Levantamiento de Varsovia

El Levantamiento de Varsovia fue un intento de la Resistencia Polaca, fundamentalmente del Ejército Patriótico o «Armia Krajowa», de expulsar al Tercer Reich de la capital del país y de paso evitar una nueva invasión por parte de la Unión Soviética. La terrible batalla urbana que se libraría a lo largo de Agosto, Septiembre y Octubre de 1944, dejaría como resultado la devastación más absoluta de una de las ciudades más emblemáticas de Europa y al mismo tiempo provocaría una profunda división dentro del mismo bando de los Aliados respecto a la eterna cuestión de la libertad de Polonia.

Preludio

Centinelas alemanes en Varsovia durante la ocupación de Polonia.

Cuando el Ejército Rojo lanzó la «Operación Bragation» con la que recuperó Bielorrúsia y destruyó en su totalidad al Grupo de Ejércitos Centro del Ejército Alemán, entre las muchas consecuencias de esta campaña estuvo el hecho de que las tropas tropas soviéticas entrasen en Polonia. Al saberse la noticia en el Gobierno Polaco exiliado en Londres, el 16 de Julio de 1944, el Presidente Stanislaw Mikolajczyk organizó una entrevista con Iósif Stalin en Moscú para negociar la absoluta independencia de Polonia e intentar que se respetase su soberanía. La razón de esta preocupación era que desde la ocupación alemana los polacos habían estado combatiendo junto a los Aliados en diversos teatros de operaciones como Oriente Medio, África, Italia y Normandía; al mismo tiempo que sus representes políticos se habían visto obligados a romper relaciones diplomáticas con la Unión Soviética tras descubrirse la Matanza de Katyn, un crimen en el que 25.000 oficiales, políticos, intelectuales y religiosos habían sido asesinados por los soviéticos en 1940. Lamentablemente como los emisarios del Kremlin no parecieron dispuestos a marcharse de Polonia una vez la invadieran, la Resistencia Polaca no tendría otra alternativa que expulsar a los germanos por su cuenta y establecer un gobierno de corte democrático antes de la llegada de las tropas estalinistas, algo que los mandos plasmaron en la «Operación Tormenta» o «Ackja Burza» para sublevar Varsovia.

La Unión Soviética ya tenía su propio plan respecto a Polonia que por supuesto no era el mismo que el de los Aliados Occidentales, ya que Iósif Stalin tenía en mente permitir a los alemanes que aniquilasen a la Resistencia Polaca del «Armia Krajowa», al mismo tiempo en que sobre la ciudad de Lublin él mismo reconocía a un gobierno alternativo de corte comunista y sujeto a los intereses soviéticos que fue bautizado con el nombre de Comité Polaco de Liberación Nacional (PWWN). A esto había que añadir que dentro de las filas del Ejército Rojo se encontraba desplegado el I Ejército Polaco, una fuerza militar compuesta por voluntarios comunistas polacos residentes en la URSS o liberados de los gulags de Siberia, quienes desde hacía tiempo llevaban combatiendo contra el Eje en el Frente Oriental bajo la única pretensión de instaurar un régimen pro-soviético en el país.

Cuando el I Frente Bielorruso del general Konstantin Rokossovsky cruzó la frontera con Polonia en Julio de 1944, el Comité Polaco de Liberación Nacional anunció por radio que la Constitución de 1935 implantada por el fallecido general Jozéf Pilsudski era de carácter fascista, por lo que todos los ciudadanos que defendiesen el régimen democrático vigente por el gobierno en el exilio serían tratados como colaboradores y «nazis». Ante tal comunicado los polacos se temieron lo peor, ya que comprendieron que una vez se marchasen los alemanes, los soviéticos disolverían a la Resistencia Polaca, fusilarían a sus líderes y deportarían al resto a Siberia. La única manera de evitar ese triste destino era que los mismos polacos acelerasen su rebelión contra los alemanes y les expulsaran antes de la llegada del Ejército Rojo, pues tan sólo así el nuevo gobierno implantado podría ser reconocido por Estados Unidos y Gran Bretaña, impidiendo de ese modo a Stalin ejercer ningún poder político ni legal sobre Polonia.

Presidente Stanislaw Mikolajczyk, representante de la Polonia Libre, con el Presidente Franklin Delano Roosevelt de los Estados Unidos.

Los malos presentimientos de la Resistencia Polaca empezaron a convertirse en una realidad cuando el 24 de Julio de 1944 los comisarios de la Policía Estatal Soviética (NKVD) disolvieron a todos los contingentes del «Armia Krajowa» que operaban en las zonas ocupadas por el Ejército Rojo, siendo a continuación 30.000 polacos arrestados, ejecutados y encarcelados. Mientras esta terrible represión se sucedía a la retaguardia y al poco tiempo se extendía a la provincia de Volhynia, el Presidente del Gobierno Polaco en el exilio de Londres, Stanislaw Mikolajczyk, quién recientemente había viajado desde Londres hasta El Cairo y desde Egipto y a Teherán para entrevistarse con Stalin en Persia, de repente le fue denegada la entrada en la Unión Soviética, un claro síntoma de que el Kremlin iba a lanzarse a la conquista de Polonia.

Curiosamente nadie en Varsovia se creyó la jugada de Iósif Stalin cuando desde el Kremlin se declaró «usurpador» al Gobierno Polaco exiliado Londres y aviones soviéticos se dedicaron a lanzar miles de octavillas sobre la ciudad para informar que el Comité Polaco de Liberación Nacional acababa de asumir el control de Polonia. En cuanto los grupos clandestinos vieron las claras intenciones soviéticas, el comandante supremo Tadeusz Bór Komorowski convocó una reunión de urgencia el 31 de Julio para preguntar al resto de representantes si se sublevaban contra los alemanes o por el contrario tentaban a la suerte y permanecían escondidos a la espera del Ejército Rojo. Sorprendentemente y por votación unánime, todos los miembros de la Resistencia Polaca optaron por lanzarse a la rebelión sin tan siquiera esperar nuevas del Presidente Stanislaw Mikolajczyk, quién en ese momento se hallaba negociando una intervención de apoyo con el Papa Pío XII en el Vaticano.

