Invasión de Polonia

 

La invasión de Alemania y la Unión Soviética a Polonia en Septiembre de 1939 marcó el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Supuestamente este conflicto que debía resolverse de forma breve mediante la «Bliztkrieg» y el juego diplomático, se alargaría más de seis años, se extendería por todos los países del mundo y dejaría 80 millones de muertos, convirtiéndose en la mayor tragedia de la Historia de la Humanidad.

Preludio

Humillada Alemania tras su derrota contra los Aliados en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la llegada al poder de Adolf Hitler como Führer del Tercer Reich en 1933 devolvió la esperanza de muchos alemanes dentro y fuera de su patria para intentar recuperar todos aquellos territorios que de forma injusta les fueron arrebatados en el Tratado de Versalles firmado por los vencedores en 1919. Primeramente se produjo la remilitarización de Renania en 1936, la anexión de Austria en 1938 y la incorporación de los Sudetes tras el Pacto de Múnich mediante el cual Gran Bretaña, Francia e Italia reconocieron todas las demandas territoriales germanas sobre Checoslovaquia a cambio de que Alemania se comprometiese a no reclamar ningún dominio más fuera de sus fronteras. Sin embargo las ambiciones de la Alemania Nacionalsocialista fueron más lejos porque en Marzo de 1939 Hitler ocupó Chequia para fundar el Protectorado de Bohemia-Moravia e independizó Eslovaquia bajo un gobierno afín a los intereses de Berlín. Incluso los alemanes se atrevieron a invadir la región de Memel a costa de Lituania sin que Londres y París interviniesen, en parte amedrentados por la entrada en juego de la Italia Fascista después de que Benito Mussolini sellara el Pacto de Acero con el Tercer Reich y los italianos se anexionasen Albania. Gracias a toda aquella permisividad que parecía no tener límites el Führer pasó a su siguiente objetivo: Polonia.

Danzig (Gdánsk en idioma polaco) era un puerto estratégico del Mar Báltico a medio camino entre Prusia Oriental y la Alemania Continental que en 1920 fue reconocido forzosamente por la Sociedad de Naciones como el «Estado Libre de Danzig». Con más del 97% de sus habitantes de raza germánica y tras haber pertenecido durante siglos a Alemania, la mayor parte de sus ciudadanos no comprendían porque habían de estar sometidos a una administración polaca simplemente por haberlo dictaminado las cláusulas del Tratado de Versalles. A este problema además se añadía que otros territorios alemanes como la Alta Silesia, Pomerelia o Posen (esta última rebautizada por los polacos como Poznan) habían sido entregados sin justificación alguna a Polonia, separando de este modo Alemania de su principal provincia en Prusia Oriental. Así fue como durante los veinte años posteriores la población de Danzig y el resto de territorios arrebatados fue desarrollando un sentimiento de venganza hacia los polacos que gracias a la entrada en liza política del Tercer Reich podría llevar a cabo.

Ejército Polaco en 1939.

Polonia se había erigido como una de las naciones más belicosas de Europa desde comienzos del siglo XX y por ello sus enemigos, desde Alemania a la Unión Soviética pasando por Lituania y Checoslovaquia, eran múltiples en todas sus fronteras. Obtenida su independencia en 1918 coincidiendo con el final de la Primera Guerra Mundial, Polonia nació como Estado a partir de la fragmentación del Imperio Austro-Húngaro, el Imperio Alemán y el Imperio Ruso. Este origen tan poco habitual le granjeó hostilidades con los países circundantes que mantenían minorías polacas dentro de sus fronteras, lo que se tradujo en una serie de conflictos de los que Polonia salió siempre victoriosa arrebatando por la fuerza territorios ajenos: con la Guerra Polaco-Ucraniana (1918-1919) se anexionó la región de Lvov a costa de Ucrania, con la Guerra Polaca-Lituania (1919) incorporó Vilna a costa de Lituania, durante los Levantamientos de Silesia (1919-1920) conquistó Silesia a costa de Alemania, con la Guerra Polaco-Checoslovaca (1919-1920) añadió ciertos territorios de Eslovaquia y durante la Guerra Polaca-Soviética (1919-1921) ocupó Lublin, Podolia, Volhynia y Brest gracias a la impresionante victoria del general Józef Pilsudski sobre la Rusia Bolchevique en la Batalla de Varsovia. Salvo Rumanía, todos los vecinos fronterizos de Polonia deseaban revancha mientras los polacos cegados por un sentimiento de invencibilidad se creían superiores gracias a su amistad con Gran Bretaña y Francia, lo que les hizo cometer muchas torpezas diplomáticas al desatarse la crisis de 1939.

Todos los problemas sobre Europa Oriental se iniciaron cuando en la primavera de 1939 el Tercer Reich solicitó a Polonia la construcción de una autopista y un ferrocarril dentro de su territorio para unir militarmente la Alemania Continental con Prusia Oriental a través del llamado «Corredor de Danzig», una petición interpretada por los polacos como una agresión de su soberanía que fue respondida por una oleada eufórica de patriotismo. Repentinamente manifestaciones antialemanas se convocaron por todo el país, seguidas por la aprobación de una serie de leyes raciales hacia la minoría germánica impulsadas por el Presidente Ignacy Móscicki que incluyó la expulsión de los alemanes de las administraciones públicas. Sin embargo el peor suceso ocurrió el 8 de Mayo después de que unos militantes de extrema derecha polaca asesinaran durante el asalto a una granja a dos ciudadanos alemanes. A raíz de este incidente, Hitler aprovechó la situación para cumplir el sueño alemán de arrebatar a los polacos el «Corredor de Danzig» y por ello apeló a la Sociedad de Naciones solicitando un plebiscito que decidiera el futuro del Estado Libre de Danzig. Sin embargo y a pesar de que Berlín garantizó mantener el «statu quo» que la Marina Polaca mantenía sobre Danzig en la base naval de Westerplatte, el Ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno Polaco, Józef Beck, se negó en rotundo debido a la entrada en el juego diplomático de Londres y París. Así fue como tanto el Primer Ministro británico Neville Chamberlein, como el Presidente francés Édouard Daladier, quienes lógicamente no se fiaban de Hitler por haber incumplido tratados anteriores, prometieron a Polonia una coalición militar incondicional en caso de sufrir una agresión alemana. Gracias a este potencial apoyo de dos potencias tan importantes, los polacos aumentaron más las tensiones el 20 de Agosto con el nuevo asesinato de 38 civiles alemanes a manos de las turbas exaltadas. Furioso e impaciente ante esta situación de bloqueo político, Hitler optó por la solución más radical sin pensar en las consecuencias posteriores: invadir y destruir Polonia.

La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) era la otra gran potencia que junto con Alemania mantenía las mayores disputas territoriales con Polonia. Precisamente esta rivalidad se remontaba desde el siglo XVII en adelante con la Guerra Ruso-Polaca (1654-1657) por el dominio mancomunitario de Lituania, pasando por las Guerras Napoleónicas del siglo XIX con la breve independencia del Ducado de Varsovia (1807-1915), hasta la Guerra Polaco-Soviética (1918-1921) que supuso la separación definitiva de la Rusia Bolchevique tras una victoria militar aplastante contra el Ejército Rojo. Sin embargo este triunfo que significó para Polonia el control dentro de Ucrania de extensos territorios como Lvov, Lublin, Podolia, Volhynia o Brest, para la mayoría de sus habitantes de origen eslavo, básicamente ucranianos y bielorrusos, supuso un auténtico trauma porque durante los siguiente veinte años sufrieron todo tipo de represiones por parte de los polacos que a veces perpetraron matanzas y quemas de aldeas rurales. De hecho esa violencia se desató todavía más en el verano de 1939 coincidiendo con los abusos polacos hacia las minorías alemanas, ya que aprovechándose de la situación, paramilitares de la extrema derecha polaca lincharon públicamente a cientos de eslavos en distritos como Volhynia, Ochin, Wicemtowka, Stanislawka, Spray Zapust y Podhajce. Sin embargo la oleada de ira no se detuvo contra los ucranianos porque también ciudadanos de origen lituano, checo, eslovaco o judío fueron objetivos de apaleamientos. Este comportamiento por parte de Polonia, al igual que había sucedido con Alemania, generó una excusa perfecta a la propaganda comunista y a la Unión Soviética para justificar una invasión a Polonia.

