke. Durante este progreso de más de 50 kilómetros destacó especialmente el Regimiento SS Noruego «Norge» porque el 5 de Enero sus blindados destruyeron 12 camiones rusos y 8 piezas de artillería entre los 122 y 76′ 2 milímetros, además de acabar con varios carros estirados por caballos y matar a muchos soldados más, lo que facilitó a las columnas germanas el día 6 alcanzar la localidad de Estrigonia.

El 7 de Enero de 1945 un grupo de tanques Panther adscritos a la 5ª División SS Panzer «Wiking» irrumpieron en el Castillo de Regis después de aplastar a toda la guarnición soviética y capturar 7 cañones de 76′ 2 milímetros. Una vez ocupada la fortaleza, el Ejército Rojo protagonizó un inesperado contraataque que rodeó por completo al Castillo de Regis. A raíz de este contratiempo, los sitiados tuvieron que luchar por su supervivencia hasta que tras varios intentos consiguieron romper el cerco y escapar del fuerte destruyendo a 13 tanques T-34 soviéticos. Lamentablemente las fuerzas malgastadas por el Eje para liberar el Castillo de Regis y una serie de reveses encajados Zsambek que costaron la destrucción de 39 tanques, hizo inviable continuar con la ofensiva, por lo que desde Berlín se ordenó interrumpir la «Operación Konrad» tras un progreso de 80 kilómetros en las líneas enemigas.

Operación Konrad II

Fracasada la «Operación Konrad», el 8 de Enero de 1945 los combates sobre Budapest prosiguieron en torno a Kispest y la Estación de Ferrocarril Este, siendo en esta última repelidos los soviéticos ante la enconada resistencia presentada por alemanes y húngaros. Más suerte sin embargo tuvo el Ejército Rojo al día siguiente, el 9 de Enero, cuando las tropas rusas tomaron la Pista de Carreras que era empleada como aeródromo provisional por la Luftwaffe, lo que dejó sin puente aéreo a Budapest respecto del exterior (desde ese momento los aviones tuvieron que lanzar su carga en paracaídas sobre el casco urbano). A partir de entonces el avance fue más fácil porque en la jornada del 10 el Ejército Rojo efectuó un progreso arrollador ocupando los Barrios de Rákospalota, Pestújheli y Ujpest.

Mientras se desarrollaba la «Operación Konrad I», en Budapest las tropas soviéticas se apoderaron de la Estación de Jozsefváros y sus ingenieros abrieron un boquete en los muros mediante el que accedieron al Cementerio de Kerepsi, obligando a replegarse a los pocos granaderos alemanes que huyeron por la Calle Fiumei. Afortunadamente en aquel instante, apareció un grupo de policías la Gendarmería Húngara y tanques Zrinyi que inmediatamente contraatacaron y reocuparon tanto la Plaza Orczy como el Cementerio de Kerepsi (se llegó a combatir entre las lápidas); al mismo tiempo en que elementos de la 1ª División Blindada Húngara liberaban el Parque de Nepliget. Gracias a esta determinación por parte de los defensores magiares, el único éxito que se pudieron anotar los soviéticos fue la conquista de la Plaza Teleki, el Parque Varosliget y la Isla de Ujpest.

King Tigers circulando por las calles de Budapest.

«Operación Konrad II» fue el nombre de la segunda ofensiva desencadenada por el Eje para liberar Budapest con unas fuerzas de 7.000 hombres, 116 tanques y 116 cañones frente a unos destacamentos del Ejército Rojo integrados por 10.500 efectivos, 70 tanques y 260 cañones. Los protagonistas de la misión iniciada el 11 de Enero fueron la 3ª División SS Panzer «Totenkopf» y el Cuerpo de Caballería Húngaro que en menos de 24 horas rompieron el frente junto a los Montes Pilis y se apoderaron de las localidades de Csákvár, Zámoly y Esztergom. A la siguiente jornada, el 12, las vanguardias de tanques Panzer alcanzaron la aldea de Pilzentkereszt y se situaron a tan sólo 17 kilómetros de Budapest, desde donde los situados pidieron distinguir las bengalas lanzadas por las columnas de socorro. No obstante y a pesar del éxito cosechado en esta ocasión, Adolf Hitler ordenó cancelar la ofensiva alegando que era mejor mantener a sus fuerzas en reserva para en lugar de liberar la capital, dar un rodeo y cercar posteriormente al enemigo (algo imposible debido a la carencia de combustible para una maniobra de este tipo).