Plan de la Resistencia Polaca y los Aliados

La «Operación Tormenta» que daría inicio al Levantamiento de Varsovia se fijó para las 17:00 horas de la tarde del día 1 de Agosto de 1944, siendo elegido como su cabecilla principal el general Tadeusz Bór Komorowski que lideraba al Ejército Patriótico (Armia Krajowa o AK), concretamente la facción derechista de la Resistencia Polaca y también la más numerosa en comparación con las demás, la cual contaba con miles de hombres de todas las edades, pero también con mujeres y hasta algunos niños de 14 años. A esta agrupación la seguía en importancia el grupo de extrema derecha articulado en las Fuerzas Armadas Nacionales (Narodowe Sily Ludowa o NSZ), pero también algunas facciones conservadoras menos radicales e incluso social-demócratas como el Cuerpo de Seguridad (Korpus Bezpieczènska o KB), la Milicia Popular (Milicja Ludowa o ML), el Servicio Militar Femenino (Wojskowa Stuzba Kobiet o WSK) y la Unión de Sindicalistas Polacos (Zwiqzek Syndykalistów Polskich o ZSP). De igual manera hubo un contingente pro-soviético que rivalidaba con los demás que fue el Ejército Popular (Armia Ludowa o AL), cuyo único fin era expulsar a los alemanes y combatir a los demás resistentes para imponer un régimen al frente del Partido Comunista Polaco.

Bandera de la Resistencia Polaca del «Armia Krajowa».

La distribución urbana de la Resistencia Polaca fue efectuó con un despliegue irregular porque según su área de actuación los diferentes grupos quedaron repartidos en siete distritos sobre los Barrios de Srodmièsce, Zóliborz, Wola, Ochota, Mokotów, Praga y Obroza. Los 50.000 guerrilleros en seguida se agruparon en batallones independientes de 50 a 100 hombres, los cuales a su vez se subdividían en 800 compañías, aunque tan sólo había armas para equipar a 7.000 efectivos, ya que el arsenal disponible para tan sólo tres días de combates se redujo a 169 ametralladoras (7 pesadas y 162 medias o ligeras), 35 armas antitanque PIAT, 2.629 fusiles , 657 subfusiles , 3.846 pistolas, 100 lanzallamas, 44.000 granadas y 100.000 cócteles molotov «Filipinki».

Resistencia Polaca (Grupos + Efectivos):
-Armia Krajowa Ejército Patriótico (Armia Krajowa / AK) = 40.330
-Servicio Militar Femenino (Wojskowa Stuzba Kobiet o WSK) = 4.300
-Fuerzas Armadas Nacionales (Narodowe Sily Ludowa) = 1.000
-Unión de Sindicalistas Polacos (Zwiqzek Syndykalistów Polskich o ZSP) = 1.000
-Ejército Popular (Armia Ludowa) = 800
-División de Zapadores = 700
-Cuerpo de Seguridad (Korpus Bezpieczènska o KB) = 500
-Ejército del Pueblo Polaco (Polska Armia Ludowa o PAL) = 500
-Milicia Popular (Milicja Ludowa o ML) Milicia Popular = 500

Distritos (Efectivos + Compañías):
-Distrito I Srodmièsce = 5.500 Combatientes / 90 Compañías
-Distrito II Zóliborz = 800 Combatientes / 12 Compañías
-Distrito III Wola = 1.300 Combatientes / 21 Compañías
-Distrito IV Ochota = 800 Combatientes / 12 Compañías
-Distrito V Mokotów = 4.500 Combatientes / 70 Compañías
-Distrito VI Praga = 6.000 Combatientes / 90 Compañías
-Distrito VII Obroza = 400 Combatientes / 6 Compañías
-Área Independiente VIII Okecie = 800 Combatientes / 13 Compañías
-Provincia de Varsovia = 11.000 Combatientes / 206 Compañías
-Autónomos = 10.000 Combatientes / 387 Compañías

Los Aliados Occidentales apoyarían el Levantamiento de Varsovia dentro de sus posibilidades, especialmente Gran Bretaña y el Primer Ministro Winston Churchill que sentía una gran afinidad por Polonia desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. De este modo fue como los ingleses prestaron a los 148º y 624º Escuadrones de Bombarderos con cuatrimotores Halifax, mientras que Estados Unidos haría lo propio con un centenar de bombarderos B17 Flying Fortress de la VIII Fuerza Aérea Estadounidense. También Sudáfrica apoyaría la sublevación aviones B-24 Liberator de los 24º, 31º y 34º Escuadrones de Bombarderos Sudafricanos estacionados en las bases de Bari y Brindisi sobre Italia; mientras que el Gobierno Polaco en el exilio aportaría al 1.586º Grupo Táctico Especial.

Escuadrillas (Aviones + Aeródromos):
148º Escuadrón de Bombarderos Británico = Halifax (Grupo 205 / Brindisi / Italia)
624º Escuadrón de Bombarderos Británico = Halifax (Grupo 205 / Brindisi / Italia)
24º Escuadrón de Bombarderos Sudafricano = B-24 Liberator (Ala 2 / Brindisi / Italia)
31º Escuadrón de Bombarderos Sudafricano =B-24 Liberator (Ala 2 / Brindisi / Italia)
34º Escuadrón de Bombarderos Sudafricano = B-24 Liberator (Ala 2 / Brindisi / Italia)
1.586º Grupo de Tareas Especiales Polaco Libre = Halifax / B-24 Liberator (Brindisi / Italia)
VIII Fuerza Aérea Estadounidense = B-17 (Brindisi / Italia)

Plan de la URSS

El Ejército Rojo fue víctima de un retraso inesperado en el Frente Oriental cuando al poco de aproximarse a Varsovia el I Ejército Polaco, de repente sus soldados fueron frenados en seco por los defensores germanos en las orillas del Río Vístula. Algo muy parecido le sucedió tres días más tarde, el 28 de Julio, al I Frente Bielorruso que fue detenido a 50 kilómetros de la capital por un contraataque liderado por el IX Ejército Alemán del general Walther Model, el apodado «Bombero de Hitler»; mientras que las jornadas del 29 al 31, las vanguardias acorazadas fueron vapuleadas con innumerables tanques rusos destruidos tras eficaz contragolpe de la División Panzer «Hermann Goering».