Otras naciones con serios problemas fronterizos con Polonia en vísperas de la Segunda Guerra Mundial fueron Eslovaquia y la Ucrania Subcarpática que no dudarían en adherirse a una empresa militar si Hitler agredía a los polacos. Precisamente en el caso de Eslovaquia, las nuevas autoridades del Monseñor Jozef Tiso que dirigían el país bajo un gobierno filofascista de la Guardia Hlinka, prometieron al Tercer Reich sumarse a una invasión de Polonia a cambio de recuperar los territorios que los polacos habían arrebatado a los eslovacos a lo largo del siglo XX tal y como por ejemplo había sucedido con el distrito de Teschen. Lo mismo ocurrió con la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) presente en la Ucrania Subcarpática al frente del líder Stepan Bandera, cuyos representantes ofrecieron su ayuda a Berlín en forma de combatientes para promover la independencia de Ucrania a costa de Polonia Oriental.

Tanto el líder soviético Iósif Stalin como el líder alemán Adolf Hitler, a pesar de sus enormes diferencias ideológicas, coincidieron por una vez en que tenían que ponerse de acuerdo para hacer desaparecer físicamente al Estado Polaco. Fue por esa razón por la cual el 25 de Agosto de 1939, el Ministro de Asuntos Exteriores del Tercer Reich, Joachim Von Ribbentrop, junto al Ministro de Asuntos Exteriores de la URSS, Viacheslav Molotov, firmaron el Pacto de Agresión Germano-Soviético «Ribbentrop-Molotov», mediante el cual se forjaba una alianza militar entre Alemania y la Unión Soviética para invadir Polonia. Aquella amistad entre comunismo y nacionalsocialismo que asombró a toda la comunidad internacional, estableció también unas cláusulas secretas consistentes en el reparto territorial de Polonia (el oeste y la capital de Varsovia para Alemania; y el este para la URSS); mientras que se concedía a Stalin vía libre para anexionarse Estonia, Letonia y Lituania (excepto la provincia de Memel para los alemanes), así como Besarabia y Bukovina (Rumanía) y Carelia (Finlandia). El único inconveniente presentado por los rusos a los alemanes fue que la URSS no podría implicarse en ninguna contienda hasta mediados de Septiembre, ya que por aquel entonces se encontraba enfrascada en la Guerra del Khalkin-Gol que había estallado en Mayo de 1939 contra Japón y Manchukuo en el Lejano Oriente (precisamente el Ejército Rojo había acudido en ayuda de su aliada Mongolia Exterior), por lo que hasta no fuese cerrado el frente en la retaguardia de Siberia y el Asia Oriental, no podría desviar sus fuerzas hacia occidente.

Recién formalizada la alianza entre Alemania y la URSS, los Gobiernos de Reino Unido y Francia retiraron como represalia a sus embajadores de Moscú y protestaron enérgicamente ante los representantes del Partido Comunista Soviético (PCUS), a quienes acusaron de haber estado jugando a dos bandas. Así pues y ante este inesperado giro de los acontecimientos, la misma tarde del 25 de Agosto de 1939 Gran Bretaña firmó con Polonia el Pacto de Seguridad Anglo-Polaco que garantizaba las fronteras de esta última en caso de una agresión germana. Nada más saber acerca del tratado, Hitler invocó inmediatamente el Pacto de Acero con Italia, aunque para su fastidio Mussolini se negó a entrar en una guerra contra Inglaterra alegando que las fuerzas armadas italianas no estarían preparadas para un conflicto a gran escala hasta dentro de uno o dos años como mínimo. Este inconveniente hizo a Hitler recular y por eso al día siguiente, el 26 de Agosto de 1939, ordenó suspender la invasión de Polonia que tenía prevista para dicha jornada. Sin embargo y a pesar de la anulación de la orden hubo algunas fuerzas alemanas que no recibieron la notificación, por lo que se produjeron algunos choques en las fronteras como por ejemplo cuando unos comandos alemanes ocuparon un túnel y un nudo ferroviario en Jablonka, así como varios tiroteos protagonizados por la milicia de la minoría alemana en Danzig. Por fortuna todas aquellas tropas que cruzaron la frontera al saber acerca de la revocación de la misión, volvieron a sus posiciones iniciales y pidieron disculpas a las autoridades polacas.

Viendo que la guerra contra Alemania iba a ser inevitable, el Ejército Polaco ordenó la movilización general de toda la población el 30 de Agosto. Sin embargo en el último instante y queriendo evitar un conflicto similar al de la Gran Guerra en 1914, Londres y París obligaron a las autoridades polacas a echarse atrás con la esperanza de alcanzar una ya muy remota solución diplomática. Esta decisión favoreció a que la Marina Polaca evacuase a tres de sus más valiosos destructores (Buzra, Blyskawica y Grom) dejando atrás el Mar Báltico y atravesando el Estrecho de Dinamarca hacia las Islas Británicas, un claro síntoma de que por aquel entonces las esperanzas de paz polacas eran prácticamente nulas. Precisamente tal cosa se demostró cuando unos comandos alemanes vestidos con uniformes polacos atacaron su propia estación de radio en Gleiwitz con la intención de culpar a Polonia de una falsa agresión y por tanto restar su credibilidad ante la opinión pública internacional. Bajo el nombre de «Operación Himmler», ningún periodista de los presentes en este suceso que se conoció como el «Incidente de Gleiwitz» se creyeron el montaje elaborado por las SS. Así fue como ante el fracaso de esta última misión, el conflicto a escala global se hizo inminente.

Plan del Eje-Komintern

«Guerra Relámpago» o «Blitzkrieg» fue el nombre de la revolucionaria doctrina militar que por primera vez se aplicaría en Polonia y que cambiaría la forma de entender las guerras del futuro. Ideada por el general alemán Heinz Guderian en su libro Achtung Panzer! que había publicado en 1938, esta nueva táctica pretendía superar los frentes estáticos de las trincheras de la Primera Guerra Mundial, apostando por la movilidad tal y como muchos militares alemanes habían experimentado en la Guerra Civil Española (1936-1939) llevando a la práctica ejercicios de penetración que habían obtenido ciertos éxitos locales sobre algunas zonas de España, aunque su explotación nunca llegó realmente a generar del todo los resultados esperados. Sin embargo las cosas cambiaron mucho en el verano de 1939 porque los estrategas alemanes habían corregido la mayor parte de los errores y el sistema de la «Blitzkrieg» se había perfeccionado. Para ello se aplicaría la concentración de un poderoso número de fuerzas sobre un punto concreto denominado «schwerpunkt» que unidades acorazadas de tanques romperían y penetrarían con la máxima rapidez desbordando el frente mientras el grueso de la infantería limpiaba los núcleos de tropas embolsadas y la aviación neutralizaba desde el aire los nudos de comunicaciones, fuentes de suministros, unidades de reserva, cuarteles, aeródromos, estaciones ferroviarias, etcétera…

Plan de invasión y despliegue de los ejércitos de Alemania, la Unión Soviética y Eslovaquia contra Polonia.

Bajo el nombre de «Operación Fall Weiss (Caso Blanco)», el general Walter Von Brauchitsch fue puesto al mando de toda la campaña polaca que se realizaría en dos alas: primeramente el Grupo de Ejércitos Norte del general Fedor Von Bock partiría con el III Ejército desde Prusia Oriental y el IV Ejército desde Pomerania para embolsar ambos la capital Varsovia y cerrar la salida hacia los puertos del Mar Báltico; mientras que el Grupo de Ejércitos Sur del general Gerd Von Rundest saldría con el XIV Ejército desde Eslovaquia y con los VIII y X Ejércitos desde Silesia hacia el corazón de Polonia para aniquilar a las fuerzas enemigas sobre las llanuras. Simultáneamente dentro del propio Estado Libre Danzig se produciría una insurrección armada de las minorías alemanas agrupadas en la Milicia SS «Danzig» (SS-Heimwehr «Danzig») al mando de su jefe político Hans Goetze que desde el interior acosarían a las autoridades polacas.

El Ejército Alemán (Wehrmacht) desplegó a un total de 1.800.000 soldados (886.000 en el Grupo de Ejércitos Sur, 630.000 en el Grupo de Ejércitos Norte, 282.000 auxiliares y 2.000 paramilitares de la Milicia SS «Danzig») repartidos en 5 ejércitos que a su vez se distribuían en 58 divisiones (27 de infantería, 7 blindadas, 8 motorizadas, 4 ligeras y 1 de caballería) y se subdividían en 559 batallones. Respecto al armamento disponible hubo 3.472 tanques (modelos ligeros Panzer I y II, medios T-38 o pesados Panzer III y IV), 718 vehículos blindados (modelos Hanomag, SdKfz…), 5.805 piezas de artillería (cañones PaK 38, PaK 40, Flak 88…), 938 camiones, 530 motocicletas y 5.375 caballos. Por último la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe) estacionó 2.315 aviones (bombarderos en picado Stuka, cazas Messerschmitt Bf 109, cazabombarderos Messerschmitt Bf 110 y bombarderos Heinkel He 111, Junkers Ju 88 y Dornier Do 17); mientras que la Marina de Guerra Alemana (Kriegsmarine) un total de 84 navíos (1 acorazado, 9 destructores, 14 submarinos, 26 dragaminas y 34 torpederos).