Caída de Pest

Pest centró las operaciones en torno a Budapest desde la mitad de Enero de 1945, un período que se caracterizó por una lucha callejera casa por casa que obligó a las tropas soviéticas a usar los lanzallamas y granadas de mano para desalojar a los soldados húngaros que desesperadamente defendían su capital. Por ejemplo durante el ataque y posterior conquista de la Plaza Calvino y el Puente Elisabeth el coste en vidas para los soldados rusos fue elevadísimo; sin obviar los fracasos cosechando en los infructuosos asaltos a la Fábrica de Cerámica y la Estación de Ferrocarril de Ferencz, donde las tropas germano-húngaras repelieron a sus enemigos causándoles innumerables bajas, exactamente igual que sucedió durante una carga contra los muros del Museo Nacional.

Simultáneamente a los combates entre el Ejército Rojo y el Eje, el VII Cuerpo Rumano también participó en la lucha por la capital peleando contra los defensores alemanes y húngaros. Durante estos enfrentamientos urbanos algunos batallones rumanos liderados por el general Nicolae Sova alcanzaron el 30% de bajas entre sus batallones, aunque su sacrificio no fue en vano porque entre los éxitos conseguidos estuvo el establecimiento de una cabeza de playa de 2 kilómetros en el Río Danubio y la penetración de casi 10 kilómetros en torno a la periferia que terminó con la conquista de los distritos de Tapiosap, Dány, Valkó, Pécel, Sahalom, Rákosfalva, Alsorákos y Törökôr, además de la Avenida Kerepes, el Bulevar Hungária, el Cuartel Férenc Jozsef, el Hipódromo, la Estación Keleti, la Depuradora de Agua, la Puerta Oriental y el Teatro Municipal.

Viendo que defender Pest iba a ser imposible, los generales Karl Pfeffer-Wildenbruch e Iván Hindy por parte alemana y húngara respectivamente, recomendaron al Primer Ministro Ferenc Szálasi y al Gobierno del Partido de la Cruz Flechada que abandonaran el perímetro para refugiarse en Buda. Fue así como el 16 de Enero de 1945 se decretó la autorización y el 17 comenzó la evacuación cuando miles de soldados alemanes y húngaros, muchos de estos heridos, cruzaron en columnas los puentes de Pest hacia Buda acompañados de millares de refugiados civiles que incluyeron mujeres, ancianos y niños arrastrando pertenencias y animales de carga. Ante el diluvio humano que se aproximaba, la Gendarmería Húngara hubo de improvisar pontones con barcazas para que la población civil aterrada al saber acerca de las violaciones a mujeres por parte de los soldados del Ejército Rojo, huyeran en masa hacia el otro lado del casco urbano.

Al amanecer del 18 de Enero de 1945, los cuatro puentes de Budapest sobre el Río Danubio se vinieron abajo cuando las cargas explosivas detonaron bajo las pilares y las infraestructuras metálicas se sumergieron bajo el agua, tratándose exactamente del Puente de las Cadenas, el Puente Elisabeth, el Puente Franz Jósef y el Puente Horthy. Una vez interrumpido el paso hacia el distrito urbano Buda, las tropas soviéticas entraron triunfales en Pest haciendo hasta un total de 11.000 prisioneros húngaros y alemanes.

Operación Konrad III

A las 5:00 horas de la madrugada del 18 de Enero de 1945, se inició la tercera y última ofensiva del Eje para liberar Budapest bajo el nombre de «Operación Konrad III». Todo comenzó mediante un gran bombardeo de artillería preliminar sobre las posiciones enemigas, seguido de un ataque aéreo de 135 aparatos de la Luftwaffe, mientras las 3ª y 5ª Divisiones SS Panzer «Totenkopf» y Wiking» se ponían en marcha cruzando el Canal de Kalóz y el Canal de Sárviz con sus blindados King Tiger, Tiger, Panther y Panzer IV que equipados con sistemas de infrarrojos de visión nocturna, en una sóla jornada destruyeron 7 tanques rusos y 30 cañones. Transcurridas 24 horas del ataque, a las 5:15 horas del 19, los carros alemanes aniquilaron a una columna soviética entera con sus 25 tanques que dejaron ardiendo sobre el terreno, además de ocupar los pueblos de Dunapentele y Baracksa, y limpiar de enemigos las orillas del Lago Velense. Al día siguiente, el 21, la 3ª División SS Panzer «Totenkopf» tomó la aldea de Kapolnasjek y la 5ª División SS Panzer «Wiking» la localidad de Adony, lo que aproximó peligrosamente las avanzadillas germanas a la capital.