La inesperada detención del I Frente Bielorruso ante el Río Vístula se explicó porque sus divisiones estaban demasiado baqueteadas desde que había comenzado la «Operación Bagration», ya que tras dos meses de ininterrumpidos combates el número de tanques se había reducido drásticamente, los depósitos de combustible se encontraban prácticamente vacíos y en encima en el sector de Varsovia tan sólo había un centenar de aviones operativos. Ante esta imposibilidad de avanzar a corto plazo, el Kremlin dio órdenes de pararse a las unidades y esperar a recibir refuerzos procedentes de la retaguardia, sin importar cuál fuese la decisión de los polacos para levantarse contra los alemanes.

Aproximadamente el número de tropas que la Unión Soviética desplegó ante el Río Vístula en los meses que duraría el Levantamiento de Varsovia fue de 1 millón de soldados integrados en el I Frente Bielorruso del general Konstantin Rokossovsky, muchos en los suburbios de la propia capital que colindaba con el Barrio de Praga, a los cuales también se unieron 12.000 comisarios de la Policía Estatal Soviética (NKVD). A estas fuerzas se irían añadiendo gradualmente los 2.300 efectivos del I Ejército Polaco al mando del general Zygmunt Berling, cuyo organigrama quedó distribuido en la 3ª División de Infantería «Romuald Traugut» con los 1st y 3rd Batallones de Infantería, además el 8º Regimiento Antitanque y el Batallón Lanzallamas.

Plan del Eje

El Tercer Reich había comenzado a evacuar a la población alemana de Varsovia el 22 de Julio de 1944, haciéndolo por vía ferroviaria en dirección al centro de Europa a sabiendas de que tarde o temprano el Ejército Rojo irrumpiría en la ciudad. De hecho la administración local del Gobierno General al frente del gobernador Hans Frank también empezó a ser trasladado hacia el oeste mientras los funcionarios se encargaban de destruir todos los documentos comprometidos, la policía efectuaba las últimas redadas, la guarnición multiplicaba la vigilancia y las autoridades decretaban el estado de «máxima alerta».

Fuera de Varsovia el IX Ejército Alemán se encargó de proteger la capital ante una más que probable tentativa del Ejército Rojo por alcanzar la urbe desde el Río Vístula y el Barrio de Praga. Sería precisamente sobre este semicírculo de 96 kilómetros de extensión donde se concentraron 50.000 efectivos de diversas unidades que incluyeron a la División Panzer «Hermann Goering», a la 19ª División Panzer y a otras fuerzas menores con elementos de las SS, la Gestapo y la Gendarmería. De igual manera la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe) trasladó a los cercanos Aeropuertos de Okocie y Bielany a un equipo de 1.700 auxiliares de la 4ª Brigada Aérea, los cuales dispusieron de unos pocos cazas Messerchmitt Bf 109, bombarderos Heinkel He 111 y cuatro bombarderos en picado Stukas bajo el mando del oficial Jürgen Klussmann.

Como el Gobierno General esperaba una sublevación dentro de la misma Varsovia el comandante en jefe de la guarnición, el general Erich Von Dem Bach-Zelewski, reunió a un total de 16.000 efectivos de diversas nacionalidades al servicio del Eje, ya que los pocos alemanes presentes pertenecían a elementos dispersos de la Wehrmacht como era el caso del 500º Batallón de Ingenieros, el Batallón de Policía Militar de Poznan o el 608th Batallón Especial de Defensa de Breslau, sin obviar a los que pertenecías a las Waffen-SS como por ejemplo la Compañía SS de Cadetes Granaderos de Treskau y la Compañía SS de Apoyo «Röntgen». También hubo algunas columnas acorazados con un total de 36 tanques, la mayoría adscritas al 302º Batallón Panzer que incluía 24 cazacarros Stug III, 10 autopropulsados Sturmpanzer IV y dos morteros de asalto Sturmtiger. El resto de unidades en cambio vinieron de países o grupos colaboracionistas procedentes de Hungría, Rusia o Azerbayán como por ejemplo los 1.700 voluntarios de la Brigada de Infantería Rusa Blanca «Kaminski» (RONA) del general Bronislav Kaminski, los 572nd y 580th Batallones de Caballería Cosacos, el II Cuerpo Húngaro, la 22ª División SS de Caballería Húngara «Maria Theresa», el 111º Regimiento de Infantería Azerí, la 2ª Compañía Armenio-Georgiana del Cáucaso y los agentes títeres de la Policía Azul Polaca. A estas formaciones hubo además que añadir la temida 36ª División SS de Granaderos «Dirlewanger» liderada por el general Oskar Dirlewanger, una formación de castigo compuesta por antiguos presidiarios de la justicia, la mayoría germanos pero también extranjeros europeos, quienes tras ser recientemente liberados de las cárceles a cambio de luchar por Alemania, se les perdonaría la condena a pesar de su pasado como asesinos, ladrones, violadores, cazadores furtivos, etcétera.

Guarnición de Varsovia:
-36ª División SS de Granaderos «Dirlewanger»
-608th Batallón Especial de Defensa de Breslau
-Batallón de Policía Militar de Poznan
-Brigada Rusa «Kaminiski» (RONA)
-572nd Batallón de Caballería Cosaco
-580th Batallón de Caballería Cosaco
-II Cuerpo Húngaro
-12ª División SS de Caballería Húngara «Maria Theresa»
-111º Regimiento de Infantería Azerí
-Policía Azul Polaca (Colaboracionista)

IX Ejército Alemán:
-División Panzer «Hermann Goering»
-19ª División Panzer
-4ª Brigada Aérea de la Luftwaffe

Levantamiento de Varsovia

La mañana del 1 de Agosto de 1944 la capital de Varsovia se despertó con los parques abarrotados de gente, las iglesias atestadas de fieles y los comercios vendiendo sus productos hasta vaciar sus dependencias. En ese instante pocos podían imaginar que la «Hora W» establecida por la Resistencia Polaca para la sublevación había sido fijada para las 17:00 horas de la tarde, precisamente coincidiendo con la salida de los obreros de las fábricas. No obstante y pese a las órdenes de guardar la máxima discreción, a las 13:50 horas del mediodía, se registró la primera acción armada al producirse un incidente en el Barrio de Zóliborz cuando el capitán Zdzislaw Sierpinski y varios guerrilleros del «Armia Krajowa» fueron vistos transportando armas por una patrulla alemana que circulaba a bordo de un camión. Como dejar marchar a los germanos suponía perder el factor sorpresa, los combatientes polacos no dudaron en lanzar varias granadas con las que destruyeron el vehículo y mataron a sus ocupantes, evitando con ello su delación.