El Ejército Rojo al mando del mariscal Kliment Voroshilov desplegó a un total de 800.000 soldados repartidos de la siguiente manera: 400.000 dentro del I Frente Bielorruso del general Mikhail Kovalov que cruzaría la frontera polaca por el noreste y otros 400.000 en el I Frente Ucraniano del general Semyon Timoshenko que atacaría por el sureste. Junto a estos efectivos los soviéticos reunieron 3.739 tanques (modelos T-26, BT-5, BT-7…), 380 vehículos blindados (tipo BA-10), 4.959 cañones y 3.300 aviones (el 60% cazas I-16 Mosca, el 30% bombarderos Tupolev SB-2 y el 10% biplanos Polikarpov R-5).

El Ejército Eslovaco desplegó 51.000 soldados que se distribuyeron en tres divisiones (dos rápidas y una blindada) integradas dentro del Grupo de Ejércitos «Bernolák» al mando del general Ferdinand Catlos. A estos les acompañaba un arsenal de 36 tanques (tres carros LT-35 y treinta tanquetas CKDvz.33), 20 vehículos blindados (tipo OAvz.30) y 20 aviones (cazas Avia B-534).

La Ucrania Subcarpática organizó una agrupación partisana de 600 soldados integrados dentro de los Destacamentos Militares Nacionalistas (VVN o «Destacamento de Ayuda a Campesinos de las Montañas») al mando del comandante Dmytro Ivanovich Donstov y que más tarde se incrementarían a 3.000 efectivos gracias a a los voluntarios y a la creación de la Milicia Ucraniana de Silesia.

Conjuntamente el Eje-Komintern desplegó un total de 2.651.600 soldados (1.800.000 alemanes, 800.000 soviéticos, 51.000 eslovacos y 600 ucranianos), 7.247 tanques (3.739 soviéticos, 3.472 alemanes y 36 eslovacos), 1.118 vehículos blindados (718 alemanes, 380 soviéticos y 20 eslovacos), 10.764 cañones (5.805 alemanes y 4.959 soviéticos) y 5.635 aviones (3.300 soviéticos, 2.315 alemanes y 20 eslovacos).

Wehrmacht (General Walter Von Brauchitsch):
·Grupo de Ejércitos Norte (General Fedor Von Bock): 73ª División de Infantería, 10ª División Ligera, 206ª División de Infantería y 208ª División de Infantería.
-IV Ejército Alemán: 218ª División de Infantería, Guardias de Fronteras, 207ª División de Infantería, 2ª División Motorizada, 3ª División Panzer, 20ª División Motorizada, 32ª División de Infantería, 3ª División de Infantería, División Netze y 50ª División de Infantería.
-III Ejército Alemán: 217ª División de Infantería, Brigada Eberhard, 228ª División de Infantería, 21ª División de Infantería, 1ª División de Infantería, 12ª División de Infantería, Brigada Especial «Lotzen» y Brigada Especial «Goldap».
·Grupo de Ejércitos Sur (General Gerd Von Rundest): 239ª División de Infantería, 221ª División de Infantería, 213ª División de Infantería, 62ª División de Infantería, 68ª División de Infantería, 27ª División de Infantería.
-VIII Ejército Alemán: 24ª División de Infantería, 30ª División de Infantería, 10ª División de Infantería y 17ª División de Infantería.
-X Ejército Alemán: 3ª División Ligera, 1ª División Ligera, 18ª División de Infantería, 19ª División de Infantería, 4ª División Panzer, 1ª División Panzer, 14ª División de Infantería, 31ª División de Infantería, 46ª División de Infantería, 4ª División de Infantería, 2ª División Ligera, 13ª División Motorizada y 29ª División Motorizada.
-XIV Ejército Alemán: 1ª División de Montaña, 2ª División de Montaña, 8ª División de Infantería, 28ª División de Infantería, 5ª División Panzer, 44ª División de Infantería, 45ª División de Infantería y 7ª División de Infantería, 2ª División Panzer, 4ª División Ligera y 3ª División de Montaña.
·Regimiento SS «Leibstandarte Adolf Hitler» (General Sepp Dietrich)
·Infantería de Marina Alemana «Marine Stosstrupp» (Teniente Wilhelm Heeningsen)
·Milicia SS «Danzig» (Comandante Hans Goetze)

Ejército Rojo (Mariscal Kliment Voroshilov):
·I Frente Bielorruso (General Mikhail Kovalev)
-III Ejército Soviético: 27ª División de Infantería, 50ª División de Infantería, 5ª División de Infantería, 24ª División de Caballería, 22ª Brigada Blindada y 25ª Brigada Blindada.
-XI Ejército: 2ª División de Infantería, 100ª División de Infantería, 7ª División de Caballería, 36ª División de Caballería, 6ª Brigada Blindada, 139ª División de Infantería y 145ª División de Infantería.
-X Ejército Soviético: 6ª División de Infantería, 33ª División de Infantería, 121ª División de Infantería, 8ª División de Infantería, 52ª División de Infantería, 55ª División de Infantería, 113ª División de Infantería y 33ª División de Infantería.
-Grupo de Caballería Mecanizada Dzherzhinsky: 4ª División de Caballería, 6ª División de Caballería, 11ª División de Caballería, 4ª División de Infantería, 13ª División de Infantería, 2ª Brigada Blindada, 20ª Brigada Motorizada, 21ª Brigada Blindada y 27ª Brigada Blindada.
-IV Ejército Soviético: 93ª División de Infantería, 109ª División de Infantería, 152ª División de Infantería, 29ª Brigada Blindada y 32ª Brigada Blindada.
·I Frente Ucraniano (General Semyon Timoshenko)
-V Ejército Soviético: 81ª División de Infantería, 44ª División de Infantería, 14ª División de Infantería, 87ª División de Infantería, 45ª División de Infantería y 36ª Brigada Blindada.
-VI Ejército Soviético: 3ª División de Caballería, 14ª División de Caballería, 24ª Brigada Blindada, 96ª División de Infantería, 97ª División de Infantería, 38ª Brigada Blindada y 10 Brigada Blindada.
-XII Ejército Soviético: 72ª División de Infantería, 99ª División de Infantería, 32ª División de Caballería, 34ª División de Caballería, 26ª Brigada Blindada, 9ª División de Caballería, 16ª División de Caballería, 23ª Brigada Blindada, 1ª Brigada Motorizada, 4ª Brigada Blindada, 5ª Brigada Blindada, 72ª División de Infantería, 146ª División de Infantería y 124ª División de Infantería.
-Reserva: 25ª División de Infantería, 7ª División de Infantería y 131ª División de Infantería.

Ejército Eslovaco (General Ferdinand Catlos):
·Ejército Bernolak (General Augustín Málar)
-1ª División Rápida Janosik
-2ª División Blindada Skultety
-3ª División Rápida Razus
·Grupo Móvil Kalinciak (Coronel Iván Imro)

Organización de Nacionalistas Ucranianos (Comandante Stepan Bandera):
·Destacamentos Militares Nacionalistas (Comandante Dmytro Ivanovich Donstov)
·Milicia Ucraniana de Silesia (Coronel Erwin Von Lahousen)

Fuerzas Totales:
·Alemanes:
-Soldados = 1.800.000
-Tanques = 3.472
-Aviones= 1.600
-Piezas de Artillería = 5.805
-Vehículos Armados = 718
-Camiones = 938
-Motocicletas = 530
-Caballos = 5.375
-Acorazados = 1
-Destructores = 9
-Submarinos = 14
-Torpederas = 34
-Dragaminas = 26
·Soviéticos:
-Soldados = 800.000
-Tanques = 3.739
-Aviones = 2.000
– Piezas de Artillería = 4.959
-Vehículos Armados = 380
·Eslovacos:
-Soldados = 51.000
-Tanques = 36
-Aviones = 20
-Vehículos Armados = 20
·Ucranianos:
-Soldados = 3.000

Plan de Polonia

Escasamente fiable era el Ejército Polaco de 1939 en comparación con aquella fuerza que había vencido a la misma Unión Soviética y otras naciones vecinas entre 1918 y 1921. Desde entonces y ante el cada vez más deterioro de las arcas económicas polacas, el presupuesto militar se había ido reduciendo y por tanto el Ejército Polaco se había ido quedando atrás en diversas cuestiones como la modernización tecnológica del armamento o la formación profesional de la oficialidad. Especialmente en lo referente a las comunicaciones la organización del mando militar era pésima debido a la existencia de un sistema personalista de las órdenes que había introducido el Presidente Josef Pilsudski y que su sucesor al frente de las fuerzas armadas, el mariscal Edward Rydz-Smigly, había mantenido desde 1935 sin modificación alguna. Esto último se traducía en que cada vez que se tomaba una decisión por mínima que fuese, debía ser autorizada por el mismo comandante en jefe del Ejército Polaco, lo que restaba dinamismo a las operaciones al contrario de los mandos alemanes que valoraban las decisiones individuales. Otro de los grandes errores de los militares polacos fue que en las últimas dos décadas únicamente se habían tomado medidas defensivas para protegerse de un ataque de la Unión Soviética en las fronteras orientales y no de una agresión alemana en las fronteras occidentales, por lo que cuando se puso en marcha el Plan Z consistente en desplazar las divisiones hacia el oeste se cometieron dos equivocaciones todavía mayores: primeramente la de concentrar a las mejores unidades del Ejército Polaco junto a la demarcación con el Reich donde apenas existían atrincheramientos que las cobijasen; y segundo que se desguarneció la fortificada zona este para cuando el Ejército Rojo interviniese por la espalda. Pero si a todos estos fallos se añadía también que la movilización constituía un lento proceso de 12 a 15 días y que únicamente el 60% de la población nacional era polaca (siendo el 40% de los habitantes alemanes, ucranianos, bielorrusos, lituanos, checos, eslovacos o judíos que odiaban la causa polaca y en muchos casos la boicotearían), la situación de Polonia era más que grave.