A pesar del peligro que suponía la «Operación Konrad III» para el Ejército Rojo en Budapest, el mariscal Rodión Malinovski optó por mantener el asedio y continuar presionando hacia el interior de la capital. Por ejemplo al otro lado del Río Danubio, los soviéticos asaltaron las Colinas de Gellert que defendían soldados alemanes atrincherados y protegidos por emplazamientos de cañones de 88 milímetros en el patio de la Universidad de Budapest y piezas de 20 milímetros en el Hotel Gellert. Tal y como era de esperar el ataque fue sangriento y costó muchas muertes a los soviéticos, sobretodo en la cercana Colina de Sashegy que tomaron con infinidad de bajas, o en la Isla Margarita de la que fueron expulsados por los defensores húngaros. No obstante y aunque las pérdidas fueron enormes, finalmente el Ejército Rojo se apoderó de las Colinas de Gellert, lo que otorgó a los invasores hasta un total de 114 manzanas de la ciudad bajo su control como por ejemplo la Plaza Vérhalom, el Monte Kis-Svab, la Plaza Széll Kálmán, el Bulevar Krsiztina, la Estación Déli, el Parque Vérmezô, la Calle Hegyalja o la Isla Margit (en esta última se peleó once días contra un batallón alemán y otro húngaro apostados en las arboledas hasta que ambos se replegaron a Buda después de volar el Puente Margit sobre el Río Danubio).

«Operación Konrad». Tanques Tiger se lanzan a la contraofensiva en dirección Budapest.

Nuevamente la «Operación Konrad III» fue perdiendo impulso después de la ofensiva inicial porque las tropas germano-húngaras quedaron estancadas entre los pueblos de Bieckse y Baracksa, así como sobre el margen del Río Váliviz. De hecho en un intento desesperado por reiniciar la marcha, el 25 de Enero el IV Cerpo Panzer lanzó un desesperado ataque con 50 tanques (5 Panzer IV, 7 Stugs, 11 Tigers y 27 Panthers) que consiguieron conquistar la ciudad de Val a tan sólo 20 kilómetros de la capital, lo que supuso el máximo avance del Eje en su camino para liberar Budapest. Lamentablemente el 27 de Enero, el Ejército Rojo desencadenó una poderosa contraofensiva sobre los sectores de Kajaszo Szt. Peter, Dunaföldvar y el Lago Balatón, la cual puso definitivamente a los alemanes en retirada, no sin antes sufrir los atacantes ciertas dificultades porque los soviéticos perdieron 122 tanques que resultaron destruidos durante el proceso. Aquella última acción finalmente desactivó a la «Operación Konrad III» y condenó a los sitiados de Budapest a ser aniquilados.

Conquista de Buda

Suspendida la «Operación Konrad III», a los defensores de Budapest no les quedó más remedio que aguantar el máximo tiempo posible para distraer efectivos enemigos de otras zonas que pudieran desviar hacia el oeste de Hungría o Europa Central. Precisamente, por aquel entonces la capital húngara vivía un auténtico infierno porque los civiles habían empezado a morir de inanición y las raciones se limitaban a una rodaja de 150 gramos de pan, 5 gramos de grasa y algún pedazo de carne de caballo a los que habían de matar para no morir. De hecho, se habían de sacrificar 60 caballos diarios para alimentarse, de entre los cuales 16 iban destinados a satisfacer las demandas de la 22ª División SS de Caballería Húngara «Maria Theresa». A estas restricciones de comida, también se sumaron las enfermedades como el tifus a causa de una plaga de liendres y 10.000 heridos a los que no se podía suministrar medicinas, lo que convirtió el sitio en una auténtica ratonera de pesadilla que se cobraría las vidas de 30.000 civiles.