Conglomerado de tropas del Armia Krajowa en el Levantamiento de Varsovia.

Oficialmente a las 17:00 horas de la tarde del 1 de Agosto de 1944 se produjo lo que se conoció como el «Levantamiento de Varsovia» cuando los combatientes de la Resistencia Polaca repartidos por los siete barrios de la capital, atacaron a los soldados alemanes en plena calle, destruyeron puntos defensivos, cortaron avenidas mediante barricadas y mataron a numerosos oficiales; aunque a un alto precio porque muchos civiles ajenos a la sublevación fallecieron por el fuego cruzado. Rápidamente los guerrilleros se apropiaron de la central eléctrica, la oficina de correos y la oficina de ferrocarril del Barrio de Praga, además de asegurar la Calle Stawki y los calabozos de la Plaza Umschlagplatz en donde las SS tenían retenidos a 50 prisioneros judíos que fueron liberados. Sin embargo el mayor éxito lo protagonizaron los miembros del Batallón «Kilinski» al irrumpir en el Rascacielos Prudential, por ese entonces la construción más alta de Varsovia, en cuya azotea se izó la bandera nacional de Polonia.

No todas las acciones durante la primera jornada del Levantamiento de Varsovia fueron exitosas porque en un lugar tan estratégico como el Río Vístula los polacos fracasaron a la hora de tomar con el Puente Kierbedzia y el Puente Poniatowski, siendo en este último repelidos por los guardias parapetados en las torres gemelas al otro lado de la infraestructura. De igual manera los partisanos encajaron cuantiosas bajas en el intento fallido de ocupar la Plaza Zamkovy y el Aeropuerto Nacional de Varsovia; sin obviar con que encajaron un grave revés durante el asalto al Cuartel General de la Gestapo ubicado en la Avenida Szucha, ya que 91 resistentes perdieron la vida en el intento. Una vez anocheció la sublevación distaba de ser un triunfo porque por el momento los guerrilleros habían sufrido unos 2.000 muertos a costa de infligir 400 bajas a los germanos, además de haber dejado en su retaguardia un buen puñado de bolsas que no tenían intención de rendirse, como era el caso de la Ciudadela, los Barracones Policiales en la Calle Narbutta, la Universidad de Varsovia, el Palacio Bruhl, los Jardines Sajones o un pequeño complejo de la Calle Rakowiecka.

Tropas polacas tras haber capturado material a la 5ª División SS Panzer Wiking.

Al día siguiente de haberse producido el Levantamiento de Varosvia, el 2 de Agosto de 1944, se produjo el primer contraataque urbano por parte del 2º Batallón Panzer de la División Panzer «Hermann Goering», utilizando para ello a civiles como escudos humanos que fueron obligados a caminar por delante de los tanques. Aquella táctica funcionó durante un tiempo, por lo menos hasta que los guerrilleros acabaron por abrir fuego y matar a sus propios compatriotas, llevándose con ellos a un buen puñado de soldados alemanes. También ese mismo día una agrupación mixta del «Armia Krajowa», «Armia Ludowa» y las Fuerzas Armadas Nacionales conquistaron el Banco Nacional y la Comisaría de Nordwache; además de que otro grupo que operaba en el barrio de Wola destruyó con explosivos a dos tanques Tiger que circulaban sobre la Calle Gesia.

El 3 de Agosto los soldados alemanes iniciaron un intenso bombardeo sobre el Barrio de Wola mediante un tren blindado Panzerzüge y doce aviones Heinkel He 111 que causaron cuantiosos daños en el casco urbano de Varsovia. Al mismo tiempo que tal cosa ocurría, ese día el Presidente Stanislaw Mikolajczyk se reunió finalmente con Stalin en Moscú para decidir el futuro de Polonia. Desgraciadamente para el líder exiliado, las promesas del mandatario soviético fueron desalentadoras por dos motivos: primero porque le informó de que toda la Polonia Oriental sería anexionada por la URSS a cambio de compensar a los polacos con territorio alemán en el oeste; y segundo porque le aseguró que el Ejército Rojo no intervendría en los combates por Varsovia, confiando en que la Resistencia Polaca se alzaría con la victoria (algo imposible y que Stalin sabía). Así pues y ante tal panorama, Stanislaw Mikolajczyk regresó a Londres con las manos vacíos y temiéndose lo peor, pero no perdiendo la esperanza porque en Inglaterra todavía estaba la Brigada Paracaidista Polaca que impacientemente estaba esperando saltar sobre Varsovia.

Algunas de las acciones más sorprendentes en los inicios del Levantamiento de Varsovia estuvo la defensa de la Calle Karolkowa, en donde los partisanos dejaron atascados a dos tanques Panther en medio de una barricada, sobre los cuales arrojaron cócteles molotov y dispararon sus PIAT, logrando matar a sus tripulantes y capturar ambos blindados para ponerlos a su servicio. Una vez se pintó a los Panther con la franja roja y blanca de la bandera de Polonia, se utilizó a uno de los carros bautizado como «Magda» para embestir los muros del campo de concentración de Gesiówka, conocido como la «Granja de los Gansos». Rápidamente el reciento fue ocupado y los guardias de las SS puestos en fuga, liberándose entonces 348 prisioneros, la mayoría judíos, polacos y algunos griegos que pasaron a engrosar las filas del «Armia Krajowa», entre ellos Henryk Lederman, el último superviviente en la capital del Levantamiento del Gueto de Varsovia en 1943.

Semioruga Hanomag capturado por la Resistencia Polaca en el Levantamiento de Varsovia.