Plan y despliegue sobre la defensa de Polonia.

Básicamente la estrategia de Polonia consistiría en aguantar hasta recibir ayuda de sus dos socios, Gran Bretaña y Francia, sin contar los mandos polacos con que ni a corto ni a largo plazo era posible tal cosa. Por ejemplo el Ejército Francés no tendría fuerzas suficientes para penetrar en la frontera del Tercer Reich hasta que no hubiera transcurrido el período de un año y aún así las garantías de éxito eran mínimas. Mientras tanto la Marina Real Británica (Royal Navy) no podía enviar barcos a los puertos polacos al tener bloqueado el acceso al Mar Báltico debido a que los alemanes controlaban el Estrecho de Jutlandia entre Escandinavia y Dinamarca. Así pues y ante esta complicada situación geográfica de aislamiento, las autoridades polacas basaron la defensa de su patria en una ilusión irreal sin un objetivo claro que hizo pensar ingenuamente a muchos que no solo vencerían a sus enemigos, sino que además creyeron el delirio de que iban a invadir Alemania. Precisamente durante aquellos días previos a la guerra fue bastante común escuchar entre los ciudadanos polacos el grito de «¡Conquistaremos Berlín!».

A nivel estratégico el Ejército Polaco compuesto 39 divisiones y 16 brigadas se desplegó en tres sectores de la siguiente manera: los Ejércitos «Pomerania», «Poznan», «Lodz», «Cárpatos» y «Cracovia» se situaron entre las costas del Mar Báltico y Silesia; mientras que el Grupo de Ejércitos «Narew» y el Ejército «Modlin» frente a la frontera con Eslovaquia; además de mantenerse en retaguardia los Grupos de Ejércitos «Bielski», «Piotrkow», «Slask», «Prusy», «Wschod», «Czersk» y «Skawarczynski», así como los 12.000 efectivos del Cuerpo de Defensa de Fronteras (KOP) junto a la demarcación con la URSS.

El Ejército Polaco desplegó a un total de 1.000.000 de soldados con 880 tanques, 4.300 cañones, 10 trenes blindados, 76 camiones, 6.937 caballos, 1.334 aviones y 10 navíos (4 destructores y 6 submarinos).

Ejército Polaco (Mariscal Edward Rydz-Smigly):
-Ejército «Pomerania»: 9ª División de Infantería, 15ª División de Infantería y 27ª División de Intantería.
-Grupo «Wschod»: 4ª División de Infantería y 16ª División de Infantería.
-Grupo «Czersk»: Brigada de Caballería «Pomorska».
-Ejército «Modlin»: 8ª División de Infantería, 20ª División de Infantería, Brigada de Caballería «Nowogrodzca» y Brigada de Caballería «Mazowlecka».
-Grupo Operativo «Wyszkow»: 1ª División de Infantería «Legión» y 41ª División de Reserva.
-Grupo de Operaciones «Narew»: 18ª División de Infantería, 33ª División de Reserva, Brigada de Caballería «Podlaska» y Brigada de Caballería «Suwalska».
-Ejército «Poznan»: 14ª División de Infantería, 17ª División de Infantería «Wielkoposka», 25ª División de Infantería, 26ª División de Infantería, Brigada de Caballería «Wielkoposka» y Brigada de Caballería «Podolska».
-Ejército «Lodz»: 2ª División de Infantería «Legión», 10ª División de Infantería, 28ª División de Infantería y Brigada de Caballería «Kresowa».
-Grupo «Piotrkow»: 30ª División de Infantería y Brigada de Caballería «Wilenska».
-Grupo de «Prusy»: 13ª División de Infantería y 29ª División de Infantería.
-Grupo Operativo de Caballería: 19ª División de Infantería y Brigada de Caballería «Wilenska».
-Grupo Operativo «Skawarczynski»: 3ª División de Infantería Legión, 12ª División de Infantería y 3ª División de Reserva.
-Ejército «Cracovia»: 6ª División de Infantería, 7ª División de Infantería, 10ª Brigada Mecanizada y Brigada de Caballería «Krakowska».
-Grupo «Slask»: 23ª División de Infantería «Gornoslaska» y 55ª División de Reserva.
-Grupo «Cárpatos»: 2ª Brigada de Montaña y 3ª Brigada de Montaña.
-Cuerpo de Defensa de Fronteras (KOP).

Fuerzas Totales:
-Soldados= 1.000.000
-Tanques= 880
-Aviones= 1.334
-Piezas de artillería= 5.066
-Trenes Blindados = 10
-Camiones = 76
-Caballos = 6.937
-Destructores= 4
-Submarinos= 6

Alemania ataca Polonia

A las 4:43 horas de la madrugada del 1 de Septiembre de 1939, un grupo de tres aviones alemanes del modelo Stuka Junkers Ju 87 que sobrevolaban los alrededores del Río Vístula en Polonia a algo más de 3.500 metros del suelo, adoptaron una posición escalonada y fijaron sus puntos de mira contra el Puente de Dirschau. Acto seguido el bombardero del teniente Bruno Dilley reguló la fuerza de su motor a 2.250 revoluciones por minuto, redujo la presión de su planta motriz, cerró las aletas del radiador, desplegó los frenos verticales en las alas y abrió el panel de ventilación. Repentinamente el Stuka ladeó y giró más de 90º lanzándose en picado y activando la sirena aulladora. Prácticamente como un rayo el aparato descendió a gran velocidad y en línea recta contra el objetivo seguido a los pocos segundos por los dos otros dos aviones que le acompañaban. Mientras tanto en tierra, los guardias polacos que custodiaban la infraestructura otearon confusos el cielo al no saber qué estaba ocurriendo ni de donde procedía el extraño zumbido. Fue entonces, cuando a tan sólo 900 metros de distancia, el Stuka del teniente Dilley soltó sus bombas y con rapidez recuperó el picado de su avión en una hábil maniobra. Instantes después se produjo una explosión que destruyó completamente el Puente Dirschau, echó abajo varias casamatas y se cobró las primeras víctimas mortales de los más de 80 millones de muertos que los siguientes seis años dejaría la Segunda Guerra Mundial.

Aviones Stukas Junkers Ju 87 alemanes picando sobre Polonia el 1 de Septiembre de 1939.

Únicamente cinco minutos después de producirse los primeros disparos de la Segunda Guerra Mundial, a las 4:48 horas del 1 de Septiembre de 1939, el acorazado alemán Schleswig-Holstein procedente del Mar Báltico fondeó a las afueras de Danzig, situándose frente a la base naval polaca de Westerplatte que defendían 210 polacos con 3 cañones y 4 morteros al mando del general Henryk Sucharski. Inesperadamente con las primeras luces de Sol, las grandes baterías del Schleswig-Holstein con calibres de 280 milímetros bombardearon intensamente Westerplatte convirtiendo el arsenal polaco en un montón de ruinas llameantes. Minutos más tarde, un total de 1.725 efectivos entre 225 infantes de marina alemanes desembarcados en los muelles de y 1.500 civiles armados del Milicia SS «Danzig» bajo el liderazgo del teniente Wilhelm Henningsen atacaron las instalaciones enemigas desde el sector de Nowy Port. Sin embargo los polacos se encontraban tan bien parapetados tras los escombros dejados en el bombardeo que con facilidad acribillaron a los asaltantes sobre terreno despejado, forzándoles a replegarse con 82 bajas entre muertos y heridos a costa de 68 bajas propias entre 15 muertos y 53 heridos. De este modo, fallido el ataque sobre Westerplatte, los alemanes tuvieron que organizar un largo asedio que la guarnición sitiada tuvo que sufrir bajo las bombas de una incursión protagonizada por 47 Stukas y las piezas navales del acorazado Schleswig-Holstein y del torpedero T-196 que lograron hundir a los dos destructores polacos Gryft y Wicher anclados en la rada. No obstante y a pesar de que la guarnición de Westerplatte resistió, el resto de fuerzas polacas en Danzig capitularon una por una en todos los edificios gubernamentales prácticamente sin resistencia, salvo la Oficina de Correos que al frente del comandante Konrad Guderski aguantó varias horas matando a 10 milicianos alemanes de las SA y destruyéndoles un vehículo blindado hasta su completa rendición después de sufrir 10 muertos y haberse rendido los 45 supervivientes. Gracias a ello y una vez ocupada la ciudad, el Estado Libre de Danzig declaró oficialmente su reincorporación al Tercer Reich.