Soldados soviéticos avanzando por las calles de Budapest, entre ellos un infante de la Mongolia Exterior.

Numerosos crímenes fueron los que cometieron tanto el Eje como la URSS durante el asedio a Budapest. Por ejemplo las milicias húngaras de la Cruz Flechada se dedicaron a perseguir a los judíos que habitaban en la ciudad, logrando asesinar hasta un total de 15.000 que ejecutaron en plena calle o que arrojaron atados por parejas a las profundidades del Río Danubio. Respecto al Ejército Rojo, los soldados soviéticos irrumpieron en Budapest con una violencia extraordinaria violando a más de 50.000 mujeres y matando a 13.000 civiles húngaros por simple diversión, además de deportar a otras 25.000 personas y prisioneros de guerra considerados disidentes políticos a campos de concentración y gulags en Siberia.

El 29 de Enero de 1945 se produjo la primera ruptura en el perímetro defensivo de Buda y al día siguiente, el 30, el Ejército Rojo finalmente accedió al Barrio de Burgberg que previamente arrasó mediante un bombardeo de aviones y lanzacohetes Katyusha. Sin embargo una vez las tropas soviéticas irrumpieron en las grandes avenidas, decenas de tanques T-34 resultaron destruidos por los cañones ocultos entre los escombros y numerosos caza-bombarderos Sturmovik Il-2 derribados por las baterías situadas en las azoteas de los edificios. Se tendría que esperar al 1 de Febrero para que el Barrio de Burgberg cayera en manos rusas después de elevadas bajas por ambos bandos y una tensión psicológica que forzó a la deserción de 2.000 soldados húngaros. Algo más complicado fue el asalto a la Estación de Ferrocarril Sur porque la fanática resistencia presentada por los voluntarios de la 8ª División SS de Caballería «Florian Geyer» consumió muchas vidas a los rusos hasta que el 7 de Febrero toda la instalación y el tramo de vía fueron controlados.

La mañana del 10 de Febrero de 1945 comenzó la lucha por la Colina del Castillo y la Ciudadela defendida por una escasa guarnición de tropas húngaras y alemanas que por el momento consiguieron detener la ofensiva del Ejército Rojo. No obstante y pese a la obstinación de los defensores, la 25ª División de Guardias y el Regimiento de Voluntarios Húngaro «Buda» consiguieron aislar y neutralizar el Monte Sas de enemigos; al mismo tiempo en que los marineros de la 83ª Brigada de Infantería Naval, la mayoría deportistas de élite, aseguraban el Terreplén del Ferrocarril. A raíz de estos últimos acontecimientos, sumado a la caída de la Ciudadela y el Hotel Gellert la jornada del 11, los generales Karl Pfeffer-Wildenbruch e Iván Hindy autorizaron un intento de ruptura para abandonar definitivamente Budapest.

A las 22:00 horas de la noche del 11 de Febrero, se llevó a cabo una fuga masiva de 30.000 soldados germano-húngaros que a través de sótanos y cuevas intentaron escapar de la ciudad. Desgraciadamente la operación resultó ser un suicidio porque los soviéticos descubrieron la maniobra de evasión a la altura de la intersección entre la Plaza Széll Kálmán y la Plaza Szénam donde tras lanzar bengalas que iluminaron la escena, concentraron un nutrido fuego de ametralladoras y proyectiles sobre los fugados, quienes entre el Hospital János y el Monte Jánoshegy, fueron masacrados en auténtica carnicería o bien obligados a rendirse, aunque algunos prefirieron resistir hasta suicidarse o morir como el general Gerhard Schmidhuber de la 13ª División Panzer (otros serán capturados y ejecutados posteriormente como el general húngaro Iván Hindy o el general alemán Helmuth Dörner, sobreviviendo únicamente al cautiverio el general magiar Erno Billnitzer). De hecho y una vez acabada la matanza urbana que prosiguió primero en la Plaza Mechwart y luego en el cruce de la Avenida Olasz con la Calle Pasareti, hasta extenderse a las colinas del extrarradio como el Monte Svab, el Monte Remete y el Monte Hármashatár, únicamente 785 hombres de los 30.000 iniciales pudieron abandonar Budapest y sobrevivir en las zonas rurales de alrededor y las aldeas adyacentes al Bosque de Tinnye, entre ellos los 400 liderados por el general Wilhelm Schöning que alcanzaron la Carretera de Budakeszi, los 100 dirigidos por el teniente Ernst Schweitzer que se refugiaron en Csobánka y los 23 al mando del teniente Lászlo Szilasi Szabó que lograron llegar a las líneas del Ejército Húngaro en el Lago Balatón.