Hasta el 4 de Agosto no se realizó la primera contraofensiva alemana contra los Barrios de Ochota y Wola con una avanzadilla de rusos blancos de la Brigada «Kaminski» (RONA) liderados por el oficial Yuri Frolow y los ex-presidiarios la 36ª División de Granaderos «Dirlewanger», distinguiéndose estos últimos por superar la barricada de la Calle Wolska defendida por los milicianos del Partido Socialista Polaco. Lamentablemente los miembros de la «Dirlewanger» perpetraron terribles matanzas y saqueos como el asesinato efectuado contra varios profesores de la Universidad de Varsovia en el Nº5 de la Calle Nowy Zjazd o las agresiones sexuales llevadas a cabo contra las enfermeras del Instituto Marie Curie. Simultáneamente los colaboracionistas rusos colaboracionistas de la RONA fueron protagonistas de violaciones masivas hacia las mujeres que habitaban el Barrio de Ochota; sin obviar con que otras unidades de las SS llevaron a cabo ejecuciones sumarias como los 600 presos políticos fusilados en el Barrio Mokotów, los 17 sacerdotes jesuítas eliminados en la Calle Bagatela o la aniquilación de varios partisanos capturados en la Fábrica Ursus.

La noche del 4 al 5 de Agosto de 1944 un grupo de bombarderos británicos Halifax procedentes del sur de Italia lanzaron suministros en paracaídas sobre Varsovia, lo que constituyó la primera ayuda material de los Aliados Occidentales a la Resistencia Polaca. Sin embargo alcanzar Varsovia no fue fácil porque los aviones ingleses tenían que atravesar en solitario los Alpes, Austria, Checoslovaquia y Polonia estando a merced de los cazas de la Luftwaffe, una tarea que sólo en el primer trayecto costó el derribo de 5 cuatrimotores Halifax.

Entre los crímenes más famosos cometidos durante el Levantamiento de Varsovia tuvo lugar el 5 de Agosto cuando antiguos reclusos de la 36ª División de Granaderos «Dirlewanger» asesinaron a todos los enfermos y el personal sanitario del Hospital de Plocka, además de exterminar poco después a otros 1.000 pacientes del Nosocomio de San Lázaro ubicado en la Calle Leszeno, así como a todas las personas que se escondieron en la Fábrica de Fotografía situada el Nº4 de la Calle Wolska. Esta serie de matanzas que cometieron en conjunto los ex-presidiarios de la 36ª División de Granaderos «Dirlewanger», los voluntarios rusos de la Brigada «Kaminski» y los musulmanes del 111º Regimiento de Infantería Azerí dejaron un terrible rastro de 40.000 ciudadanos muertos.

Oficiales de la Brigada de Infantería Rusa Blanca Kaminski en el Levantamiento de Varsovia.

A partir del 6 de Agosto los combatientes de la Resistencia Polaca se vieron sometidos a un duro asedio cuando el general alemán Erich Von Dem Bach-Zeléweski trasladó a todos los civiles situados dentro de la zona de operaciones a campos de internamiento provisionales situados fuera de la misma Varsovia. La brutal política de deportación efectuada por las SS, especialmente entre los habitantes del castigado Barrio de Wola, llevó a la muerte a otras 35.000 personas sumando varones, mujeres y niños, la mayoría por represalias, víctimas del fuego cruzado o por falta de alimentos y medicionas debido a que pasaron días realizando marchas en condiciones deplorables.

Después de una semana de combates en Varsovia, el 8 de Agosto la Resistencia Polaca controlaba los Barrios de Mokotów y Zóliborz, incluyendo el Bosque de Kampinos al norte y el Bosque de Kabackie al sur. Sin embargo y a pesar de haber mantenido a raya a las tropas del Eje, los únicos suministros escasos que recibían eran lanzados por aviones británicos y sudafricanos, los cuales estaban soportando unas muy elevadas pérdidas en derribos; mientras el Ejército Rojo al otro lado del Río Vístula ni se movía de sus posiciones y hacía oídos sordos a las constantes peticiones de socorro por parte del «Armia Krajowa».

La jornada del 9 de Agosto comenzó con una gran operación del Eje contra el Barrio de Wola y el Gueto Judío que previamente fueron bombardeados por lanzacohetes Nebelwerfer, seis cañones pesados de 150 milímetros y un tren blindado Panzerzüge, lo que permitió a un batallón de reclutas alemanes y otro de voluntarios azerís abrirse paso entre las ruinas, al mismo tiempo en que la 36ª División SS de Granaderos «Dirlewanger» ocupaba el Castillo Real. Aunque durante tres días los asaltantes quedaron frenados por los 5.500 defensores polacos de la Fábrica Kammler y la Ciudad Vieja bajo el mando del teniente coronel Karol Ziemski, el día 12 les desalojaron del reducto y les destruyeron los dos tanques Panther que hasta entonces habían estado al servicio del «Armia Krajowa». Simultáneamente en el distrito de Kaliska los rusos blancos de la Brigada «Kaminski» también desatascaron la situación, pues aseguraron el enclave tras dedicarse a demoler todos los edificios fortificados con el apoyo de tanques germanos o vehículos explosivos teledirigidos del modelo Goliath.

Guerrilleros polacos junto al Rascacielos Prudential.

El 12 de Agosto de 1944 las fuerzas del Eje protagonizaron un nuevo impulso contra el Gueto Judío empleando tropas de refuerzo alemanas, dos batallones azerís y un destacamento acorazado de tres cazacarros Stug III y algunos Hetzer que apenas progresaron gracias a la determinación de los combatientes del «Armia Krajowa». La única mala noticia para los resistentes ese día fue la captura de un vehículo teledirigido Goliath en la Calle Podwale, el cual fue llevado a modo de trofeo a la concurrida Calle Kilinski, donde a causa de un error humano detonó su carga explosiva, matando en el acto a 300 personas en medio de una enorme explosión.

El 15 de Agosto de 1944 los combatientes de la Resistencia Polaca efectuaron un asalto fallido sobre la Estación de Gdánsk, por lo que al que al día siguiente, el 16, las tropas germanas que defendían el nudo ferroviario pasaron al contraataque para evitar nuevos sustos. Así fue como las casas ocupadas por los resistentes fueron sometidas a un despiado bombardeo de artillería, aviones en picado Stukas y un tren ferroviario Panzerzüge, lo que permitió a los alemanes tomar los complejos de viviendas y el Palacio Mostowski. Una vez cosechado este fracaso los partisanos tuvieron que abrir una vía de evacuación desde el Barrio Mokotów hasta el Bosque de Kabackie para que los supervivientes pudiesen escapar (muchos dirigiéndose a territorio soviético y unos pocos hacia el oeste).