Acorazado alemán Schleswig-Holstein bombardeando la guarnición polaca de Westerplatte.

Al amanecer de aquel 1 de Septiembre de 1939, más de 1.000 aviones de la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe) sobrevolaron Polonia bombardeando objetivos militares del interior. Los ataques principales se centraron especialmente en los aeródromos de Kattowitz, Lodz, Cracovia, Radom, Wilno, Lublin, Grodno, Balice o Lida mediante incursiones a alta cota de los grandes bombarderos y ametrallamientos de los cazas a ras del suelo. Solamente en el Aeropuerto de Rakowice más de 28 aviones polacos resultaron pulverizados sobre la pista. Al mismo tiempo sobre el cielo se produjeron numerosos enfrentamientos aéreos y el primer derribo de la contienda cuando un Stuka alemán pilotado por el teniente Frank Neubert abatió a un caza polaco PZL P.11 a los mandos del capitán Mieczyslaw Medwecki; quién fue inmediatamente vengado por el teniente Wladyslaw Gyns tras destruir los dos primeros aviones de la Luftwaffe, exactamente bombarderos Dornier Do 17 que volaban con la misma formación. Mientras tanto otras escuadrillas también acosaron a las ciudades como por ejemplo ocurrió en el caso de la «Operación Wassekante» consistente en un bombardeo donde se arrojaron varias toneladas de bombas sobre la capital de Varsovia, una acción que terminó en fracaso porque 16 aviones alemanes resultaron derribados a costa de 10 polacos abatidos. Sin embargo el más preocupante suceso se produjo en Wielun después de que los bombarderos de la Luftwaffe arrasaran la ciudad matando 1.300 civiles y destruyendo el 75% de sus edificios.

Arranque de las barreras fronterizas de Polonia el 1 de septiembre de 1939 al estallar la Segunda Guerra Mundial.

Interrumpidos los bombardeos preliminares, miles de piezas de artillería desencadenaron una barrera de fuego a lo largo y ancho de la frontera polaca que neutralizó numerosos puestos defensivos y fortificaciones del enemigo. Acto seguido las columnas de Panzer seguidas por la infantería rompieron las barreras fronterizas y entraron en Polonia. Primeramente desde Prusia Oriental el III Ejército Alemán arrolló las trincheras polacas avanzado hacia el oeste; mientras que desde Pomerania el IV Ejército Alemán partió en la misma dirección para cerrar en una pinza los puertos del Mar Báltico. Simultáneamente desde Silesia los soldados del VIII Ejército Alemán y algunos milicianos ucranianos colaboracionistas atravesaron la demarcación abriendo una brecha entre los Ejércitos Polacos «Poznan» y «Lodz», exactamente igual que hizo el Ejército «Cárpatos» tras cruzar el Río Dunajec y empujar hacia las montañas al Ejército Polaco «Cárpatos». También el Ejército Eslovaco con más de 50.000 hombres dejó atrás la frontera con Eslovaquia y se internó territorio enemigo tomando las ciudades polacas de Javorina y Podspády.

Las grandes operaciones aquella primera jornada de la contienda se concentraron especialmente en torno a Pomerania y Prusia Oriental. Por ejemplo en Pomerania los polacos ralentizaron el avance dinamitando el puente sobre el Río Tczew y lanzando una carga de caballería fallida que acabó con la muerte de 20 jinetes. Al mismo tiempo en Prusia Oriental la 3ª División Panzer cruzó el Río Brda y el III Ejército Alemán resultó frenado en Mlawa después de un combate épico a sable entre jinetes alemanes de la 1ª Brigada de Caballería y polacos de la Brigada de Caballería «Mazowiecka» que tuvo lugar junto al Río Ulatkoka con un resultado de tablas para ambos bandos. Menos suerte tuvo el X Ejército Alemán cuando 150 tanques fueron rechazados por el fuego del tren blindado Smialy Nº53 y un posterior asalto de los jinetes de la Brigada de Caballería «Wolynska» en lo que se conoció como la Batalla de Mokra que causó a los alemanes la pérdida de 800 soldados y la destrucción de 50 Panzer y 110 vehículos, así como las bajas de 500 polacos, 1 tanque y 300 caballos. Esta derrota que constituyó la primera encajada por Alemania en la Segunda Guerra Mundial, también se repitió en el Bosque de Tuchola antes de que los alemanes fuesen expulsados por una carga de 250 jinetes del 18º Regimiento de Caballería Ulanos, lo que facilitó a dos batallones polacos que habían quedado aislados en Chojnice a ser evacuados.

Caballería polaca en la Batalla de Mokra.

Concluido aquel primer día de la Segunda Guerra Mundia, la situación de Polonia era muy delicada. Por un lado los Ejércitos Polacos «Pomerania», «Poznan», «Lodz», «Cracovia» y «Cárpatos» habían sido duramente castigados por la artillería alemana y los trenes blindados Leopold; mientras que un alto porcentaje de la Fuerza Aérea Polaca y la Marina Polaca habían resultado neutralizadas tanto en el aire como en el mar. Salvo el avance en Pomerania que fue detenido provisionalmente, sobre los Cárpatos Meridionales y el Corredor de Danzig los alemanes progresaron prácticamente sin encontrar oposición.

Blitzkrieg

Carga suicida a lanza de la caballería polaca de la Brigada «Pomorska».

El 2 de Septiembre de 1939, segunda día de la Segunda Guerra Mundial, empezó con una gran victoria para el Tercer Reich después de que las vanguardias de los III y IV Ejércitos Alemanes enlazaran entre sí cerrando el Corredor de Danzig y liberando a todos los pueblos dentro del antiguo Estado Libre de Danzig que recibieron a las tropas germanas como sus libertadoras. Mientras tanto en otros sectores de la frontera las cosas se complicaron para los polacos cuando el Ejército «Pomerania» comenzó la retirada por la carretera de Varsovia hacia la capital y la ciudad de Mikolów cayó en manos alemanas. Incluso fracasó la incursión polaca dentro de territorio prusiano sobre la ciudad de Fraustadt a manos de la Brigada de Caballería «Wielkoposka» que durante unas horas se mantuvo más allá de la frontera (primera ciudad del Tercer Reich ocupada por un país enemigo en la Segunda Guerra Mundial) hasta que un contraataque organizado por miembros de la Policía Alemana los expulsó de nuevo hacia su patria. Sin embargo el mayor desastre polaco aquella jornada tuvo lugar en lo que se conoció como la Batalla de Pomorska, un encuentro consistente en una gigantesca carga de caballería suicida mediante la cual los ulanos emplearon sables y lanzas contra los tanques alemanes Panzer, lo que acabó en una completa matanza porque los polacos fueron totalmente aniquilados por las ametralladoras y cañones del enemigo.

«Progrom de Bromberg» (Bydgoszcz en idioma polaco) fue una terrible matanza cometida el 3 de Septiembre de 1939 por los polacos contra la minoría germana de Pomerania que sirvió como último pretexto de Alemania para evitar la guerra contra otras potencias exteriores. Los responsables de este crimen fueron nacionalistas polacos y paramilitares de extrema derecha que tanto en la localidad de Bromberg como en otras regiones del país masacraron a más de 12.000 alemanes. Simultáneamente y a pesar de que el Ejército Alemán ejecutaría a 4.000 polacos como represalia durante la campaña, los crímenes de Polonia causaron más repercusión internacional porque fueron publicados en medios de comunicaciones de Estados Unidos, lo que facilitó a las autoridades alemanas justificar su agresión contra el país.

Columna Panzer en Polonia.