Tanque King Tiger alemán acompañado de tropas húngaras en Budapest.

A comienzos del 12 de Febrero de 1945, la situación del Eje en Budapest era tan crítica que el general alemán Karl Pfeffer-Wildenbruch, quién junto a 500 seguidores acababa de intentar huir sin éxito a través de los 4 kilómetros subterráneos del Túnel de la Fosa del Diablo, anunció a los últimos supervivientes el siguiente mensaje: El juego se acabó e Iván está en la puerta. Acto seguido los soldados fueron deponiendo las armas y entregándose con las manos en alto, salvo la excepción de un grupo de 500 voluntarios húngaros de la 22ª División SS de Caballería Húngara «Maria Theresa» que resistieron 24 horas más sobre las orillas del Río Danubio hasta su completa aniquilación (el general August Zehender de esta unidad se pegó un tiro después de que un obús le arrancase la pierna derecha, exactamente igual que el general Joachim Rumohr de la 8ª División SS de Caballería «Florian Geyer»). Así fue como al día siguiente, el 13 de Febrero de 1945, las tropas soviéticas izaron la bandera de la URSS en el Palacio de Buda y conquistaron finalmente la capital de Budapest.

Conclusión

La caída de Budapest constituyó una gran victoria para la Unión Soviética, a pesar del retraso y la infinidad de bajas causados por sus defensores germano-húngaros en los planes de Iósif Stalin por expandir su influencia a Europa Central. Precisamente con la toma de la capital magiar, las tropas del Ejército Rojo tuvieron el inmediato acceso a Checoslovaquia y Austria, lo que sin duda mejoró sustancialmente la posición de Moscú de cara al futuro reparto de Europa con los Aliados Occidentales tras el inminente fin de la Segunda Guerra Mundial.

El Komintern sufrió 323.177 bajas entre 320.082 soviéticos (80.026 muertos y 240.056 heridos), 2.495 rumanos (414 muertos, 1.881 heridos y 200 desaparecidos) y 600 comunistas húngaros, así como unas pérdidas materiales de 1.776 tanques, 4.127 piezas de artillería y 293 aviones.

El Eje sufrió unas 69.000 bajas entre muertos, heridos y prisioneros.

Otras víctimas de Budapest fueron los más de 30.000 civiles que perdieron la vida por diferentes circunstancias. A esta tragedia hubo que añadir que una cuarta parte de la ciudad resultó arrasada, incluyendo 13.588 viviendas que fueron destruidas (4’6%), 18.775 que fueron catalogadas como inhabitables (6’4%), 47.332 que sufrieron daños graves (16%) y 215.653 que encajaron daños leves (73%).

La Batalla de Budapest fue uno de los últimos grandes asedios de la Segunda Guerra Mundial que destacó por su violencia y al mismo tiempo por el heroísmo de sus defensores, ya que significó el último acto desesperado de las tropas magiares para evitar la inevitable caída de lo que ellos denominaban la «Gran Hungría». El propio Adolf Hitler llegó a decir de sus defensores la siguiente frase elocuente: Los pueblos alemán y húngaro agradecen a los hombres de Budapest su heroico combate contra el enemigo.

Bibliografía:

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-Redactores de Desperta Ferro, Budapest 1944-1945, Desperta Ferro Contemporánea Nº28 (2018), p.3-55
-Rodrigo Muñoz y Cabrera, 22. SS-Freiwilligen-Kavallerie-Division «Maria Theresa» II [Ungarische NR.2], Revista Serga Nº 59 (2009), p.34-41
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-Antonio García Palacios, La Batalla del Lago Balatón. El final de las Waffen-SS, «Budapest: Objetivo Político y Militar», HRM Ediciones (2015), p.39-75
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