Fuera de Varsovia, el 18 de Agosto, el IX Ejército Alemán desencadenó una contraofensiva contra el I Frente Bielorruso del general Konstantin Rokossovsky que por aquel entonces situaba a sus vanguardias a tan sólo 2 kilómetros de Varsovia. Como las bajas entre las filas soviéticas fueron muy altas, el Ejército Rojo se vio obligado a replegarse unos 80 kilómetros hasta la orilla opuesta del Río Vístula, por lo que los rusos de momento se tuvieron que conformar con enviar una pequeña ayuda simbólica al «Armia Krajowa» mediante paquetes de alimentos y municiones lanzados por las noches desde aviones, usualmente en la Plaza Levela, además de enviar a dos operadores de radio que mantuvieron la comunicación entre ambos ejércitos.

Guerrilleros polacos entre las ruinas de Varsovia.

La noche del 20 al 21 de Agosto el «Armia Krajowa» intentó realizar un nuevo asalto contra la Estación de Gdánsk, en esta ocasión arremetiendo desde el Barrio de Zóliborz, pero nada más empezar los guerrilleros fueron descubiertos tras ser iluminados con bengalas y a continuación machacados con un potente bombardeo de artillería que aniquiló a unos 400 partisanos sobre el terreno. A pesar del revés pronto los polacos pudieron resarcirse durante un ataque al edificio de la Compañía Telefónica PAST del distrito de Sródmiesce, en cuyos muros libraron un cruento combate hasta conseguir el 22 de Agosto doblegar a los defensores germanos que se rindieron con 115 prisioneros. Menos suerte tuvieron los componentes del Batallón «Krybar» al mando del capitán Cyprian Odorkiewicz que a las 4:00 horas del 23 de Agosto se abalanzaron sobre una guarnición de 280 alemanes parapetados en la Universidad de Varsovia, donde las fuerzas guerrilleras fueron repelidas gracias a un búnker exterior que les infligió numerosas bajas, perdiendo la vida el teniente Wojciech Brzozowski y siendo dejado fuera de combate un semioruga Hanomag bautizado como «Szary Wilk» (que previamente habían capturado a las tropas alemanas).

Las malas noticias se fueron acumulando para el «Armia Krajowa» desde el 26 de Agosto cuando una bomba detonó y mató a la mitad de los miembros del Estado Mayor de la Resistencia Polaca en el Nº16 de la Calle Freta. Al la jornada siguiente, el 27, los ex-convictos de la 36ª División SS de Granaderos «Dirlewanger» ocuparon las ruinas de la Catedral de San Juan; mientras que el 28 los alemanes despejaron una a una las viviendas del Complejo «Polska Wytwórnia Papierów Wartósciowych», expulsando tras un sangriento combate a los 1.600 partisanos de los Batallones «Lesnik» y «Radoslaw». Dos días más tarde, el 30, un grupo de fascistas ucranianos aseguraron la Ópera y el Palacio Blank, lo que obligó a los 4.500 insurgentes sitiados en la Plaza Teatralny a escapar por un conducto de alcantarillado de 1.700 metros, perdiendo tras la evacuación el control de la Ciudad Vieja y dejando atrás 2.500 heridos que fueron capturados por las fuerzas del Eje.

A últimos del mes de Agosto, los mandos de la guarnición alemana de Varsovia optaron por castigar la metrópoli con violentos ataques con artillería, trenes blindados Panzerzüge, cañones de 88 milímetros, obuses Bertha de 380 milímetros, lanzacohetes Nebelwerfer e incluso aviones en picado Stukas que a lo largo de 700 salidas redujeron a cenizas la Plaza Napoleón y las Iglesias de San Alejandro y Santa Cruz. Sin embargo como el fuego de francotiradores no cesaba y encima cada vez que los alemanes desalojaban una posición los polacos la retomaban por la noche, se tuvieron que recurrir a tanques del modelo Tiger o Panther, e incluso a dos poderosos Sturmtiger que si bien causaron muchos daños materiales, en verdad demostraron ser poco eficaces a la hora de reducir las bolsas partisanas porque en seguida los blindados quedaban atascados en los escombros o inmovilizados en las barricadas. Fue entonces cuando se buscó una solución extrema consistente en traer vía ferroviaria a los gigantescos morteros superpesados Thor de 600 milímetros y al colosal Dora de 800 milímetros, los cuales batieron el casco urbano demoliendo una parte importante de la ciudad, además de arrasar los complejos del Parque Wolski con 56 proyectiles y echar abajo el emblemático Rascacielos Prudential.

Explosión de un proyectil del supermortero pesado Thor sobre el Rascacielos Prudential de Varsovia.

Entre finales de Agosto y principios de Septiembre de 1944, la vida en Varsovia era un infierno para combatientes y civiles porque no solamente estaban sometidos a los bombardeos desde todas direcciones, sino que había verdadera escasez de alimentos y medicinas pese a los contenedores en paracaídas que recibían todas las noches de cuatrimotores anglo-sudafricanos B-24 Liberator. No obstante lo peor del asedio fue el comportamiento de los delincuentes de la 36ª División SS de Granaderos «Dirlewanger», de las tropas del Este «Ost-Truppen» o de los musulmanes del 111º Regimiento de Infantería Azerí, ya que asesinaron a numerosos ciudadanos inocentes y violaron docenas de mujeres. En crueldad destacaron especialmente los rusos blancos de la Brigada «Kaminski, hasta el punto de que los propios mandos de las SS arrestaron a su comandante, el general Bronislav Kaminski, al que acusaron de violar a una chica alemana y robar propiedades del Tercer Reich, por lo que acabaron condenándolo a muerte y ejecutándolo en compañía de su subalterno Ilya Shavykin.

El 1 de Septiembre de 1944, cinco años después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1939, la Unión Soviética anunció públicamente su intención de permanecer a la espera en Polonia bajo la excusa de que daría prioridad a la campaña sobre Rumanía y Bulgaria en los Cárpatos y los Balcanes. Este cambio de planes obligó al I Frente Bielorruso a cavar trincheras sobre el Río Vístula y a mantenerse agazapado frente a la afluencia de refuerzos traídos por el IX Ejército Alemán y al recién llegado II Cuerpo Húngaro. La actitud rusa exasperó a los gobiernos de los Aliados Occidentales que presionaron al Kremlin para hacer algo más que quedarse a mirar, pero Iósif Stalin continuó empleando el pretexto de que el Ejército Rojo estaba agotado e incluso acercó algunas de sus vanguardias a pocos kilómetros de la capital para aparentar estar socorriendo a los guerrilleros.