A primeras horas del 3 de Septiembre de 1939, Londres presentó a Berlín un ultimátum rubricado por el Primer Ministro Neville Chamberlein y por el Rey Jorge VI mediante el cual se exigía la inmediata retirada de todas las fuerzas alemanas sobre Polonia antes de las 11:00 de la mañana. Como por supuesto los alemanes no obedecieron a tal cosa y después de haber transcurrido algunas horas más del plazo previsto, automáticamente se iniciaron las hostilidades con los Aliados. Primeramente como consecuencia de una franja horaria distinta, Nueva Zelanda declaró la guerra a Alemania y Eslovaquia. Acto seguido lo hizo Australia, seguida de la propia Gran Bretaña, de Transjordania y por último Francia. Incluso durante las horas y días siguientes de la campaña polaca también lo harían Nepal, Sudáfrica, Canadá, Omán y el Emirato de Bahrein en dicho orden, además de todos los miembros de la Commonwealth Británica (India, Rhodesia, Kenya, Nigeria, Sudán, Sierra Leona, Birmania, Malasia, Singapur, Hong Kong, Borneo, Kuwait, Malta, Chipre, Gibraltar, Terranova, Belice, Jamaica, etcétera…) y el Imperio Francés (Marruecos, Argelia, Túnez, Chad, Madagascar, Siria, Líbano, Indochina, Guayana, Polinesia, etcétera…). Así fue como la guerra que había estallado como un conflicto localizado por Danzig se extendió a todo el mundo.

Globalizada la contienda con la implicación de países de todos los continentes, la campaña polaca prosiguió a partir del 4 de Septiembre de 1939 como si fuese un enfrentamiento exclusivo entre Alemania y Polonia. Por ejemplo aquella misma mañana los polacos fueron expulsados del Río Narew hacia la carretera de Cracovia, estableciendo una nueva línea defensiva situada en el Río San. No muy lejos de dicho sector, los III y IV Ejércitos Alemanes por fin superaron los Bosques de Tuchola cruzando el Río Vístula y tomando la posición fortificada de Mlawa que se rindió con todos sus defensores, no sin antes sufrir el Ejército Alemán unas bajas muy elevadas de 2.800 muertos, 3.000 heridos y 72 Panzer destruidos por 1.200 muertos y 1.500 heridos de la guarnición enemiga. De forma similar la victoria germana en la Batalla de Pszczyna resultó muy cara porque aunque los polacos sufrieron 441 muertos y la destrucción de 45 cañones, 2 tanques y 7 vehículos blindados; los alemanes registraron la pérdida de 98 Panzer. Solamente el Ejército Eslovaco en el sur realizó grandes progresos sin apenas contabilizar bajas propias aquella jornada limpiando de tropas polacas la región de Zakopane y conquistando la localidad de Tylicze.

Soldados alemanes avanzando sobre la campiña polaca.

Velozmente penetró por territorio polaco el X Ejército Alemán hasta alcanzar las orillas del Río Bzura después de un avance de más de 80 kilómetros. Mientras tanto en otros sectores del país las columnas Panzer aseguraron el Valle de Radom, la infantería alemana ocupó Rseszów y las vanguardias de exploración cruzaron los cursos de agua del Río Warta y el Río Widawka, lo que facilitó al Ejército Alemán conquistar las localidades de Rozan y Pultusk. Únicamente el progreso germano se estancó durante el asalto a Piotrkow donde los alemanes se retiraron perdiendo 19 tanques y 14 vehículos a manos de la artillería polaca que sufrió sólo la destrucción de 2 tanques.

Muy intensamente se combatió el 6 de Septiembre de 1939 en toda Polonia cuando los alemanes conquistaron la estratégica ciudad de Cracovia, lo que forzó al Gobierno Polaco del Presidente Ignacy Móscicki a trasladar la capital política a Lublin, especialmente después de que Varsovia fuese bombardeada por la Luftwaffe con un resultado de 42 aviones germanos abatidos por la caza polaca que a su vez perdió 38 aparatos. Al mismo tiempo y a kilómetros de distancia, la 13ª División de Infantería Polaca fue destruida en la Batalla de Tomaszów Mazowiecki con 1.793 bajas entre 770 muertos y 1.023 heridos por unas pérdidas alemanas de 100 muertos y 21 tanques destruidos. Parecida derrota cosechó la 2ª División de Infantería Polaca «Legión» en la Batalla de Borowa Góra con 663 bajas propias por 1.190 alemanas entre 650 muertos y 540 heridos.

Caballería eslovaca cruzando la frontera de Polonia.

Sin agua ni municiones, la mañana del 7 de Septiembre de 1939 toda la guarnición de la base naval de Westerplatte capituló con la rendición de 142 prisioneros polacos a los infantes de marina alemanes que habían asediado la instalación durante la semana anterior. Más al sur entre Pomerania y los Cárpatos, el Ejército Alemán cruzó por la tarde el Río Pilica embolsando a una gran cantidad de fuerzas polacas. Dicha maniobra facilitó a la 5ª División Panzer superar los Montes de la Cruz Sagrada, conquistar la ciudad de Tarnow y atravesar el Río Nida; además de permitir al Ejército Eslovaco ocupar la localidad Krynica. Con este impresionante avance a primeras horas de la noche de aquella jornada las primeras vanguardias alemanas alcanzaron las afueras de los suburbios de la capital de la Varsovia.

Asedio de Varsovia y Batalla de Bzura

A las 7:00 horas de la mañana del 8 de Septiembre de 1939, los tanques de la 4ª División Panzer protagonizaron el primer asalto sobre Varsovia cargando contra los Barrios de Ochoto y Wala. Apoyados por los aviones de la Luftwaffe que bombardearon la estación de la ciudad y el casco urbano, el ataque fue desbaratado gracias a los soldados polacos parapetados en los escombros y a las incursiones de los civiles armados ocultos entre los edificios que rechazaron a los alemanes causándoles la destrucción de 63 tanques.

Grupo de soldados alemanes escoltados por semiorugas Hanomag asaltan una aldea polaca en llamas.

Durante la noche del 7 al 8 de Septiembre, el importante enclave de Lodz fue conquistado por el Ejército Alemán, un suceso que llevó al Ejército Polaco a planear una contraofensiva que alejase todo lo posible a los alemanes de la capital. Para ello se escogió el área comprendida en torno al Río Bzura, cuyo saliente próximo a Lodz atacarían los Ejércitos «Pomerania» y «Poznan» al mando del general Tadeusz Kutrzeba con las 14ª, 17ª y 25ª Divisiones de Infantería en vanguardia protegidas en los flancos por las Brigadas de Caballería «Podolska» y «Wielkopsa».

Al atardecer de 9 de Septiembre de 1939, más de 225.000 soldados del Ejército Polaco desencadenaron su gran ofensiva en lo que se conoció como la Batalla de Bzura. Cogidos totalmente por sorpresa, el VIII Ejército Alemán fue expulado de su línea defensiva entre el sector entre Leczyca y Stryków; mientras que la 30ª División de Infantería Alemana sufrió durante el choque unas pérdidas enormes de 4.500 bajas entre 1.500 muertos y 3.000 prisioneros.

Bzura centró la mayor intensidad de la lucha a partir del 10 de Septiembre a pesar de que en otros lugares siguieron produciéndose enfrentamientos como por ejemplo la Batalla de Lomza que terminó con la destrucción de la 18ª División de Infantería Polaca. Aquella inesperada derrota del Ejército Polaco, empezó a provocar ciertas dudas en los altos mandos militares de Varsovia, un temor que se acrecentó todavía más cuando el 11 de Septiembre la Unión Soviética decretó la movilización general del Ejército Rojo en las fronteras orientales de Polonia.

Fusileros polacos resistiendo a la “Blitzkrieg” en la Batalla de Bzura.

Gracias a que la situación del Ejército Alemán era estable en el resto de Polonia, los alemanes pudieron desviar refuerzos para taponar la brecha en Bzura mediante un contraataque de las 1ª y 4ª Divisiones Panzer, así como de las tropas de élite del Regimiento SS «Leibstandarte Adolf Hitler». El asalto fue un éxito porque las posiciones polacas fueron arrolladas y el saliente poco a poco fue se fue extendiendo hasta convertirse en una inmensa bolsa en la que resultaron atrapados más de 200.000 soldados polacos. Únicamente algunos pocos regimientos consiguieron escapar hacia el Bosque de Kampinos después de que el mariscal Rydz-Smigly ordenase realizar un intento de ruptura fallido debido a que los alemanes cortaron todas las carreteras cuando reanudaron la marcha hacia Varsovia.

Rápidamente a partir de 13 de Septiembre el Ejército Polaco entró en colapso sobre todos los sectores. Por ejemplo la 1ª División de Montaña Alemana ocupó la ciudad de Sambor; al mismo tiempo que el Ejército Eslovaco protagonizaba una carrera de 170 kilómetros conquistando las plazas de Jáslo, Krosno y Stará L’ubovna. Al día siguiente, el 14 de Septiembre, destacamentos alemanes apoyados desde el Mar Báltico por el fuego del acorazado Schleswig-Holstein tomaron el puerto de Gydnia provocando a los defensores de la Marina Polaca un total de 2.000 muertos y 15.000 prisioneros. Un día después, el 15 de Septiembre, las tropas alemanas irrumpieron en las llanuras de Kutno y dejaron atrás la línea defensiva polaca del Río Dunajec rompiéndola por varios puntos, lo que favoreció a la Wehrmacht el día 16 entrar en la ciudad de Chelmno, llegar a los arrabales de Lvov y poner bajo asedio la Fortaleza de Brest-Litovsk.

Blindados Panzer avanzando hacia el corazón de Polonia.

Varsovia fue bombardeada el 16 de Septiembre cuando 820 aviones arrojaron 328.000 kilogramos de bombas que causaron serios daños a la ciudad y mataron a numerosos habitantes. De hecho los mismos ciudadanos varsovianos sufrían lo indescriptible desde hacía días porque las bombas caían a diario, los edificios se venían abajo por culpa de la artillería de sitio, los servicios básicos se habían interrumpido y la electricidad no existía, algo que sumado a la falta de alimentos y medicinas convirtió en un infierno la vida dentro de la capital. Curiosamente durante el asedio el propio Adolf Hitler se trasladó personalmente a una trinchera alemana para ser testigo directo de la marcha de las operaciones contra Varsovia, felicitando tanto a los artilleros de piezas como a los pilotos de la Luftwaffe por su certera puntería.

Simultáneamente a los descalabros militares, los partisanos de la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) se sublevaron con más de 3.000 guerrilleros y jinetes a caballo en la regiones de Galitzia, Polesia y Volhynia atacando a las columnas del Ejército Polaco por la espalda, hostigando a las fuerzas del orden y tomando nudos de comunicaciones en numerosas aldeas; siendo la más destacada de estas acciones la neutralización de la línea ferroviaria hacia Katowice. Gracias a aquella rebelión de los ucranianos que desde el aire fue apoyada por la Luftwaffe, miles de tropas polacas tuvieron que ser retenidas en la retaguardia para intentar infructuosamente sofocar la revuelta.

Fuerzas motorizadas del Ejército Eslovaco penetrando en territorio polaco.

A medianoche del 16 al 17 de Septiembre de 1939, el mariscal Rydz-Smigly ordenó que todas las fuerzas polacas en los distritos exteriores de Varsovia que todavía no habían sido embolsadas por los alemanes, se replegasen hacia los Cárpatos para establecer una última línea defensiva junto a la frontera con Rumanía que fue bautizada como «Cabeza de Puente Rumana». Sin embargo este proyecto apenas serviría de mucho porque esa misma noche fue anunciado el cese de las hostilidades entre la Unión Soviética y Japón que puso fin a la Guerra del Khalkin-Gol sobre Asia, lo que significó que una vez pacificado el Lejano Oriente para Rusia, el Ejército Rojo tendría vía libre para intervenir en Polonia durante las próximas horas.

La URSS invade Polonia

Inesperadamente y bajo la más absoluta sorpresa tanto del Ejército Polaco como el resto de países dentro del bando de los Aliados, la Unión Soviética invadió y declaró la guerra a Polonia al amanecer del 17 de Septiembre de 1939. El ataque se realizó cuando más de medio millón de soldados soviéticos del Ejército Rojo cruzaron la frontera polaca en un amplio frente de 1.300 kilómetros que se extendió desde los límites de Lituania en el norte hasta Rumanía en el sur.

Tanques soviéticos del Ejército Rojo entrando en Lvov.

Sin apenas encontrar resistencia porque la mayor parte del Ejército Polaco se hallaba combatiendo al Ejército Alemán en el oeste del país, el Cuerpo de Defensa de Fronteras (KOP) fue fácilmente superado en decenas de brechas y triturado. Solamente en Baranowice resultaron capturados miles de soldados polacos quienes sorprendidos por el ataque se rindieron por falta de tiempo a reaccionar. Algo más de suerte tuvieron las tropas polacas en Vilna y Galitzia, donde por el momento se defendieron frenando el ataque de los rusos. Sin embargo otras unidades fueron directamente neutralizadas sin luchar porque falsos propagandistas soviéticos emitieron la noticia de que iban a ayudar a los polacos contra los alemanes, una mentira que muchos soldados creyeron y que por tanto al aproximarse al Ejército Rojo fueron desarmados y apresados.

Al día siguiente de la invasión del Ejército Rojo, el 18 de Septiembre, tropas soviéticas y alemanas unieron sus fuerzas a las afueras de la Fortaleza de Brest-Litovsk (Brzésc Litewski en idioma polaco). Una vez agrupados los soldados de ambas nacionalidades al mando conjunto de los generales Heinz Guderian y Semyon Krivoshein se vivió una situación poco común porque combatientes comunistas y nacionalsocialistas cooperaron para acabar contra un enemigo común, en este caso el Ejército Polaco. Así fue como tras varias horas de lucha, la Fortaleza de Brest-Litovsk fue ocupada al completo por las tropas germano-soviéticas, cayendo muertos o prisioneros 1.000 soldados polacos y resultando 15 de sus tanques destruidos.

El Ejército Rojo invadiendo Polonia.

El ataque del Ejército Rojo a Polonia por la espalda significó el principio del fin del Ejército Polaco. Eso ocurrió el 19 de Septiembre cuando las tropas soviéticas que avanzaban en un frente de 1.500 kilómetros tomaron las ciudades de Vilna en el norte y Pruzhany en el sur alcanzando la frontera con la neutral Hungría. Al mismo tiempo en el centro del país el Ejército Alemán terminó de aniquilar la bolsa de Bzura, donde los dos Ejércitos Polacos «Poznan» y «Pomerania» resultaron completamente aniquilados tras la muerte de 20.000 polacos y la captura de 170.000 prisioneros después de unas pérdidas germanas de 8.000 muertos, 50 tanques, 100 vehículos y 20 cañones. Incluso en el puerto báltico de Kepa Oksywska los polacos sufrieron otra catástrofe tras la capitulación de la guarnición que hasta esos momento había encajado 2.000 muertos y 7.000 prisioneros. A estos desastres militares siguió el 21 de Septiembre el cierre de una nueva bolsa después de que las vanguardias alemanas, soviéticas y eslovacas cruzaran el Río Dniéster y enlazasen en la ciudad de Widomla dejando atrapado a todo el Ejército Polaco «Cracovia». Lo mismo le sucedió en Varsovia aquella jornada porque los alemanes también consolidaron el cerco encerrando a 13 divisiones más.

Lwów (Lvov en idioma ruso, Lviv en ucraniano o Lemberg en alemán) fue el teatro de operaciones principal el 22 de Septiembre porque la coalición Eje-Komintern desarrolló una ofensiva contra dicha ciudad protagonizada por la 1ª División de Montaña Alemana del general Ferdinand Schörner y la 24ª Brigada Blindada Soviética del general Fillip Golikov que terminó con la conquista de la plaza y la destrucción total de la 35ª División de Reserva Polaca a costa de 488 muertos (484 alemanes y 4 soviéticos) y 926 heridos (918 alemanes y 8 soviéticos). No obstante y a pesar de que las pérdidas alemanas fueron enormes, el Tercer Reich cedió Lvov a la Unión Soviética tal y como había estipulado el Pacto Ribbentrop-Molotov.

Menos suerte tuvieron los alemanes a partir del 22 de Septiembre porque fueron rechazados en Czésniki con 900 bajas entre 200 muertos, 600 heridos y 100 prisioneros junto a la destrucción de 150 vehículos a cambio de provocar a los polacos 800 bajas entre 200 muertos y 600 heridos. Similar derrota local sufrieron el 23 de Septiembre en Krasnobród después de encajar otras 100 bajas. Por su parte los soviéticos progresaron algo más rápido conquistando el 24 de Septiembre la histórica ciudad de Grodno tras causar a los polacos 2.187 bajas entre 644 muertos y 1.543 prisioneros a costa de 800 bajas rusas entre muertos y heridos.

Unidades motorizadas alemanas en Polonia durante la «Blitzkrieg».

Al iniciarse la mañana del 25 de Septiembre, una jornada que sería recordada como el «Lunes Negro», más de 1.200 aviones alemanes de la Luftwaffe en un total de 1.176 salidas arrojaron 558 toneladas de bombas (72 incendiarias y 486 rompedoras) sobre Varsovia que mataron a centenares de civiles y provocaron una auténtica destrucción. A esta incursión le siguió una segunda el 26 de Septiembre protagonizada por 450 aviones más que de nuevo causaron la devastación. Fue entonces cuando con más de 40.000 varsovianos fallecidos y el 10% de los edificios destruidos y el otro 40% dañados, el general polaco Juliusz Rommel rindió la guarnición de Varsovia a las 13:15 horas del 27 de Septiembre de 1939. Aproximadamente algo más de 140.000 soldados polacos se rindieron al Ejército Alemán justo antes de que sus vanguardias desfilasen triunfales por la capital.