La jornada del 2 de Septiembre el «Armia Krajowa» protagonizó el último asalto contra la Universidad de Varsovia que como el anterior ataque acabó en un completo fracaso, pues los partisanos se retiraron con numerosas bajas y encima perdieron a un vehículo blindado de fabricación casera apodado «Kubús», al que los alemanes primero pincharon las ruedas y luego capturaron. A las veinticuatro horas, el 3, se cosechó un nuevo revés cuando un millar de guerrilleros que habían quedado sitiados en el distrito de Powisle, acabaron por rendirse después de experimentar un terrible bombardeo por parte de la artillería pesada y aviones en picado Stukas. A raíz de este castigo constante, el general Erich Von Dem Bach-Zelewski acordó con la Resistencia Polaca una evacuación pactada de los heridos, a los que se alojó en un área libre de combates. A dicha zona se trasladó a un grupo de 6.500 personas que durante los días sucesivos aumentarían la cantidad 30.000, más de la mitad de civiles, aunque eso no evitó que las SS buscaran posibles enemigos y asesinaran en pelotones de ejecución a nada menos que 7.000 de los guerrilleros capturados.

A partir del 8 de Septiembre muchas de las bolsas partisanas de Varsovia empezaron a mover a sus guerrilleros y a los civiles bajo el subsuelo de la capital, aunque corriendo muchos riesgos porque en algunos puntos los alemanes bloquearon las alcantarillas y en otros aprovecharon los sumideros para filtrar gases asfixiantes y verter gasolina a la que prendieron fuego. A pesar de que un gran número de polacos falleció en los conductos o fue apresado en el sistema de alcantarillado, sin obviar con que la 4ª Brigada Aérea de la Luftwaffe arrasó la Calle Podhalanska y la Calle Chocholowsla del Bajo Mokotów, bastante más de la mitad de los fugados alcanzaron las zonas de seguridad en los Barrios de Sródmiescie, Zóliborz, Czerniaków y el Alto Mokotów. Una vez los refugiados estuvieron a salvo en el nuevo perímetro, una oleada de 107 aviones polacos B-24 Liberator les arrojaron contenedores de suministros en paracaídas, de los cuales tan sólo el 40% cayó en sus manos y el resto en alemanas, además de perderse una decena de los bombarderos tras ser derribados por cazas y cañones antiaéreos. Afortunadamente durante los días siguiente se volvió a pactar una nueva tregua, en esta ocasión tutelada por la Cruz Roja Internacional, lo que permitió a más de 25.000 personas abandonar la ciudad, incluyendo a bastantes combatientes a los que se aplicó la Convención de Ginebra.

Soldados alemanes en el Levantamiento de Varsovia.

Durante la noche del 15 al 16 de Septiembre de 1944, finalmente el I Frente Bielorruso se movió de sus posiciones y desencadenó una ofensiva contra Varsovia que protagonizó en vanguardia la 3ª División de Infantería Polaca al servicio del Ejército Rojo. Así fue como a primeras horas del amanecer, polacos y soviéticos tendieron una serie de pontones sobre el Río Vístula para a continuación cruzar su cauce y establecer una cabeza de puente en la orilla contraria. A pesar de que durante la acción perdieron la vida 120 soldados al mando del teniente ruso Seguei Kononkow, gracias a su sacrificio más de 2.300 tropas se asentaron en la orilla opuesta, todas pertenecientes a los 1º y 3º Batallones de Infantería, al 8º Regimiento Anticarro y al Batallón Lanzallamas. Este contingente en seguida arremetió contra el IX Ejército Alemán y el II Cuerpo Húngaro, abriéndose a paso a costa de sufrir numerosas bajas, hasta que los tanques T-34 y las fuerzas polacas se internaron en el Barrio de Praga, desde donde pudieron emplazar piezas de artillería y apoyar a los resistentes batiendo las posiciones germanas en la Ciudadela y la Estación de Gdánsk.

Mientras tanto en Varsovia, la Resistencia Polaca lanzó el 17 de Septiembre un contraataque contra el Barrio de Zóliborz que los soldados alemanes rechazaron a costa de provocar a los partisanos unos 300 muertos y heridos. Al día siguiente, el 18, un total de 162 aviones la VIII Fuerza Aérea Estadounidense entre los que había 107 bombarderos B-17 escoltados por 65 cazas P-51 Mustang soltaron 1.284 contenedores de suministros sobre la capital, cayendo el 80% en manos de los alemanes y tan sólo el 20% en manos de los resistentes, además de perderse en la incursión dos de los cuatrimotores norteamericanos. Algo más tarde también intervino la Fuerza Aérea Soviética con viejos biplanos Polikarpov Po-2 que arrojaron numerosos paquetes cargados de armas o municiones a lo largo de 2.243 salidas, los cuales al no utilizar paracaídas, en muchas ocasiones el contenido recibido estaba en unas condiciones defectuosas.

Curiosamente el 20 de Septiembre las escasas fuerzas del «Armia Krajowa» que operaban en el Barrio de Czerniakow situado al otro lado del Río Vístula, entraron por primera vez en contacto con las tropas del Ejército Rojo, a las cuales recibieron con cordialidad pero albergando dudas respecto de sus intenciones. Sin embargo por el momento ambos combatientes optaron por colaborar y despejar una posición fortificada enemiga custodiada por alemanes y colaboracionistas ucranianos, quienes durante tres días se defendieron desde el interior búnkers y nidos de ametralladoras hasta que la jornada del 23 todos los ocupantes fueron eliminados, aunque a un elevado coste para rusos y polacos que sufrieron durante la refriega 4.938 bajas.

Huida de civiles durante el Levantamiento de Varsovia.

Nuevamente el 25 de Septiembre se negoció una nueva tregua en Varsovia mediante la cual los alemanes autorizaron la evacuación pacífica de 9.000 civiles a cambio de que el «Armia Krajowa» les entregase sin oponer resistencia el Barrio de Mokotów, algo que se llevó a término la jornada del 26. Al día siguiente, el 27, las hostilidades se reanudaron con un asalto masivo contra las bolsas más aisladas que protagonizó la División Panzer «Hermann Goering», cuyos veteranos limpiaron el 30 el Bosque de Kampinos y reconquistaron el Barrio de Zóliborz, este último tras un pacto que facilitó la salida de 15.000 ciudadanos a costa de rendirse 800 partisanos.