Últimas Operaciones

Ocupada la ciudad de Varsovia, todavía se produjeron numerosos episodios de resistencia. Por ejemplo el mismo día de la caída de la capital, la plaza de Wladypol capituló ante las tropas soviéticas que hicieron 1.000 prisioneros; exactamente igual que hicieron las guarniciones de Mokotow, Dobrowski y Czerniakow.

Uno de los últimos soldados polacos en resistir tras un parapeto en la Península de Hela junto al Mar Báltico.

Curiosamente y a pesar de que todo estaba perdido para el Ejército Polaco, el 28 de Septiembre tropas polacas rechazaron al Ejército Rojo en la Batalla de Szack causando a los rusos más de 2.000 bajas y la destrucción de 9 tanques y 3 cañones. Sin embargo al día siguiente, el 29 de Septiembre, los polacos sufrieron un gran revés cuando los alemanes tomaron Modlin y destruyeron completamente al Ejército «Modlin» que se rindió por una orden directa de su general Wiktor Thomme con 24.000 hombres. Un día después, el 30 de Septiembre, los éxitos prosiguieron porque el Ejército Eslovaco conquistó el Castillo de Sánok; aunque de nuevo los soviéticos fracasaron durante su asalto a los Montes Swietokrzyskie sufriendo 570 bajas entre 170 muertos, 300 heridos y 100 prisioneros.

A inicios de Octubre de 1939, la guarnición polaca de la Península de Hela sobre el Mar Báltico se rindió el día 1 a los alemanes que hicieron 3.000 prisioneros. También durante aquella jornada el Ejército Rojo conquistó la ciudad de Wytyczno provocando 667 bajas a los polacos entre 200 muertos y 467 heridos a costa de 182 bajas propias entre 80 muertos y 102 heridos y 4 tanques destruidos. Mientras tanto más el este, el 2 de Octubre, los soviéticos cerraron la bolsa sobre Polonia Oriental capturando a un total de 452.536 soldados polacos; al mismo tiempo que el Ejército Alemán ocupaba la guarnición de Nisko que se rindió con sus 2.000 efectivos.

Vanguardias alemanas y soviéticas enlazando sus fuerzas en Polonia Oriental. En la imagen dos soldados alemanes conversan con la tripulación de un tanque ruso.

Entre el 3 y 5 de Octubre de 1939, hubo una última resistencia del Ejército Polaco en lo que se conoció como la Batalla de Kock que acabó con la victoria de los germanos que sufrieron únicamente 300 bajas a cambio de provocar la aniquilación de los polacos que encajaron otros 300 muertos. Sin embargo el último tiroteo antes del cese de la lucha tuvo lugar el 6 de Octubre antes de que 17.000 polacos al mando del general Francisek Kleeberg se rindiesen a las afueras de Varsovia a la 16ª División Motorizada Alemana. Con esta acción la campaña de Polonia finalizó con la absoluta ocupación del país bajo el yugo de Alemania y la URSS.

Conclusión

Ocupada Polonia el 6 de Octubre de 1939, la campaña terminó con un absoluto triunfo militar tanto del Eje como del Komintern. Con esta victoria Alemania descubrió el éxito de su «Guerra Relámpago» con la que había conquistado el país prácticamente en cinco semanas causando unas pérdidas gigantescas a sus oponentes a costa de sufrir unas bajas bastantes menores. A partir de entonces y tras las lecciones aprendidas de rapidez y movilidad, los militares alemanes corregirían los últimos fallos de su estrategia y perfeccionarían la «Blitzkrieg» casi al borde de una técnica invencible con la que conquistarían durante los años siguientes de la Segunda Guerra Mundial toda Europa y el Norte de África.

Marchas de la victoria en Polonia. Izquierda: Tropas eslovacas y alemanas en la ciudad de Komancza. Derecha: La Caballería Ucraniana desfila ante los alemanes en Lvov.

Polonia sufrió un total de 2.300.000 bajas entre 70.000 muertos, 130.000 heridos y 2.100.000 prisioneros; además de unas pérdidas materiales de 800 tanques, 1.000 aviones, 5.000 cañones y 2 destructores.

El Eje-Komintern sufrió un total de 52.969 bajas (43.622 alemanes, 9.185 soviéticos y 162 eslovacos) entre 23.193 muertos (16.343 alemanes, 6.802 soviéticos y 48 eslovacos) y 29.776 heridos (27.279 alemanes, 2.383 soviéticos y 114 eslovacos); además de unas pérdidas materiales de 688 tanques (471 soviéticos y 217 alemanes), 198 cañones (195 alemanes y 3 soviéticos), 321 vehículos (319 alemanes y 3 soviéticos) y 294 aviones (287 alemanes, 5 soviéticos y 2 eslovacos).

Respecto a los más de 2.100.000 polacos capturados, la Unión Soviética se quedó con 1.500.000 prisioneros, Alemania con otros 600.000 y Eslovaquia con 1.350. De todos estos 250.000 fallecerían en la URSS (230.000 soldados en gulags y campos de concentración; mientras que 20.000 polacos fusilados en la Matanza de Katyn que perpetró la Policía Soviética del NKVD). Numerosos polacos también perecerían en campos de prisioneros alemanes o durante las ejecuciones de la cúpula militar polaca bautizada como «Operación Tannenberg», aunque con cifras bastante inferiores a las soviéticas. Afortunadamente un total de 105.000 polacos se refugiaron en países neutrales (60.000 en Hungría, 30.000 en Rumanía y 15.000 en los países bálticos de Lituania, Letonia, y Estonia), desde donde posteriormente pudieron marchar a Inglaterra para sumarse al Gobierno Polaco Libre y continuar combatiendo junto a los Aliados contra el Eje.

Tropas lituanas ocupan la ciudad polaca de Vilna en 1939 tras la derrota de Polonia ante Alemania y la URSS.

Nada más finalizar la conquista de Polonia con el triunfo absoluto tanto del Eje como del Komintern, ambos bloques geopolíticos organizaron una serie de desfiles de la victoria para celebrar el éxito de la operación. Por ejemplo en la ciudad de Brest-Litovsk se realizó una marcha sobre la Calle Unii Lubelskej donde formaron a paso militar tropas alemanas y soviéticas que pasaron por debajo de banderas adornadas con la cruz gamada y la hoz y el martillo, una velada que estuvo presidida por los generales de ambos ejércitos Gerd Von Rundest y Semyon Krivoshein. También sobre Varsovia la Wehrmacht protagonizó otra parada en la que estuvo presente el mismo Adolf Hitler; mientras que en la ciudad de Komancza los soldados alemanes participaron en una festividad similar junto al Ejército Eslovaco; así como en Lvov junto a la caballería de los milicianos ucranianos que habían colaborado en la campaña.

Reparto de Polonia después de la invasión de 1939.

Territorialmente Polonia desapareció como Estado y fue repartida entre cuatro países: el Tercer Reich, la Unión Soviética, Eslovaquia y la neutral Lituania que fue invitada a la división del pastel. Alemania se anexionó las zonas habitadas racialmente por alemanes de Danzig, Pomerania Whartegau, Poznan, Alta Silesia, Lodz, Katowice y Ciechanów; además de organizar una provincia ocupada en el resto del país que fue bautizada como Gobierno General de Polonia y que incluyó los distritos como Varsovia, Cracovia, Lublin, Radom, Przemsyl, Sandomierz, Suwalki, Cyeszyn, Torun, etcétera. La Unión Soviética se anexionó las regiones racialmente eslavas de Lvov, Grodno, Byalistok, Brzesc, Pinsk, Równe, Tarnopol, y Bugiem que fueron incorporadas dualmente a la República Socialista Soviética de Ucrania y a la República Socialista Soviética de Bielorrúsia. Eslovaquia se anexionó Javorina y Zakopane. Por último Lituania se anexionó Vilna.

Desfile de la victoria germano-soviético celebrado por tropas alemanas y rusas en la ciudad Brest-Litovsk.

Polonia fue la primera víctima en sucumbir a la violencia de la Segunda Guerra Mundial. Finalizada la campaña en Octubre de 1939, pocos podían imaginar que el sufrimiento vivido en territorio polaco se iría extendiendo y triplicando hacia otros lugares. Países como Francia, Italia, Grecia, China, Birmania, Rusia, Japón o Gran Bretaña fueron algunos de los muchos ejemplos en los que se repetiría la espantosa experiencia durante los siguientes seis años y a costa de un saldo de 80 millones de muertos en todo el Planeta Tierra.

 

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