Conclusión

Las operaciones de finales de Septiembre dejaron 1.000 muertos en las filas del «Armia Krajowa» y redujo a los guerrilleros a un estrecho perímetro de tan sólo 5 a 8 kilómetros en el centro de Varsovia. Como por ese entonces a todo el mundo le quedó claro que el Ejército Rojo no iba a moverse del Barrio de Praga, en parte porque las protestas en la Cámara de los Comunes de Londres y en el Congreso de Washington no surtieron ningún efecto en Iósif Stalin, a los mandos partisanos no les quedó más remedio que buscar una salida pactada y negociar con el general Erich Von Dem Bach-Zelewski, quién recientemente acababa de ser condecorado por Adolf Hitler con la Cruz de Caballero.

El 1 de Octubre de 1944 el general Tadeusz Bór Komorowski que lideraba a la Resistencia Polaca comenzó las negociaciones con los mandos del Eje, las cuales se prolongaron veinticuatro horas hasta que la capitulación entró en vigor a las 19:00 horas de la tarde del día 2. Una vez cumplido el plazo fijado por ambas partes, un total de 11.600 guerrilleros de «Armia Krajowa» entre los que había 2.000 mujeres, se rindieron a los soldados del IX Ejército Alemán después de 63 días de ininterrumpida lucha, poniéndose con este último gesto fin al Levantamiento de Varsovia.

La Resistencia sufrió unas 35.000 bajas militares contando a 20.000 muertos y 15.000 prisioneros, así como 250.000 civiles fallecidos, más otros 700.000 desplazados como refugiados.

La Unión Soviética encajó unas 55.000 bajas entre muertos, heridos y prisioneros, entre estos 50.000 soviéticos y 5.660 comunistas polacos.

Los Aliados Occidentales perdieron 41 aviones entre 22 británico o sudafricanos, 17 polacos y 2 estadounidenses.

El Eje sumó 27.000 bajas (15.000 en la insurrección contra los polacos y 12.000 en el exterior contra los soviéticos) entre 18.000 muertos (incluyendo 560 rusos blancos) y 9.000 heridos, además de perder un material de 310 tanques, 340 camiones, 22 cañones y 1 avión.

Restos de la ciudad de Varsovia en Diciembre de 1944.

Los prisioneros hechos por el Eje en Varsovia tuvieron la suerte ser tratados con el estatus de militares según la Convención de Ginebra, por lo que fueron alojados en los campos de internamiento de Murnau, Sandbostel y Woldenberg bajo inspección de la Cruz Roja. Bastante menos suerte tuvo el medio millón civiles que fueron sacados al vaciarse la capital de población, ya que durante meses vagaron por Polonia o marcharon a Alemania, donde la mayoría fueron liberados unos meses más tarde por los Aliados, aunque otros 100.000 acabaron como mano de obra esclava en los campos de concentración de Ravensbrück y Mathausen. Respecto a la propia ciudad de Varsovia el destino fue su más completa destrucción por orden expresa de Adolf Hitler, ya que entre Octubre y Diciembre de 1944 los alemanes la arrasaron hasta los cimientos con dinamita, lanzallamas y equipos de demolición. Entre los inconos reducidos a escombros estuvo la Catedral de San Juan, el Palacio Real de la Calle Zamkova, el Museo Nacional, el Gran Teatro, la Biblioteca Pública, el Palacio Stascytz, el Palacio Krasinski, el Palacio Belvedere, los Jardines Sajones, la Dirección de Correos de la Plaza Napoleón, la Iglesia de los Jesuitas, el Ministerio del Interior, el Archivo Nacional, el Archivo de Documentos Antiguos, el Archivo Financiero Municipal y el Gueto Judío, así como todos los centros educativos, escuelas, hospitales, dispensarios, industrias, complejos científicos, puentes, estaciones, líneas de tren, etcétera, aproximadamente el 97% de la metrópoli.

Hasta el 17 de Enero de 1945 la ciudad de Varsovia no sería conquistada por el Ejército Rojo cuando las tropas soviéticas y colaboracionistas del I Ejército Polaco entraron en una ciudad convertida en ruinas y escombros. Una vez las nuevas autoridades se asentaron en lo poco que quedaba de la capital, declararon proscritos a los ex-guerrilleros del «Armia Krajowa» y reconocieron como legítimo al nuevo gobierno estalinista que de manera provisional se articuló en el Comité Polaco de Liberación Nacional (PWWN). Así fue como comenzó un régimen comunista en la denominada República Popular de Polonia, siempre bajo la tutela exterior de la Unión Soviética, que duraría casi cuatro décadas hasta su caída definitiva en 1989.

 

Bibliografía:

-Norman Davies, Varsovia 1944 Tomo 1, La heroica lucha de una ciudad atrapada entre la Wehrmacht y el Ejército Rojo, Planeta Deagostini (2005), p.303-522
-Norman Davies, Varsovia 1944 Tomo 2, La heroica lucha de una ciudad atrapada entre la Wehrmacht y el Ejército Rojo, Planeta Deagostini (2005), p.523-612
-Alberto Boo, Sublevación de Varsovia 1944, Resistencia y Alzamiento en la II Guerra Mundial, Galland Books (2023), p.23-56
-Editores de S.A.R.P.E., Crónica Política y Militar de la Segunda Guerra Mundial. «La sublevación de Varsovia», S.A.R.P.E. (1978), p.1.685-1.703
-Antonio Muñoz Lorente, Operación Bagration, 1944. La Gran Ofensiva de Stalin en el Este, «Varsovia Delenda Est», HRM Ediciones (2019), p.243-274
-Winston Churchill, La II Guerra Mundial Volumen 2. El triunfo y la tragedia, «XXIII Rusia y Polonia. La promesa soviética», Planeta Deagostini (1959), p.472-583
-Jacques Pirenne, Historia Universal, «La trágica insurrección de Varsovia», Exito (1961) p.396-397
-R.G. Grant, 1.001 Batallas que cambiaron el curso de la Historia, «Alzamiento de Varsovia», Grijalbo, (2012), p.872